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POR ARTE DE MAGIA

Hasta finales de la semana pasada, las autoridades no tenían pistas sobre el secuestro de la ex senadora Regina Betancourt.

21 de noviembre de 1994

LO QUE ME PREOCUPA ES que Regina se fué sin su maquillaje. Lo primero que ella hace todas las mañanas, tan pronto se levanta, es pintarse los ojos con unos cosméticos muy especiales. El poder de su mirada es tan fuerte, que si ve a alguien sin haberse maquillado puede volverlo loco. Por eso es peligroso que los secuestradores la tengan allá, sin sus cosméticos", dijo a SEMANA Dani Liska, esposo de la ex senadora secuestrada el pasado 15 de octubre.

Pero si su esposo se encuentra angustiado por lo que pueda suceder con la fuerza sin límites de la mirada de Regina, las autoridades están sorprendidas por lo difícil que ha sido dar con alguna señal de su paradero. Hasta finales de la semana pasada ningún grupo había reivindicado el hecho. "Es una maga para desaparecerse", comentó un oficial del Unase, que investiga el caso.

Desde el principio la situación fué algo misteriosa. El sábado 15 de octubre, a las 9:30 de la noche, tres hombres vestidos con prendas del Ejercito aparecieron en la cocina de la finca de la ex senadora, afirmaron que hacían parte de la III Brigada y que estaban allí para averiguar si en la región había milicias populares. "Les respondí que no y los fui sacando -dice Martín Sánchez administrador de la finca-. Pero afuera me encontré con otros 20 hombres más. Uno tenía barba, sombrero y botas pantaneras. Entonces me dijeron que eran guerrilleros y que querían hablar con Regina. Ella estaba dormida, pero tuve que despertarla y decirle: 'madre, la guerrilla esta aquí y quiere verla"'.

Regina Betancourt, en pijama y con pantuflas, habló durante unos minutos con los hombres en la sala de su casa campestre. Ellos, equipados con armas de largo alcance, le dijeron que la iban a ser portadora de un mensaje de paz para el gobierno.

Hasta ese momento se supo del paradero de Regina 11. De ahí en adelante han surgido toda clase de teorías: algunos afirman que se trata de un autosecuestro, planeado con el fin de recuperar la popularidad que perdió luego de ser despojada de su investidura de congresista. Otros dicen que los autores del hecho son antiguos compañeros políticos de la ex senadora, quienes ahora se declaran como sus más acérrimos enemigos.

Las autoridades descartan estas versiones debido a las características del operativo. "Lo más seguro es que esté en manos de la guerrilla, pues en el sector donde fué secuestrada actúan células del ELN, las Farc y el comando Jaime Bateman del M-19 -le dijo a SEMANA el comandante del Unase en Cali-. "Es difícil que un grupo diferente a la guerrilla utilice el tipo de armamento que llevaban los secuestradores y emplee prendas de uso privativo de las Fuerzas Armadas", agregó.

Los reginistas tienen su propia explicación acerca del rumor del autosecuestro: "Eso es un invento del señor Rafael Pedraza, enemigo número uno de Regina. El la ha demandado penalmente más de 30 veces por envidia y celos políticos", dice Humberto Rojas, senador por el movimiento Unitario Metapolítico.

Por ahora los organismos de inteligencia tratan de dejar a un lado las especulaciones y dar con el paradero de la hoy candidata al Concejo de Bogotá. Su esposo, por su parte, parece estar tranquilo: "Yo no me siento tan mal con su secuestro. Se la llevaron porque la necesitan, quizás uno de sus comandantes está enfermo y requiere sus poderes mentales. Además, durante estos últimos años Regina ha trabajado mucho. Con lo que ha pasado, ella por fin se ha podido tomar unas merecidas vacaciones".-