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. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

Pastrana dice que Santos es un “pato herido”

El exmandatario le pide al presidente dejar a un lado la reelección y centrarse en la paz.

26 de septiembre de 2013

La primera consecuencia de la encuesta ‘Colombia Opina’, elaborada por la firma Ipsos Napoleón Franco para Noticias RCN, RCN Radio, La FM y SEMANA, en la que se concluye que sólo el 19 % de colombianos apoya reelección de Santos, es una carta del expresidente Andrés Pastrana Arango que seguro alborotará el escenario político.

En la misiva, se interpreta una sorprendente sugerencia de Pastrana a Santos: que debe centrarse en la consecución de la paz por lo que debe dejar a un lado sus aspiraciones de reelección porque “uno de cada cinco colombianos” no la quiere.

“Ante esta realidad, habría llegado la hora de replantear la estrategia de un gobierno cuya posibilidad de reelección es cada vez más remota”, le escribe Pastrana a Santos en la misiva fechada este jueves 26 de septiembre.

“El escenario de un ‘pato herido’ –lame duck como dicen los norteamericanos- debilitado políticamente en la presidencia, lo demanda”. Por eso, el exmandatario conservador le dice: “Ha llegado la hora de que el señor presidente-candidato, con gesto generoso y humilde, por encima de sus ambiciones políticas, salve la paz que anhelamos los colombianos”.

Para Pastrana, “todos los colombianos, sin distinción alguna, estaremos tras un proceso de paz transparente, con la fuerza de un Estado sin mancha electorera, que defienda por encima de la política personalista los intereses nacionales en los diálogos con la subversión”.

Pastrana durante su administración también intentó en vano lograr un acuerdo de paz con las FARC. En ese momento, el mandatario conservador despejó 42.000 kilómetros cuadrados en el sur del país. Allí se ubicó la guerrilla en una región que abarcaba cinco municipios, incluido San Vicente del Caguán. Sin embargo, el proceso fue fallido.

Ante ese fracaso y el hastío de la gente con la guerrilla, surgió Álvaro Uribe Vélez quien los enfrentó sin tregua alguna durante los ocho años en que gobernó al país. Aunque militarmente los golpeó como nunca había ocurrido, no pudo vencerlos. Su sucesor, Santos, decidió de nuevo abrir un espacio para negociar con las FARC. Proceso que ahora se realiza en La Habana.


Lea la carta completa a continuación:

Bogotá. 26 de septiembre de 2012 

Doctor 
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN 
Presidente de la República 
Ciudad 

Señor Presidente: 


Mucho antes del lanzamiento oficial de su campaña. Cuando las encuestas aún no mostraban que cuatro de cada cinco colombianos no quieren su reelección, advertí sobre los peligros que conlleva el diálogo con la subversión en el marco de un año electoral. 

“Lo que se acorta en realidad es el tiempo para definir su candidatura a la reelección, y es evidente su afán en exhibir al país un acuerdo de paz", reveló ayer en carta pública su contraparte en los diálogos de paz, alias Timocherko, en referencia a las angustias politicas del señor Presidente-candidato llevadas a la mesa de negociación. En el mismo documento, la guerrilla anuncia la develación del contenido de los diálogos de La Habana, hasta hoy secretos. 

Evidentemente, los Supuestos y los plazos sobre los que se montó el diálogo en Cuba han cambiado. El margen de maniobra del Presidente-candidato ante la guerrilla se estrecha mientras se desvanecen los linderos entre los intereses del Estado y las estrategias políticas de la Fundación Buen Gobierno. 

Los diálogos de La Habana son ya un secreto a voces. Ante esta realidad, habría llegado la hora de replantear la estrategia de un gobierno cuya posibilidad de reelección es cada día más remota. El escenario de un “pato herido” - como dicen los norteamericanos -, debilitado políticamente en la Presidencia, lo demanda. Ha llegado la hora de que el señor Presidente-candidato, con gesto generoso y humilde, por encima de sus ambiciones políticas salve la paz que anhelamos los colombianos. 

Todos los colombianos, sin distinción alguna, estaremos tras un proceso de paz transparente, con la fuerza de un Estado sin mancha electorera, que defienda por encima de la política personalista los intereses nacionales en los diálogos con la subversión. 
Sin otro particular me suscribo. 

Cordialmente. 
ANDRÉS PASTRANA ARANGO