Home

Nación

Artículo

Para el solicitante, la presencia de simbología católica en ese lugar afecta el derecho que tienen otros funcionarios de la Corte Constitucional a no ser discriminados por sus convicciones religiosas. | Foto: Imagen tomada de: corteconstitucional.gov

TRIBUNALES

Un crucifijo siembra inconformismo en la Corte Constitucional

Un servidor del alto tribunal pidió que se desmonte el Cristo que reposa en una de las paredes de la Sala Plena de esa corporación. El debate comienza.

12 de mayo de 2016

Quienes se enorgullecen de exaltar el carácter laico del Estado colombiano parecen decididos a lograr que las instituciones logren desligarse de una vez por todas de cualquier simbología religiosa.

A propósito del tema, la Corte Constitucional acaba de recibir una inusual petición para que la figura del Cristo que reposa en su Sala Plena sea retirada del recinto.

El requerimiento fue hecho por un abogado que labora en la propia Corte, mediante un derecho de petición en el que le expresa a la presidenta del alto tribunal, María Victoria Calle, la agresión a la que se pueden ver expuestos los practicantes de otros cultos por la presencia de este tipo de símbolos que exaltan el catolicismo.

Para el solicitante, la presencia de simbología católica en ese lugar afecta el derecho que tienen otros funcionarios de la Corte Constitucional a no ser discriminados por sus convicciones religiosas, en especial quienes no comparten creencias propias del catolicismo.

A propósito del tema, Semana.com reveló este jueves una decisión de un juez que ordenó al Concejo Distrital de Cartagena cancelar la oración diaria con la que empezaba cada sesión.

Ese asunto puso el dedo en la llaga sobre una vieja discusión que protagonizan los defensores del tradicionalismo católico y los abanderados del laicismo que inspira el nuevo proyecto institucional que persiguió Colombia desde 1991.

A los primeros los secunda una abrumadora mayoría de practicantes del catolicismo, que es casi un rasgo común al desarrollo cultural e histórico de centenares de grupos nacionales. A los segundos los respalda la Constitución que, al definir como laica la identidad del Estado, obliga a las instituciones a ser plenamente imparciales en materia religiosa.

Mientras la discusión empieza, el balón está en el terreno de la presidenta de la Corte, María Victoria Calle, quien deberá valorar qué tan viable es acceder a un requerimiento de esa naturaleza por cuenta de un derecho de petición. Y aunque de momento es poco probable que las intenciones del peticionario se materialicen por esta vía, no es descabellado pensar en una acción jurídica futura que lo posibilite. El debate apenas empieza.