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Por cinco millones de dólares

Con gigantescas recompensas y agresivas estrategias de persecución se busca a los mayores capos del mundo.

5 de diciembre de 2004

El martes de la semana pasada varios hombres de los grupos especiales de la Policía Nacional, la DEA y el FBI llegaron hasta dos lujosos apartamentos en exclusivos barrios del norte de Bogotá. Eran oficiales y agentes que desde hace meses están dedicados a realizar una implacable cacería contra los narcotraficantes más perseguidos por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Ese día el objetivo tenía nombre propio: Carlos Alberto Rentería, conocido con el alias de 'Beto Rentería'. Nacido en Tulúa hace 59 años, hace parte de la lista de los 10 narcotraficantes más buscados del mundo. Por cada uno de ellos se ofrece una recompensa de cinco millones de dólares.

Según los reportes de las autoridades, Rentería comenzó en el mundo del narcotráfico hace casi dos décadas como proveedor de insumos para el procesamiento de alcaloides para el cartel de Cali. Se asoció con narcos del centro y norte del Valle del Cauca, como José 'Chepe' Santacruz y Henry Loaiza, 'El Alacrán'. Por años siempre mantuvo un perfil más bajo que el de sus socios y competidores en el tráfico de drogas, lo que le permitió consolidar un área estratégica para sus 'negocios', como Tuluá y sus alrededores, y pasar inadvertido para la opinión pública.

Pero para la Policía, la DEA y el FBI, las actividades de Rentería no eran desconocidas ya que lo consideraban uno de los narcos de vieja data. Aunque él sabía que lo perseguían, siempre pensó que el anonimato era su mejor arma para escapar de las autoridades. Y así fue durante mucho tiempo. Sin embargo, eso empezó a cambiar desde el pasado 29 de abril, cuando su nombre fue incluido, junto con el de otros nueve narcotraficantes, en la lista de los más buscados. Ese día se conoció que era solicitado por cortes de Nueva York y la Florida para que responda por formar parte de una organización que ha enviado más de 500 toneladas de droga hacia Estados Unidos.

La cacería contra Rentería y los otros grandes capos se ha intensificado desde hace varios meses. El Bloque de Búsqueda de la Policía y las agencias antidrogas estadounidenses comenzaron a atacar las estructuras armadas y logísticas de cada uno de los narcos en sus zonas de influencia, principalmente en el norte del Valle del Cauca y el Eje Cafetero. Sin embargo, junto con la táctica de acecharlos con gran despliegue de fuerza en las áreas que controlan, la estrategia para dar con su paradero se ha enfocado recientemente en penetrar y cercar los círculos más íntimos de cada uno de los capos, compuestos principalmente por la familia y los socios y amigos cercanos.

La táctica está demostrando que puede ser muy efectiva. Y eso quedó en claro en los allanamientos que se efectuaron la semana pasada. En las viviendas de la familia de Rentería las autoridades encontraron lo que consideran un verdadero tesoro. Aparte de armas hallaron documentos de sus propiedades y cuentas bancarias en Colombia y Estados Unidos, lo que permitirá atacar su estructura financiera en los dos países. También, un completo listado de algunos de sus socios y contactos en el país y en el exterior. Aunque estos hallazgos eran importantes, lo más útil para las autoridades fueron unas fotografías recientes de Rentería, en las cuales se aprecia que su imagen actual es muy diferente a la que se conocía en los afiches de recompensa. De hecho, tres días después de la operación, el viernes pasado, los gobiernos de Colombia y Estados Unidos lanzaron un nuevo afiche y un programa de recompensas que incluyeron la nueva foto de Rentería. Para las autoridades, ese operativo es una muestra de que el círculo se les va a cerrar cada vez más a los capos y que sólo será cuestión de poco tiempo para dar con ellos.