¿PODRAN DETENER LA GUERRA?
¿Qué obligó a los Presidentes de este Grupo a reunirse por primera vez? Dos hipotesis se barajaron al saberse de la urgente convocatoria en México
Por segunda vez en menos de cuatro meses, la crisis en Centroamérica obligó al presidente Betancur a abandonar, por unas horas, la confortable Casa de Nariño para emprender un agitado viaje "relámpago" a México.
A diferencia del periplo de abril pasado, en el que estuvo en Venezuela, México y Panamá, Belisario se limitó en esta ocasión a la isla de Cozumel, en Cancún, donde con el presidente Miguel de la Madrid examinó temas colombo-mexicanos, primero, para después abordar, con el conjunto de los presidentes del grupo de Contadora, lo que sería la principal tarea de esa cita: examinar la amplia y espinosa gama de asuntos de la difícil paz centroamericana.
Como tal, la reunión de los presidentes de ese Grupo llamó mucho la atención de los observadores. ¿Qué obligó a considerar como "insuficiente", de hecho, la reunión de los cancilleres de Contadora, efectuada sólo unas horas antes, en la ciudad de Panamá? ¿Por qué era imperioso para dicho Grupo una reunión a nivel presidencial, nunca antes realizada?
La parsimonia de las gestiones de Contadora habían sido criticadas (muy suavemente) por el canciller de Nicaragua, Miguel D'Escoto, días antes. El de Guatemala, por su parte, había hecho algunas frases despectivas sobre las labores del Grupo. No obstante, sería ingenuo creer que la reunión de este fin de semana buscaba demostrar simplemente que Contadora si estaba en movimiento .
¿Qué motivaba, entonces, tal tipo de reunión?
Al momento de escribir esta nota, fue imposible saberlo a ciencia cierta, dado el hermetismo que las cancillerías del Grupo guardaron al respecto. Sin embargo, dos fueron las hipótesis que se barajaron, en particular, entre los observadores. Un bando veía a Contadora como una iniciativa legítima e importante, pero un tanto sobrepasada en estos momentos por los hechos de guerra en Centroamérica. El otro sector aseguraba que Contadora estaba al borde de lograr un acuerdo de importancia en la región, que daría lugar poco más tarde a una solución seria de los conflictos en el área centroamericana.
Argumentos abundaron de parte y parte. El primer sector, estimaba que la reunión en Cancún era en consecuencia una salida espectacular de las cúspides de Contadora para comprar tiempo y retrasar simplemente -al carecer de un plan concreto y viable de negociaciones- la temida y virtualmente anunciada "solución militar" del gobierno norteamericano contra el gobierno sandinista y las guerrillas salvadoreñas.
Tal hipótesis era sustentada sobre hechos como la intensificación de las hostilidades entre Honduras y Nicaragua -que ahora incluye un nuevo elemento, expresado por Honduras: la ruptura de relaciones económicas con Nicaragua-; el anuncio de la CIA de estar preparando un aumento de 12.000 a 15.000 en el número de los "contras", que intentan derrocar el gobierno sandinista el desembarco de 120 "Boínas Verdes" norteamericanos en Honduras, para instalar allí un centro de adiestramiento militar de soldados salvadoreños, en abierta negación de los llamamientos de Contadora; la presencia de "Marines" estadounidenses en la isla colombiana de Providencia (ver recuadro) justamente en frente de las costas nicaraguenses, etc. Y algo más: en las últimas gestiones diplomáticas de Tegucigalpa ante el Consejo Permanente de la OEA en Washington.
Este último aspecto, menos difundido entre la opinión pública, fue investigado por SEMANA, encontrando que algunos círculos diplomáticos de México, Colombia y Panamá, estarían preocupados por el impulso que cobraba en estos días, en la OEA, el "Plan Paz Barnica" que corresponde a la estrategia norteamericana en la región.
Según ese plan, la solución a la crisis centroamericana estaría basada en las propuestas del "Foro Pro Paz y Democracia", que promovió en octubre pasado, en San José, el entonces subsecretario de Estado, Thomas Enders, ante representantes de Honduras, El Salvador, Bélice, Jamaica, Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica.
Se sabe que para contrarrestar esa iniciativa, los cancilleres de Contadora efectuaron una gira por cinco capitales centroamericanas entre el 12 y el 13 de abril, logrando disuadir a Honduras de insistir en ella.
Belisario no fue ajeno a ese esfuerzo, pues días antes, entre el 8 y el 10 de abril él efectuó su visita de paz arriba aludida.
Pero el plan hondureño estaría cobrando ahora nueva fuerza, tras la gira el 20 de mayo, por Costa Rica, El Salvador, Honduras y Guatemala del embajador norteamericano en México, John Gavin. De consolidarse este bloque diplomático no podría descartarse que Honduras llegara a solicitar en la OEA la conformación de un "Ejército Interamericano de Defensa" ;(EID), para Centroamérica, como lo indican las últimas declaraciones del Canciller hondureño Paz Barnica.
Para recobrar ese terreno perdido se efectuaría, pues, la reunión de presidentes de Contadora en Cancún, así como la posterior gira del presidente venezolano Luis Herrera Campins. Hasta ahí la hipótesis del primer grupo.
El segundo, afirmó que de Cancún saldrá un plan de negociaciones con amplio consenso entre países centroamericanos, y que lo de Paz Barnica sería "una simple finta diplomática" pues para ganar la conformación del EID se requiere la aprobación de las 23 partes de los votos del consejo permanente de la OEA, lo cual le es muy difícil de conseguir en estos momentos, aun contando con el apoyo de Estados Unidos. En ese sentido, en lugar de una guerra generalizada contra Nicaragua, lo que habría sería un incremento de los choques entre "contras" y nicaraguenses, especialmente antes del 19 de julio, fecha conmemorativa del cuarto año de la revolución sandinista.
El que Contadora no esté perdiendo la iniciativa, sustentaron ellos, se ve en los logros de la última reunión de cancilleres del Grupo, a finales de mayo, en la que, por primera vez desde el inicio de la gestión de paz del Grupo, Honduras y Nicaragua accedieron a "sentarse" en un mismo recinto a dialogar en compañia de los otros siete cancilleres del área.
En esa reunión se acordó crear un "grupo técnico", con la participación de vicecancilleres y delegados especiales, que tratara de encontrar los mecanismos de entendimiento basados en el estudio de la situación del istmo centroamericano. Tal grupo, que fue a la postre integrado por nueve países, realizó una reunión el 21 de junio y emitió un "boletín informativo" con sus recomendaciones. Ello habría permitido a Contadora dotarse de una sugestiva fórmula de trabajo que incluye la posibilidad de efectuar "diálogos bilaterales", como pide Nicaragua, y "negociaciones multilaterales", como piden Honduras y Estados Unidos.
Según este punto de vista, Contadora tendría ahora sí en sus manos un importante instrumento para ofrecer soluciones a problemas punzantes del área. Por ejemplo, podría invitar a un diálogo bilateral Honduras-Nicaragua, sobre el tema de la supuesta protección hondureña a los "contras" antisandinistas, y una negociación multilateral para el caso del supuesto tráfico de armas entre Nicaragua y las guerrillas salvadoreñas y hondureñas.
Tal sería uno de los aspectos a afinar en la reunión de Cancún, y el motivo central de la euforia de las cancillerías de ese Grupo, siempre según el segundo sector de opinión.
Sin embargo, no puede negarse que siguen existiendo serias diferencias entre los gobiernos del área, especialmente frente al rechazo que expresa Contadora a considerar el conflicto centroamericano como parte de la "confrontación Este-Oeste", tesis defendida ardientemente por el gobierno norteamericano y por el bloque de países centroamericanos que le es afín. Igual sucede con la tesis de Contadora de que la guerra en El Salvador constituye un asunto interno.
Revelaciones a SEMANA en México, de parte de un alto diplomático, indican que de la reunión de Cancún saldría no sólo una evaluación de esta primera etapa de Contadora, "la de la identificación de los problemas", sino una ratificación del carácter latino del problema centroamericano. En ese sentido, Contadora no vería la solución de los problemas en el marco de la OEA.
¿Cuál de los dos "bandos" está más cercano a la realidad? ¿Esta puede ser una combinación impredecible de ambas concepciones? Probablemente. No obstante, la última palabra la tendrán los eventos de los próximos meses, especialmente hacia diciembre, en que -según algunos analistas podría desencadenarse una confrontación generalizada en el área, con participación de USA y Cuba, de fallar los intentos de negociación en curso. Tal fecha coincidiría, para agregar insulto a la injuria, con la instalación en Europa de los 572 euromisiles contra los países del Pacto de Varsovia.
Por lo pronto, las perspectivas de la guerra centroamericana siguen siendo ominosas. Se rumora, por ejemplo, que el gobierno de la señora Thatcher está dispuesto a jugar un papel en el área, en procura de una alternativa para el caso de que el Congreso norteamericano suspenda el 30 de septiembre próximo el apoyo a los "contras" que operan desde Honduras. Esta decisión, bastante difundida ya en Europa, sería el producto de consultas que el gobierno Reagan ha hecho ante sus aliados conservadores en Europa sobre Centroamérica.
Este último mandatario, ante su convicción declarada en estos días de que "el eje militar Moscú-La Habana" se está consolidando, parece finalmente dispuesto a buscar una victoria en Centroamérica "como la de la Gran Bretaña en las Malvinas" para ganar la reelección, según expresión del único legislador demócrata cristiano en el parlamento hondureño.
Tal situación, es la que hizo decir recientemente al ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez que "estamos entrando quizás en la etapa más dramática para la paz mundial de la post-guerra": no hay razones para no creerle.
En tal contexto, la reunión de Contadora, que contó con la presencia del Presidente Betancur reviste entonces una particular importancia, dada la polarización creciente entre las dos estrategias impulsadas por las partes en el terreno diplomático.