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¡POR FIN!

La captura de Simón Trinidad no cambia la ecuación de la guerra pero tiene un valor simbólico enorme.

4 de enero de 2004

"Viva Simon Bolivar, viva la lucha de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia", fue lo primero que gritó "Simón Trinidad" cuando fue mostrado a la prensa por las autoridades ecuatorianas, las mismas que en un control migratorio de rutina lo detuvieron en una de las avenidas más céntricas y concurridas por los turistas que visitaban Quito. Pero a Ricardo Palmera ese retén, aparentemente inofensivo, le cambió la suerte en la noche del viernes 2 de enero. Cuando fue requerido para su identificación no se mostró sorprendido y dio tranquilamente el nombre de "Cristo Rey Mariscal Peralta", según él un colombiano común y corriente que pasaba el fin de año en el vecino país. La captura, sin embargo, no fue ninguna casualidad. La dirección de inteligencia de la Policía Nacional y el Ejército, con ayuda de autoridades norteamericanas, ya tenían conocimiento de que Trinidad andaba desde hacía seis meses por Quito, haciéndose chequeos en un centro médico de esa capital. Las informaciones indicaban que el hombre sufría de leichmaniasis, una enfermedad común en la selva, y, aparentemente, de un cáncer. Por interceptaciones se supo que en la última oportunidad Trinidad entró al Ecuador el 25 de diciembre, donde desde el 8 de ese mes, siete agentes de inteligencia de la Policía colombiana estaban coordinando su seguimiento, con la colaboración estrecha de la policía ecuatoriana. El 31 de diciembre las autoridades de ese país pidieron al DAS la circular roja, el documento expedido por Interpol en el que se señalan las personas que deben ser capturadas de inmediato, y en la que requería a Ricardo Ovidio Palmera Pineda con la orden de captura 653 expedida desde el 18 de septiembre de 1987. Y el viernes en la noche todo se desencadenó, con la participación de un informante que recibirá 820.000 dólares de recompensa. De inmediato se puso en conocimiento de la captura al Presidente Alvaro Uribe y se adelantó el ágil proceso de deportación del jefe guerrillero. En una rueda de prensa en Quito, el comandante de la policía ecuatoriana, general Jorge Poveda, confirmó la identificación de "Simón Trinidad" y sostuvo en forma escueta que"no vamos a permitir que estos hombres nos compliquen nuestra situación. Minutos después "Trinidad" era subido en un helicóptero Super Puma hacia la ciudad fronteriza de Ipiales. Llegó al caer la noche al aeropuerto militar Catam, de Bogotá.y fue recluido inicialmente en las instalaciones de la Fiscalía. Desde Montería, el presidente Uribe felicitó a la Fuerza Pública y agradeció la colaboración al presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez y a su pueblo: "Con perseverancia y paciencia la tarea continuará hasta el desmantelamiento total del terrorismo", dijo el primer mandatario. Y desde Medellín, el ministro de Defensa Jorge Alberto Uribe dijo que "sobre este criminal pesan 30 cargos nacionales e internacionales de terrorismo, rebelión, secuestro extorsivo, homicidio múltiple, concierto para delinquir y todos los que contempla nuestro código penal". Palmera es acusado además de haber ordenado el secuestro y posterior asesinato de la exministra de Cultura Consuelo Araújo Noguera en 2002, del gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria y del ex ministro Gilberto Echeverri. ¿Quien es el? Su verdadero nombre es Ricardo Ovidio Palmera Pineda y cumplió el pasado 30 de julio 53 años. Era conocido como el niño bien de Valledupar, su tierra natal, en donde fue gerente de la sucursal del Banco del Comercio. Su esposa también gerenciaba una entidad bancaria y sus dos hijos estudiaban primaria en el Loperena, el mejor colegio de la capital del Cesar. En ese entonces Palmera tenía un salario apreciable de 180 mil pesos, era admirado por las mujeres, respetado por sus colegas, tenía acceso directo al club Valledupar, apartamento propio y carro. Pero a pesar de que disfrutaba de la mejor vida social y de que se codeaba con la crema y nata de la ciudad, pasó de ángel a demonio. La caída se produjo cuando sustrajo 30 millones de pesos del Banco y decidió meterse a la Sierra Nevada en 1987. Con él se llevó una larga lista de las transacciones realizadas por los millonarios de la región, que después utilizaría para extorsionar y secuestrar a comerciantes y agricultores a nombre de las Farc. "El único lunar en mi vida es el de pertenecer a la oligarquía de Valledupar", dijo Palmera a sus amigos al momento de meterse al monte, decisión que al parecer sólo entendieron sus familiares: su padre, el abogado Ovidio Palmera, liberal de avanzada, uno de los juristas más destacados del departamento. Su madre, Alix Pineda, santandereana, su hermano el arquitecto Jaime Palmera y sus hermanas, Leonor, antropóloga, ex reina de belleza y quien fuera secuestrada y posteriormente liberada por Carlos Castaño y Elsa, diseñadora textil, ambas egresadas de la Universidad de los Andes, de Bogotá. "Simón Trinidad" estudió buena parte de su bachillerato en el encopetado colegio Helvetia, de Bogotá, y cursó cuarto y quinto de bachillerato en la Escuela Naval de Cartagena. Pero a la hora de escoger una profesión decidió por la economía en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde terminó en 1976 antes de adelantar una especialización en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. De regreso al país se vinculó a la Caja Agraria del Cesar, como asesor y consultor, recomendado por el senador Alvaro Araújo. De ahí pasó a ser administrativo y catedrático de la Universidad Popular del Cesar como profesor de Historia Económica de Colombia en la Facultad de Ciencias Administrativas y a la vez ocupaba la gerencia del Banco del Comercio. " Si el asunto era de plata, Ricardo habría seguido con sus actividades y hoy tendría todo el dinero del mundo", le dijo a SEMANA uno de sus mejores amigos de la época. Jefe guerrillero Pero así como disfrutaba de todos esos privilegios, Palmera comenzó a acumular resentimientos. Muchos amigos suyos, que habían mostrado simpatías por la izquierda, resultaron muertos y exiliados como supuestos auxiliadores de la guerrilla tras el proceso de paz del presidente Belisario Betancur en 1984. En esa época Palmera conoció a Consuelo Araújo Noguera, cuando la Cacica se la jugaba toda por la paz de Belisario. Ella, que años más tarde sería secuestrada y asesinada por las mismas Farc, conoció las inquietudes políticas de Palmera, quien entonces militaba en un grupo Causa Común, junto con otros intelectuales vallenatos. Desde que ingresó a las Farc muchas familias vallenatas odian a Ricardo Palmera, su propia familia lo extraña y algunos amigos lo recuerdan. Palmera, vestido de camuflaje y armado hasta los dientes, logró en pocos meses ser el comandante del Bloque Caribe que opera en el norte del país. Años después se convirtió en uno de los más importantes jefes de la organización subversiva al punto de que llegó a ser uno de los negociadores en el fallido proceso de paz del gobierno de Andrés Pastrana. Como integrante del comité temático que sesionaba en el corregimiento de Los Pozos, viajó a Dinamarca, Suecia, España e Italia en compañía del Comisionado para la Paz, Víctor G. Ricardo. Era uno de los principales voceros de las Farc en ese proceso junto con Andrés París, Carlos Antonio Lozada y Joaquín Gómez. En ese entonces "Simón Trinidad" reconoció el error que cometieron los guerrilleros del Bloque Caribe por la muerte en cautiverio de la ex ministra Araújo Noguera cuando el proceso de paz estaba en franco desgaste. Luego de este hecho sucedido el 30 de septiembre de 2001, él y el "Mono Jojoy" incidieron para que las Farc suscribieran el Acuerdo de San Francisco de La Sombra, que le dio prioridad en las negociaciones al tema del intercambio de presos por secuestrados. Finalmente, el acuerdo no prosperó y se llegó al fracaso del proceso, el 20 de febrero de 2002. Quienes estuvieron en el Caguán reconocen a "Simón Trinidad" como el orientador de las discusiones de los temas económicos y financieros por sus conocimientos de macroeconomía y por su habilidad en el manejo de las finanzas de las Farc, pero dicen igualmente que este guerrillero tiene claro lo que ese grupo puede lograr a través de una mesa de diálogo, así maneje un lenguaje belicoso. Las consecuencias La captura de Simón Trinidad era la noticia que estaba esperando el país hace muchos años, Es el guerrillero de más alto rango que se ha capturado en la historia de las Farc. No son pocos los que se preguntan porqué en 40 años de lucha antisubversiva las autoridades colombianas han sido incapaces de detener o dar de baja a un miembro de la cúpula de la guerrilla más antigua del mundo. Los colombianos han visto cómo los jefes de las Farc pasan, con el correr de los años, del frente de batalla a la mesa de negociación, de la mesa de negociación a la orden de captura y así sucesivamente en un carrusel de imágenes que culmina en las exequias del líder guerrillero por muerte natural en la mitad de la selva, tal como sucedió con Jacobo Arenas, jefe ideológico de las Farc La captura envía un mensaje claro: los jefes también caen. El halo de invulnerabilidad de la cúspide de las Farc se empieza a resquebrajar por primera vez. Por eso el mayor éxito ha sido en el terreno simbólico. Los colombianos estaban pidendo a gritos la cabeza de un pez gordo. No porque tener a un pesado tras las rejas vaya a cambiar la ecuación del conflicto, sino porque en las guerras no solo basta con avanzar en el campo de batalla sino que es esencial que los ciudadanos sientan que van ganando. La eficacia simbólica de la victoria, el hecho de que en el imaginario colectivo de un país exista la creencia de que el triunfo es posible, es igualmente importante a las conquistas que centímetro a centímetro ganan los soldados en las trincheras. Desde que el presidente Uribe asumió las riendas de la guerra el Estado ha ido ganando terreno en el campo táctico y estratégico. El secuestro se redujo en un 30 por ciento, el desplazamiento forzado disminuyó en un 40 por ciento, las tomas a pueblos se redujeron de 32 a 6 en el último año, los combates contra los grupos armados ilegales aumentaron en 73 por ciento y la presencia de la policía en los municipios del país cubre ahora todo el territorio nacional. Hay, pues, grandes avances en el pulso militar. Pero son avances silenciosos, imperceptibles para el grueso de la opinión. Por eso, la captura de Trinidad tiene un impacto mediático y sicológico importantísimo. El segundo efecto de esta noticia tiene que ver con el intercambio humanitario. Si bien es una gran noticia para el país, no necesariamente lo es para los familiares de los secuestrados por las Farc. Si el secretariado, como es previsible, mete a Trinidad en el grupo de guerrilleros canjeables por policias y soldados, el intercambio humanitario se puede enredar aún más. Es difícil concebir que la opinión pública y el propio Presidente dejen salir a su trofeo más preciado. Y es difícil concebir al líder de las Farc, Manuel Marulanda, pidiendo un intecambio sin incluir a Trinidad. Sea lo que fuere, el tema del acuerdo humanitario no hace sino complicarse con esta noticia. Lo que cambiaría esa situación sería, como parece probable, que fuera pedido en extradición por Estados Unidos por el secuestro y asesinato de los pilotos de la avioneta de observación el 13 de febrero de 2003. Ahora falta ver si se cumple la frase del Ministro de defensa, cuando dijo que "yo no hago profecías ni registro premoniciones,. Sin embargo, hoy tres de enero no resisto la tentación de rogarle a Dios que aquel cuento de las cabañuelas se aplique también a la paz de mi patria y que la captura de este criminal sea el preludio de otras buenas noticias para la paz de Colombia en 2004".