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MEDIO AMBIENTE
Políticas energéticas: lo que va de las 'locomotoras del desarrollo' a las 'aplanadoras ambientales'
Durante el seminario 'La adaptación al cambio climático y las locomotoras del desarrollo', organizado por Fescol y el Foro Nacional Ambiental, varios expertos nacionales e internacionales reflexionaron sobre el desafío de las políticas ambientales. "El cambio climático ya está aquí", advierten.
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"El cambio climático ya está aquí, como lo vimos en la ola invernal", expresó contundente Manuel Rodríguez, presidente del Foro Nacional Ambiental (FNA), durante el foro 'La adaptación al cambio climático y las locomotoras del desarrollo', celebrado el miércoles en Bogotá.
El evento, que continuará este jueves y que es organizado por Fescol y el FNA, pretende ser precisamente el comienzo de "una larga discusión que el país debe dar", según advierte Martha Cárdenas, coordinadora de proyectos de Fescol. "El tema del cambio climático no se ha tratado en Colombia con el rigor científico que éste requiere", aseveró.
Durante las intervenciones de Manuel Rodríguez y Guillermo Rudas, economista y consultor independiente, se dejaron sobre la mesa varias reflexiones sobre los efectos de la minería en el cambio climático.
El primero en hacerlo fue Rodríguez, quien expresó su preocupación al asegurar que la ocupación del territorio colombiano se ha hecho de forma tan caótica, "que nos está haciendo aún más vulnerables al cambio climático. Es posible una Colombia con crecimiento económico pero teniendo en cuenta que los servicios ecosistémicos, como el agua, se conserven y enriquezcan".
Rodríguez fue enfático en afirmar que en Colombia no es posible generar instituciones que estén en capacidad de manejar un proyecto de estas magnitudes, mientras que Rudas dijo que la "minería no está reduciendo la inseguridad ni la superación de la pobreza en el país".
El presidente del Foro Nacional Ambiental recordó que el Plan Nacional de Desarrollo del Presidente Juan Manuel Santos, planteado para el 2010-2014, se proponía como visión alcanzar una "prosperidad para todos" que se lograría mediante cinco estrategias denominadas locomotoras del desarrollo: la minería, la agricultura, la vivienda, la infraestructura y la innovación tecnológica.
Sobre los fenómenos de cambio climático de 'La Niña' o 'El Niño', el panelista aseguró que estos han aumentado como producto de las formas de ocupación del territorio, en particular en los últimos sesenta años, y "esta vulnerabilidad podría incrementarse sustantivamente si las locomotoras de la prosperidad mantienen su rumbo actual".
"Las formas de ocupación del territorio para la actividad productiva, han generado una sustantiva destrucción y deterioro de los ecosistemas y sus servicios, como se pudo constatar durante la ola invernal y cuyas consecuencias de desestabilización del ciclo del agua, se expresaron con toda su fuerza", explicó Rodríguez.
También cuestionó la apertura de la frontera ganadera y cómo ha sido también detonada por la construcción de vías de penetración a selvas, que en otro tiempo tenían un buen estado de conservación, "así como por el fenómeno de los cultivos ilícitos que ha dado lugar a la deforestación en suelos y localizaciones diversas y que a la postre se han transformado principalmente en tierras para la ganadería".
"Estos, y otros fenómenos de la apertura de la frontera agrícola, parecen haber estado, además, estimulados por las favorables condiciones existentes para la especulación económica de la tierra", concluyó.
Por su parte, el economista Guillermo Rudas, dijo que "la única respuesta clara en este tema es que hay una ausencia de transparencia en el monto de regalías y el costo fiscal de deducciones fiscales".
Rudas aseguró que en el país se encuentra que, para el conjunto de la minería e hidrocarburos, el impuesto a la renta presenta diversas ventajas tributarias a las empresas, que disminuyen los recaudos del Estado.
"Especialmente notorios son los privilegios contemplados en la ley para descontar, de manera temprana y como costos de producción de corto plazo, la depreciación y la amortización de inversiones que, por definición, son de largo plazo", dijo.
Las cifras que mostró Rudas y que corresponden al 2010, último año fiscal declarado, muestran que el impuesto potencial a la renta para el sector de minería e hidrocarburos, incluyendo la refinación de petróleo, ascendió a 16 billones de pesos antes de estas deducciones. Finalmente, tras los descuentos, quedó en tan sólo 5,5 billones, una tercera parte del valor potencial, después de aplicar las ventajas contempladas en la norma fiscal.
Las posturas y reflexiones de la mayoría de los ponentes dejaron varias inquietudes sobre las dificultades que tiene el país no sólo en el manejo de los recursos derivados de la explotación minera sino también sobre su impacto medioambiental. El choque de dos locomotoras que amenazan las políticas de la prosperidad económica y la adaptación al cambio climático.