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Al paredón con María Isabel

¿Por fin va a revelar el misterio sobre sus planes futuros?

Gina Parody le contesta esta pregunta a María Isabel Rueda

12 de febrero de 2006

M.I.R.: ¿Se va, se queda, o se lanza a la Alcaldía de Bogotá? G.P.: Me quedo, y me quedo en la Cámara de Representantes. M.I.R.:¿Y acaso usted, que sacó 80.000 votos en las últimas elecciones, no aspira a escalar al Senado? G.P.: El país político tradicional piensa que pasar de la Cámara al Senado es escalar y no ven a Bogotá sino como un trampolín para sus aspiraciones. Senado y Cámara cumplen la misma función y tienen la misma importancia. Bogotá es mi ciudad y mi prioridad. Y Álvaro Uribe, mi jefe. M.I.R.: ¿O sea, que por ahora no va tras la Alcaldía de Bogotá? G.P.: La Alcaldía de Bogotá es mi sueño. Tengo 32 años y mucho por aprender. No me obsesiona el poder. Quiero prepararme más y mejor. M.I.R.: Es cierto que usted trató de armar un bloque con Mockus y con Peñalosa para llevar una sola lista a la Cámara? G.P.: Sí. Peñalosa me propuso que él o yo encabezáramos una lista a Senado. Y yo le propuse que nos uniéramos para la Cámara. M.I.R.: ¿Y qué dijo? G.P.: Me dijo que había hablado con su equipo y que tomaron la decisión de conformar una lista exclusivamente peñalosista a la Cámara. Muchos peñalosistas son amigos míos. Peñalosa no ha entendido que no somos enemigos, ni rivales. Ojalá no se quemen mis amigos. M.I.R.: ¿Y qué pasó con Mockus? G.P.: Mockus me dijo que aunque yo era "lo más exquisito del uribismo", sigo representando a Uribe y él insiste en ser una opción distinta. Respeto y entiendo su posición. Y sobre la lista única por Bogotá, con Peñalosa y conmigo, me dijo que con Peñalosa tenía unas diferencias éticas profundas. M.I.R.: Esa lista habría arrasado con las 18 curules por Bogotá, y la ciudad habría quedado superrepresentada? G.P.: Claro. Algún día ellos entenderán que la pelea dura por la renovación política y la transparencia en el quehacer político necesita que los afines nos unamos, respetando las diferencias. Mientras poderes regionales tradicionales y mafiosos se unen, en Bogotá seguimos haciendo cuentas individuales. M.I.R.: ¿Y por qué no hacer una lista 'de primera desde el Senado? G.P.: Le voy a dar tres razones. La primera: si los bogotanos apoyan mi lista para la Cámara, no van a tener sólo a Gina Parody trabajando por la ciudad y por el país, sino a un equipo. M.I.R.: La siento aspirando a sacar varias curules en su lista? G.P.: En el Congreso, a pesar de que tengo muy buenos amigos, uno está muy solo. Los retos de la ciudad y del país requieren más equipo y menos individualismo. Allá hay que llegar con un grupo de gente que funcione y piense como equipo. La segunda razón es que las curules del Senado se volvieron una competencia de políticos tradicionales, con influencias regionales y de actores ilegales muy complicada. A eso no le jalo. Y la tercera es que muchos representantes de Bogotá que había en la Cámara se retiran o se van para Senado. La Cámara de Bogotá se va a quedar muy sola. Por todo eso yo me quedó acá. M.I.R.:¿Cómo puede estar con Uribe, si igualmente usted es muy amiga del senador Rafael Pardo, que rompió con el uribismo? ¿Y si es tan uribista, por qué no está en ninguna de las listas que apoyan al Presidente? G.P.: Vamos por partes. Jamás habría tomado esta decisión sin la aprobación del Presidente. Él conoce claramente mis diferencias con las listas que lo apoyan. Es una relación franca que me permite disentir. M.I.R.: ¿Y cuáles son sus diferencias con las listas de Juan Manuel Santos y de Germán Vargas? G.P.: Las que todo el mundo conoce. Son producto de un simple cálculo electoral, sin identidades ni convicciones. Hay que ver lo que nos cuesta que se voten los proyectos buenos del gobierno. Ni siquiera hay quórum. M.I.R.: Se rumoró mucho que tanto Santos como Vargas la persiguieron hasta para ofrecerle la cabeza de lista. ¿Ni lo pensó? G.P.: No es tan simple. Germán siempre ha sido muy generoso conmigo, no sólo en el tema electoral, sino también en el apoyo a mis proyectos y hasta en la presidencia de la comisión primera. Pero yo no podía convertirme en el juez de Cambio Radical. Yo puedo escoger con quién hago política yo, pero no puedo imponer con quién hace política Germán o Juan Manuel. Con Santos tuve una conversación hace ya varios meses cuando se rumoraba que iba a haber una lista única uribista. Yo le dije: hagamos esta conversación cortica. Mi único umbral es que la gente que esté en la lista respete el derecho a la vida y no tenga vínculos ilegales. Él me dijo que su umbral incluso era más alto: que tampoco robaran. Ojalá lo logre? M.I.R.: ¿Tampoco la tentó irse con él para la lista del oficialismo liberal? G.P.: Rafael fue una pérdida letal para el uribismo, pero ya se fue. Si hoy Pardo se hubiera tomado el liberalismo, lo hubria renovado y no sería rival del presidente Uribe, yo estaría políticamente con Pardo. Pero ninguna de esas condiciones se cumplió. M.I.R.: Entonces se va sola? G.P.: No, sola no. Con Uribe. ¿Le parece poco? M.I.R.: No hemos hablado de su conversación con el Presidente.¿Ya le contó sobre sus planes? G.P.: Le fascinó la idea. Él me dijo: "Hágale, hijita". Y acá voy, haciéndole? Lo único que me pidió es que le aclarara a Germán y a Juan Manuel que la idea de irme sola fue mía y no de él. M.I.R.: Hasta Gustavo Petro admite que usted ha sido una excelente congresista. Pero ¿por qué un bogotano debería votar por usted y su equipo? G.P.: Hay temas que defendemos muy pocos. Porque no son taquilleros, no ponen votos y generan polémica. Le pongo ejemplos: el medio ambiente urbano y la chatarrización. No es sacar los buses viejos para que la ciudad se vea más linda, sino porque en ciudades como Bogotá se mueren más niños por enfermades respiratorias que por desnutrición. Ese proyecto lo hemos presentado cuatro veces y no le hemos podido dar primer debate porque los transportadores están incrustados en todos lados. Y, por supuesto, la más grande y difícil: la seguridad, que, al mejor estilo de la política de seguridad democrática del Presidente, implica desde combatir el simple raponazo hasta evitar que los paras se tomen Bogotá. M.I.R.: ¿Es cierto que hizo las paces con Garzón? G.P:. Garzón entendió que la Alcaldía no es simplemente un servicio militar obligatorio para llegar a la Presidencia, y que todo no se puede improvisar. La improvisación le ha costado literalmente sangre a Bogotá. Tenemos más homicidios, atracos, una mayor sensación de inseguridad y perdimos la prioridad por el respeto a la vida. Hemos construido un canal de comunicación entre las diferencias que tenemos sobre el manejo de la ciudad. M.I.R.: ¿Cuáles son esas diferencias suyas con Garzón? G.P.: La seguridad de la ciudad va mal, salud a su hogar es un fracaso, y los compromisos de Garzón con los transportadores que financiaron su campaña los hemos pagado todos los bogotanos, en la no chatarrización de buses viejos, en el caos del tránsito, en el aire venenoso que respiramos y en el deterioro de la calidad de vida en la ciudad. Un costo muy alto. M.I.R.: ¿Por qué una persona como usted, que tiene media docena de posgrados, que podría estar dedicada a la empresa privada, que tiene una vida acomodada, se le mide a algo como el Congreso, a lo que mucha gente preparada de Colombia le huye por ingrato, por difícil y porque marca a cualquiera de corrupto? G.P.: No podemos dejar a Colombia en manos de los que llegan para hacer contratos y defender intereses personales. Le confieso que estuve muy tentada de irme a hacer otro posgrado en Boston, y lo cambié por uno en Internet sobre desarrollo urbano. Lo hice por que hay que estar aquí, hay que seguir luchando y si uno no vibra por este país, nos vamos a estar quejando toda la vida M.I.R.: ¿La desinflaron Mockus y Peñalosa? G.P.: Mockus tuvo una respuesta clara y respetable. Él tiene un papel muy importante en la política nacional, aunque tenga mejores opciones en el futuro que en el presente. Peñalosa no sé qué quiere. Un día es uribista, al otro, liberal oficialista, al tercero, nuevamente uribista. Ayer era candidato presidencial, ahora parece que quiere volver a la Alcaldía de Bogotá pero previamente como que hará una parada en el Senado. Siento que perdió el rumbo y sigue creyéndose el dueño exclusivo de Bogotá. Perdimos una gran oportunidad. M.I.R.: ¿No suena un poquito 'sobradita'? G.P.: Si algo he aprendido en estos cuatro años en el Congreso, es a bajar mi ego y a subir mi autoestima. Si me creyera sobradita, estaría 'escalando' a la Alcaldía. Me quedo para seguir representando a mi ciudad en la Cámara. Le insisto, o nosotros hacemos este país o las mafias seguirán imponiendo el suyo. De todas maneras, nuestra lista será de primera. M.I.R.: ¿Eso no suena como a lema de campaña? G.P.: Pues ya que lo menciona, me suena. Bogotá de primera, con gente de primera, con una lista de primera, con ideas de primera, para una Colombia de primera... me suena, me suena. Ojalá que también les suene a los bogotanos.