Ahora el Senado tendrá que ratificar o no la decisión que asumió la Cámara de Representantes: promulgar una ley que eleva en un 116% las dietas a los parlamentarios.
Y todo parece indicar que van a ratificarla, a juzgar por el hecho que no existen hasta ahora voces de protesta distintas a las del Nuevo Liberalismo que propone la alternativa de elevar las dietas gradualmente, en proporción al aumento en el costo de la vida y la de un sector del conservatismo que a través del presidente del Directorio Nacional Conservador, Carlos Holguín Sardi, propuso realizar el reajuste como lo contemplaba la reforma constitucional de 1979, es decir, a través de aumentos graduales atendiendo al incremento ponderado de los salarios en el sector público.
En la opinión se recibió el anuncio del alza de las dietas como siempre: con alarma. Un salario de 200 mil pesos para los congresistas, quienes sólo trabajan cinco meses por año, resulta en las actuales circunstancias, frente al enorme déficit fiscal y a la creciente pauperización de grandes sectores de la población excesivo y escandaloso.
De cualquier manera es claro también que la indignación que reina entre la gente ha impedido analizar el alcance de la medida y sobre todo su costo. El debate se reduce en realidad a una escogencia entre ingresos inmediatos e ingresos diferidos. En valor nominal la alternativa de los 200 mil pesos es la más económica. Sin embargo, en valor constante la más económica sería la propuesta del Nuevo Liberalismo.
Las alternativas del Nuevo Liberalismo y del conservatismo tienen la misma naturaleza pero se diferencian en las referencias: la primera toma como base los incrementos en el costo de la vida y la segunda el aumento ponderado de los salarios del sector público.
En términos de dinero, la diferencia está en que la propuesta del conservatismo se refiere "a lo que hubiera ocurrido de no haber caído la reforma constitucional" o sea que determina incrementos cercanos al 28% a partir de 1979. Mientras que la del Nuevo Liberalismo parte de un incremento cercano al 30% --aproximadamente el del 30% durante el último año-- pero con referencia únicamente a ese año. Esto hace la fórmula galanista sustancialmente menor onerosa.
De acuerdo con el cuadro adjunto, se llega a la conclusión de que en valor nominal el aumento por el sistema de los 200 mil pesos costaría 11 millones 352 mil pesos en los cuatro años por cada parlamentario, el sistema del Nuevo Liberalismo 12 millones 813 mil pesos y el propuesto por Holguín Sardi 15 millones 383 mil pesos.
De cualquier manera la intención de fondo que existe en la aprobación del proyecto en la Cámara es fácil de precisar: no es necesario hacer elaborados cálculos para llegar a la conclusión de que los congresistas, como el resto de los colombianos, prefieren su plata ya, aun cuando esto represente menos poder adquisitivo a largo plazo.
Y sea cual sea la fórmula que escoja el Senado, lo que es seguro es que habrá alza de dietas. Un motivo de regocijo para los consejeros de estado, los magistrados de la corte, el procurador, el contralor y todos los ministros --hay una ley que determina que no pueden ganar menos que los congresistas- quienes también resultan beneficiados con el aumento.
ASI SERIAN LOS AUMENTOS POR PARLAMENTARIO
Fórmula 1982 1983 1984
200.000 200.000 200.000 200.000
Galán 119.600 155.480 202.124
1985 1986 Lo que cuesta en 4 años
200.000 200.000 200.000 11.352.000
Galán 262.761 341.589 12.813.048
Holguín 316.109 404.620 15.383.000
Nota: Para la fórmula de Galán se tomó un incremento promedio de inflación igual al 30% y el 28% en la de Holguín Sardi.