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PESADILLA INFANTIL

Tras el secuestro del pequeño campeón de bicicross, País Libre revela una cifra escalofriante: más de 100 niños han sido plagiados este año.

11 de diciembre de 1995

PARA LOS COLOMBIANOS que creyeron la semana pasada haber visto la expresión más aberrante del delito del secuestro en la persona del campeón mundial de bicicross, Augusto Castro Herrera, resultaría increíble pensar que la historia de ese delito atroz en Colombia comenzó con el cautiverio de la niña Elisa Eder, hija del industrial azucarero Harold Eder, por cuyo rescate sus familiares pagaron la suma, entonces exorbitante, de 50.000 pesos. El secuestro de la pequeña de 3 años ocurrió en 1933.
Desde entonces la espiral del cruel delito ha ido en ascenso en Colombia. De acuerdo con estadísticas de la Fundación País Libre, en los primeros 10 meses de este año han sido secuestrados 108 menores, el 87 por ciento de los cuales fue cometido por delincuentes comunes y el resto por grupos guerrilleros. Cinco de estos niños han muerto en poder de sus captores. De acuerdo con las estadísticas, aproximadamente uno de cada 10 secuestrados en Colombia es un menor de edad. Y Antioquia, con 21 niños en poder de los delincuentes, es el departamento con mayor número de infantes plagiados.
El secuestro del pequeño Augusto Castro Herrera, campeón mundial de bicicross en la categoría de 9 años, conmovió a la capital antioqueña y puso de presente esa horrible modalidad del secuestro, quizá la más cruel de todas: el de menores. El pequeño deportista fue secuestrado el pasado jueves cuando se dirigía al Colegio Corazonista donde cursa tercero de primaria. El plagio fue realizado por varios hombres armados, quienes inmovilizaron el bus en que viajaba el menor y se lo llevaron ante la impotencia de sus compañeros de estudio. Ese mismo día fue retenido Sebastián López, otro menor de 14 años, también cuando era transportado a su colegio en el noroccidente de Medellín.
Las primeras versiones de las autoridades apuntan hacia que se trata de un secuestro extorsivo, aunque allegados al joven campeón sostienen que su familia no tiene grandes recursos económicos. "El padre de Augusto es un ganadero antioqueño que sostiene a su familia con las ganancias que obtiene de su negocio", dijo un familiar del deportista. La mamá del pequeño, María del Pilar Herrera, se dedica a las labores del hogar.
Según las autoridades antioqueñas, la mayoría de los secuestros de menores viene siendo cometida por delincuentes comunes que en el pasado reciente tuvieron vínculos con el narcotráfico y que hoy en día, ante el desmantelamiento de esas organizaciones criminales, se han dedicado al secuestro y a la extorsion. "La situación de esos grupos de delincuentes es tan crítica que son capaces de secuestrar un carro por unas horas, mientras el dueño consigue la plata, y hasta extorsionan al más humilde tendero de barrio", dijo un investigador. La misma fuente sostuvo que el secuestro y la extorsión muestran un incremento al acercarse la temporada de Navidad y Año Nuevo.
El gobierno, mientras tanto, adopta nuevas medidas para contrarrestar el delito. El zar antisecuestro, Alberto Villamizar, anunció la creación de los llamados Grupos de Acción Unificada por la Libertad -Gaula-, que operarán bajo la dirección de la Fiscalía General. Este tipo de medidas busca acabar de una vez por todas con el más cruel de los delitos: el secuestro de niños. Niños que, apenas empezando a vivir, en lugar de sueños tienen pesadillas.-