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Paulo Laserna | Foto: Cortesía Canal RCN

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¿En qué consiste la propuesta de Paulo Laserna para las elecciones?

El expresidente de Caracol pide que haya una "primera ronda virtual" para que en las urnas en octubre se elija entre dos finalistas. Dice además que no volverá a 'La Luciérnaga'.

2 de julio de 2015

SEMANA.COM: Se le ha visto últimamente muy preocupado por Bogotá. ¿Por qué? 

PAULO LASERNA: Porque la polarización entre santistas, uribistas e izquierdistas se trasladó a la ciudad. Esto, sumado a los egos, ha llevado a que hoy las prioridades de Bogotá sean políticas y no administrativas. Si no salimos de eso, vamos a estar en una situación muy difícil.

SEMANA.COM: ¿Por qué?

P.L.: Los bogotanos hemos estado pagando el precio de haber tenido alcaldías de minorías que no tienen legitimidad. Se avecina una crisis donde vamos a necesitar a alguien que de veras pueda liderar, que cuente con aprobación y movilice opinión.

SEMANA.COM: Pero para eso son las elecciones de octubre.

P.L.: No, porque ya se están atomizando. Bogotá se ha convertido en un fortín electoral para los intereses nacionales, y ahora todos consideran que deben tener candidato propio. Así, las necesidades de la ciudad han pasado a un segundo plano.

SEMANA.COM: ¿Qué propone entonces?

P.L.: Que haya una primera vuelta virtual. Debería tener lugar 45 días antes de la elección, mediante dos o tres encuestas, ojalá financiadas por una entidad cívica como Probogotá y auditada, desde su diseño hasta la obtención de los resultados, por los interesados. Los dos ganadores de la primera vuelta serían los candidatos finales. Y los otros tendrían que retirarse.

SEMANA.COM: ¿Cree que alguien se le va a medir a eso?

P.L.: Si son sensatos, todos los candidatos deberían hacerlo. En el 2011 ganó un candidato de una minoría que, cuando fue a negociar con el Gobierno, no obtuvo nada. Petro fue importante sólo como aliado de la paz cuando vino la reelección de Santos. Antes de eso, era un paria. Eso no puede volver a suceder. Los candidatos actuales tienen que entender que necesitamos un alcalde con una votación sólida para poder gobernar Bogotá frente a una Nación que tiene que darle la mano a la capital. Los problemas de la ciudad están más allá del escenario político nacional.

SEMANA.COM: ¿No se le dañaría la idea si un solo candidato decide no participar?

P.L.: No. Pero a ese candidato le debería quedar en la cara el reflector para que la gente sepa quién fue el que no quiso darle gobernabilidad a Bogotá. Aquí eso no se ha hecho. Por ejemplo, acá nadie les hizo juicio político a Carlos Fernando Galán, Gina Parody o David Luna. Nadie les dijo: Oigan, ¿ustedes por qué atomizaron esto y no permitieron una opción de coaliciones? Eso tiene que cambiar.

SEMANA.COM: ¿Ya habló con los candidatos?

P.L.: Con algunos. Peñalosa me dijo que no querría verse identificado con Clara López, pero yo le respondí que eso no es así. Él y ella no tienen nada que ver, pero bien pueden ser los finalistas y competir en la elección final. Pero ahí es donde me parece que ellos, por el ego, hasta hoy prefieren fraccionar las elecciones a unirse. ¡Eso es loco!

SEMANA.COM: Pacho, Pardo, Clara… ¿qué le dijeron?

P.L.: Con Clara no me podido comunicarme. Pacho, aunque no me rechazó categóricamente, me dijo que tiene la misión de formar partido en la ciudad. A mí eso me parece una aspiración legítima, pero, entonces, ¡que trabaje en coalición con otro candidato que le guste! Así deberían hacerlo todos.

SEMANA.COM: ¿Pero es posible convencer a un político de que deje de hacer política?

P.L.: Mockus y Peñalosa lo hicieron. El primero le dejó fondos al segundo para hacer una cantidad de obras. Luego, cuando fue reelegido, Mockus continuó con esas obras sin entrar en rencillas partidistas. Y ojo: Peñalosa tampoco acabó con el tema de cultura ciudadana cuando llegó a la alcaldía. Ambos entendieron que la ciudad está por encima de los intereses politiqueros.

SEMANA.COM: Pero ellos dos son más bien la excepción.

P.L.: No, están también Medellín y Cali. Allá han entendido que la ciudad está por encima de todo. Y aun a costa de impopularidad han hecho obras que les van a quedar a los ciudadanos. Bogotá, en cambio, es una ciudad colapsada.

SEMANA.COM: ¿Por qué tan alarmista?

P.L.: Aquí va a haber una emergencia. Habrá por lo menos seis años de construcción de metro. ¡Imagínese la rompezón! Y abierto el metro, ¿qué sucede? Que viene un traslado de fondos de Bogotá para el metro, que les va a quitar plata a otros programas. A mí sólo eso ya me parece una locura, pero digamos que aceptamos que recorten razonablemente. ¿Qué va a pasar con la mitad de Transmilenio sin construir? ¿Con las intersecciones donde se necesitan puentes? ¿Con las vías pendientes? La malla vial está destrozada. Y algo más: el gobierno nacional está construyendo unos accesos enormes a la ciudad, pero cuando los tenga listos se va a encontrar con un embudo porque Bogotá no tiene fondos para empatar.

SEMANA.COM: ¿Y su propuesta cómo cambiaría eso?

P.L.: Un alcalde de mayorías contundentes y de coalición tendría la legitimidad para negociar y hablarle duro al gobierno nacional, cuyo apoyo vamos a necesitar porque la ciudad no aguanta más aumentos del impuesto predial. Repito: la Nación va a tener que darle una mano a Bogotá como lo hizo con Medellín y su metro.

SEMANA.COM: En Colombia una coalición necesita mermelada para mantenerse unida. ¿Quiere eso también en Bogotá?

P.L.: Manejar una coalición por dentro es difícil, pero vale la pena porque la gobernabilidad es enorme. Vea los gobiernos de Uribe y los dos de Santos. Cogen proyectos y los sacan. Más allá de sus errores, han sido contundentes en su manera de gobernar.

SEMANA.COM: ¿Más que un buen político, una ciudad necesita un buen administrador?

P.L.: Mockus no era un gran administrador, pero tenía buenos administradores. Además, no tenía desgaste político porque era un tipo que quería formar ciudadanos y tenía legitimidad. Mockus tuvo proyectos propios y su sucesor los continuó, y esa fue la época en que más progresó la ciudad. Ahora se la pasan cambiando la planeación cada vez.

SEMANA.COM: ¿Y usted mismo no piensa lanzarse? Los conservadores han estado coqueteándole...

P.L.: En las elecciones pasadas ellos muy generosamente me ofrecieron la candidatura y les contesté lo mismo que le voy a decir ahora: que el propósito no puede ser solo candidato. O sea, como Maturana decía, no se puede perder ganando. De hecho, el problema no es ser candidato, sino encontrar gobernabilidad y liderazgo por el bien de la ciudad. Sea quien sea el ganador.

SEMANA.COM: Para finalizar, ¿va a volver a La Luciérnaga?

P.L.: Me da un enorme pesar y mucha nostalgia, pues es un equipo humano excelente con el que disfruté intensamente. Pero no regresaré. Me queda la misma satisfacción que siempre he tenido y es que seguiré oyéndolo porque para mí es el mejor programa de la radio colombiana.