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Polémica monumental

¿Es necesario modificar las normas urbanas para salvar los monumentos nacionales? Bogotá y la Nación siguen divididas por Villa Adelaida.

4 de marzo de 2006

La polémica generada por el proyecto de construcción de un enorme centro comercial en una tradicional mansión bogotana, Villa Adelaida, sigue creciendo. Y el debate amenaza extenderse a otras ciudades en las que el Ministerio de Cultura quiere recuperar los centros históricos y las edificaciones que son consideradas monumento nacional.

Para recuperar y lograr su permanencia en el tiempo, el Ministerio está utilizando el Plan Especial de Protección (PEP), una figura creada por la Ley de Cultura que además de estudiar y plantear la recuperación de las casas o edificios, permitiría desarrollar nuevos usos en los monumentos nacionales.

Hasta el momento, el Ministerio ha expedido los PEP de los centros históricos de Barranquilla y Santa Marta, y está cerca de sacar el de Manizales., donde piensa proteger más de 40 manzanas a través de un importante proceso de recuperación económica y transformación arquitectónica. En Bogotá, ya presentó al Distrito el Plan para Villa Adelaida, una casona ubicada en la calle 70, entre carreras séptima y quinta.

Esta casa, donde funcionó el restaurante El Gran Vatel, abrió una diferencia de criterios entre el Ministerio y la Alcaldía de Bogotá. Mientras el primero considera que tiene el poder de modificar la reglamentación vigente y permitir ciertos usos, la ciudad cree que no tiene la facultad legal para hacerlo.

El PEP de Villa Adelaida plantearía que dentro de ese predio se podría desarrollar un hotel de siete pisos sobre la carrera quinta, sótanos de parqueaderos y un centro comercial de escala urbana, es decir, que tenga un área comercial vendible (fuera de áreas comunes, pasillos, baños) de 6.000 metros cuadrados. Sin embargo, la reglamentación de la zona sólo permite un área comercial de hasta 500 metros cuadrados, con lo que el Ministerio estaría modificando esa norma.

Mientras que la ministra Elvira Cuervo considera que "los planes especiales de protección se consultan con las autoridades locales, pero no están sujetos a las reglamentaciones de los municipios", Bogotá, y el mismo alcalde de Manizales, Luis Roberto Rivas, consideran que los PEP se deben hacer respetando las normas vigentes, y advierten que cualquier cambiose debe dar de manera concertada.

Posición que ratifica el constitucionalista Jorge Enrique Ibáñez quien considera que si el Ministerio modifica las normas de urbanismo "estaría violando la Constitución y la ley, entre otras cosas, porque los concejos no pueden cederle al Ministerio su derecho constitucional de definir el uso del suelo".

Esta semana, un grupo de concejales radicó un proyecto de acuerdo para aclarar en el POT que la preservación, la defensa y el manejo del patrimonio es competencia del Concejo y cerrar así cualquier posibilidad de que el Ministerio lo pueda hacer.

"Bogotá no es Mompox y el Ministerio no puede legalmente pasar por encima de una ciudad . El PEP de Villa Adelaida va en contra de la normatividad y sienta un precedente que no podemos permitir. Es mejor hacer una discusión técnica ahora, que en los tribunales", dijo el personero de Bogotá, Herman Arias.

Además de la discusión legal y de los problemas de movilidad que podría generar el desarrollo de Villa Adelaida, hay un tema económico. Al aumentar el metraje comercial permitido, el Ministerio podría estar dándoles una excesiva compensación al dueño de la casa y a los constructores. En el centro comercial Quinta Avenida, que se piensa construir a menos de dos cuadras, el metro cuadrado se vendió entre 15.000.000 y 25.000.000 de pesos. Si en Villa Adelaida se conservan estos precios, el Ministerio les estaría dando entre 80.000 y 130.000 millones de pesos por los 5.500 metros de más que piensa autorizar.

Ni Bogotá ni Manizales se oponen a un desarrollo en los monumentos, siempre y cuando se respeten las normas de la ciudad. Lo que preocupa a la capital es que en Villa Adelaida se pueda sentar un precedente que, si se hace mal, podría hacer metástasis en otros monumentos como el Seminario Mayor, la Estación de la Sabana y el centro histórico de Bogotá.