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Cabezas de los partidos al Senado. | Foto: SEMANA.

ELECCIONES

Partidos se alistan para enfrentar a Uribe

Las elecciones del Congreso elevarán su perfil político. Quiénes son principales contradictores.

19 de septiembre de 2013

Las elecciones parlamentarias del próximo año no tendrán antecedentes en la historia. Por primera vez un expresidente de la República será candidato al Senado, una circunstancia que para muchos elevará el perfil de unas elecciones que históricamente se han reducido a los intereses regionales. Pero con Álvaro Uribe, la campaña probablemente alcanzará una trascendencia nacional.

Históricamente las elecciones para Congreso han estado marcadas por la abstención. En las del 2006, la apatía de los ciudadanos por acceder a las urnas se ubicó en el 60 %, mientras que en el 2010 la cifra apenas se redujo 4 puntos (56 %, según datos de la Registraduría). Aunque la presencia de Uribe no garantiza que acudan más electores a las urnas, el ambiente de polarización podría generar que un mayor número de ciudadanos, históricamente reacios a participar del debate electoral.

La presencia de Uribe, además, significa un nuevo contendor político para los partidos que actualmente tienen representación en el Congreso. La consecuencia inmediata es que el expresidente les puede quitar votos, con lo cual algunos parlamentarios perderán su curul.

Eso obliga a los partidos a conformar unas listas de candidatos que no se concentren el cacicazgo regional, sino que también pesquen la mayor cantidad de votos en todo el país.  

El Partido de La U y el Partido Conservador, probablemente, serán las dos colectividades más afectadas con la presencia del expresidente en la arena política, ya que su nicho electoral se concentraría entre quienes han simpatizado por estos dos movimientos, precisamente los que se mantuvieron fieles durante los dos periodos de su Presidencia.

El reto para La U será mayúsculo. En primer lugar porque afrontará las primeras elecciones parlamentarias sin la figura detrás de quien fue su inspirador, precisamente Uribe. En el 2006 y el 2010 muchos electores asociaban el nombre del partido con el expresidente. Incluso 243.056, de los 2.700.000 que obtuvo en el Senado, correspondieron a los que solo marcaron el logo de La U en el tarjetón, sin decidirse por ningún candidato en específico. Es probable que parte de esta caudal electoral pueda moverse hacia el Centro Democrático.

La U además tendrá que suplir las ausencias de sus principales electores para mantener su presencia. Los de Juan Lozano, quien en el 2010 fue el mayor elector del país, con 212.840 votos. Este senador no se va a reelegir y está en disidencia de la colectividad, pues su ideología se ubica más cerca de Uribe que de Santos. Los otros serán los 151.624 de Dilian Francisca Toro, quien por líos judiciales no estará en la contienda electoral, aunque probablemente se mantengan en cuerpo ajeno.

Sin embargo, La U aún no define quiénes serán sus candidatos, y de momento se rige Roy Barreras y José David Name como sus principales electores. Pero dentro de la colectividad insisten en que se deben buscar figuras de gran arrastre, una de ellas podría ser el general Óscar Naranjo, a quien varios dirigentes le han hecho el ofrecimiento.

Los conservadores también están en la búsqueda de un candidato de peso. Eso lo ha confirmado su propio jefe, el exsenador Ómar Yepez Alzate, quien reveló en días pasados el ofrecimiento que le hizo al exministro Juan Carlos Echeverry y cuando ventiló el nombre de Noemí Sanín como una de las posibilidades. Sin embargo, es poco probable que acepten el ofrecimiento, incluso la excanciller ya le cerró la puerta a regresar a la política electoral.

Los azules también tienen un reto, ya que probablemente no cuenten con el caudal de quienes fueron sus dos máximas electoras en el 2010, Olga Suárez Mira (122.742 votos) y Liliana Rendón (109.128). Ambas han trabajado en Antioquia con el grupo político de Luis Alfredo Ramos, por lo que si sus votos quedan en libertad, podrían deslizarse hacia el proyecto político de Uribe. Sin embargo, los conservadores confían en sus actuales caciques en las regiones, y probablemente una renovación en sus filas de parlamentarios no se produzca.

Para el Partido Liberal, en teoría, la presencia de Uribe no supondría una mayor amenaza, aunque sí le puede reducir el margen en las elecciones, en las que, según Simón Gaviria, el liberalismo se convertirá en la primera fuerza política del país.

La principal carta de los liberales, además de la reelección de algunos congresistas, y el salto de unos representantes al Senado, será la figura de Horacio Serpa. Hace un mes aceptó ser candidato y hoy espera ser la cabeza de lista del liberalismo. Serpa ya se enfrentó a Uribe en las presidenciales del 2002 y el 2006, y en ambas fue derrotado en primera vuelta. La más reciente oportunidad en la que Serpa se hizo contar fue en el 2007, cuando obtuvo la gobernación de Santander con 480.000 votos.

En Cambio Radical, aunque fueron aliados de Uribe en su primer gobierno, dicen que el expresidente no los “morderá” en las elecciones. Carlos Fernando Galán será la apuesta principal, le ofrecieron ser la cabeza de lista al Senado. En las pasadas elecciones a la Alcaldía de Bogotá obtuvo 280.000 votos.

Por los lados del Partido Verde, que ya no contará con los votos de su mayor electora Gilma Jiménez, y de llegarse a concretar la alianza con los Progresistas y Compromiso Ciudadano, una carta tapada podría ser Antonio Navarro. Aunque muchos lo ubican como precandidato presidencial, varios cercanos al dirigente de Nariño le han confirmado a Semana.com que aún no descarta la posibilidad de liderar la lista al Senado.

El Polo Democrático ya confió en Jorge Enrique Robledo como la cabeza de lista. El actual senador ha sido uno de los dirigentes con mayor crecimiento electoral, pues ha pasado de duplicar hasta triplicar su caudal electoral en sus tres incursiones en el Congreso. De 40.000 votos en el 2002, pasó a 80.000 en el 2006. Y en las pasadas elecciones obtuvo 150.000. Otra de las cartas será Iván Cepeda, quien aspira a dar el salto de la Cámara al Senado. Pero también tendrán que enfrentar ausencias electorales, como las que se irán hacia los Progresistas, y las de Iván Moreno, que en las elecciones del 2010 le aportó 86.000 votos al partido.

Aún falta tiempo para las definiciones. Sólo en enero se vence el plazo de inscribir los candidatos al Congreso. Pero desde ya se perfilan las cartas de los partidos para enfrentar la amenaza de Uribe y su Centro Democrático, que además sabe que no la tendrá fácil, entre otras porque tendrá que derrotar los votos de maquinaria regional con los que los partidos tradicionales han asegurado sus votos.