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Piedad Córdoba: “Que hablen las FARC”

Tras el freno para mediar en la liberación del exmilitar de EE. UU., la exsenadora espera que la guerrilla se pronuncie.

23 de julio de 2013

¿Puede haber una liberación de un cautivo en poder de las FARC sin la mediación de la exsenadora liberal Piedad Córdoba? El presidente Juan Manuel Santos cree que sí. Y está tan convencido de esto, que cuando ya se había iniciado el proceso para traer a la libertad al ciudadano estadounidense Kevin Scott Sutay decidió vetar su participación. “Porque no voy a permitir” un “nuevo show mediático”, argumentó tajante.

Así las cosas, el jefe del Estado considera que sin ella es posible la liberación de Sutay. Por eso, explicó, “únicamente” permitirá a la Cruz Roja “que en forma totalmente discreta haga los preparativos del caso” y facilite la liberación del estadounidense secuestrado en las selvas del Guaviare.

Hasta ahí las cosas parecen sencillas. Y si se dan, según esta tesis, Sutay debe volver pronto a casa. El problema es que también en ocasiones anteriores, a la exsenadora la vetaron y las FARC decidieron posponer la liberación de los cautivos. Entre otras razones, explicaban en sus comunicados, porque ella cuenta con la absoluta confianza de la organización.

Semana.com se comunicó con Piedad Córdoba para preguntarle su reacción a la decisión de Santos. Ella se mostró tranquila y se limitó a decir: “Que hablen las FARC”. Es decir, se declaró a la espera de una posición de la guerrilla que es la que, al fin y al cabo, tiene al secuestrado y pone las condiciones.

Este no es el primer trago amargo que pasa Piedad Córdoba desde cuando decidió dedicar su vida a lo que ella llama la búsqueda de una salida negociada al conflicto para ponerles fin a la guerra y a todos los dolores que ésta conlleva como el secuestro.

¿Nuevo 'show'?

En los últimos dos gobiernos la exsenadora ha vivido otros momentos difíciles. Tanto el expresidente Uribe como el actual ocupante de la Casa de Nariño dijeron frases similares: No permitir un ‘show mediático’ a costa de esas entregas.

Este martes las cosas no fueron distintas. Santos aseguró que no admitirá a “la señora Piedad Córdoba” en una eventual liberación de Sutay de quien las FARC informaron en un comunicado que lo tienen desde el 20 de junio y que ofrecieron entregar como un “gesto” de buena voluntad en el marco de las negociaciones de paz con el Gobierno que se llevan a cabo en La Habana.

Este anuncio fue ampliamente difundido, entre otras cosas, porque el presidente aseguró que las FARC habrían faltado a los compromisos pactados antes de los iniciar los diálogos de Cuba, que implicaban que el grupo guerrillero abandonaría la práctica del secuestro extorsivo.

Para la liberación de Sutay, las FARC pidieron conformar una comisión humanitaria de la que hagan parte el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la exsenadora y un delegado de la comunidad de San Egidio.

Santos rechazó este martes esa posibilidad y calificó el secuestro como un “contrasentido” que la guerrilla entregue al exmilitar como “un gesto” en el marco de las negociaciones de paz después de “violar sus compromisos con el Gobierno y el mundo”.

En respuesta la exsenadora liberal estuvo lacónica. Quienes la conocen saben que casi siempre ha guardado silencio ante estos anuncios que buscan apartarla de las liberaciones porque al final ella casi siempre allí termina a solicitud de las partes.

En el caso de la liberación del cabo Pablo Emilio Moncayo, se dio un episodio similar en el que el propio Santos, entonces ministro de Defensa de la administración Uribe, intentó apartarla de su labor humanitaria.

En ese entonces Santos afirmó que el Gobierno ofrecería todas las condiciones para esa liberación, pero no permitirá un ‘show mediático’. Ella aclaró entonces que no quería “hacer algo similar a lo que pasó con la ‘Operación Jaque’ ni con la captura de ‘Don Mario’”, donde las Fuerzas Militares fueron las grandes protagonistas.

Finalmente, junto con la mediación de la CICR y la Iglesia católica, Piedad terminó liderando la comisión de la liberación que trajo a casa a Moncayo, por quien su padre anduvo a pie por meses por las vías colombianas pidiendo por su libertad.

Hoy, cuando la historia parece repetirse en el marco de un proceso de paz con las FARC y en medio de recriminaciones mutuas entre el Gobierno y la guerrilla, el papel de la exsenadora vuelve a ser protagónico.

¿Será posible que haya una liberación sin la mediación de ella? Esta respuesta sólo la tienen las FARC. Por ahora, es únicamente esta guerrilla la que ha dado pistas de su secuestrado: Kevin Scott Sutay es oriundo de Nueva York, venía de viajar por México, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y Panamá, y había servido en la Armada estadounidense entre el 2009 y marzo del 2013, tiempo durante el que combatió como experto en explosivos en la guerra de Afganistán.

Fue secuestrado, según las FARC, en el departamento del Guaviare, en el que está la “sede de la base militar del Barrancón, donde es conocida de tiempo atrás la presencia de militares norteamericanos”. La palabra la tienen las FARC. Por eso, las miradas se dirigen ahora a La Habana, donde están algunos de sus más importantes comandantes.