Iván Duque Márquez, presidente de la República de Colombia y Alicia Arango, ministra de Trabajo. | Foto: Mintrabajo

LABORAL

¿Por qué es ‘histórica’ la reunión para discutir el salario mínimo?

Este jueves a las 8:30 de la mañana dará inicio a una reunión más de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales. Sin embargo, se espera que ocurra algo histórico.

24 de octubre de 2018

La razón es sencilla. “Es la primera vez que el Presidente de la República va a participar directamente de la Comisión”, explicó el presidente de la Confederación General del Trabajo, Julio Roberto Gómez.

Se espera que el Presidente Iván Duque, luego de su llegada al país tras su gira por Europa, haga presencia en esta reunión a la que asisten no solo trabajadores y gobierno sino también empresarios.

“Estamos muy complacidos porque por primera vez vamos tener a un Presidente de la República en esa instancia”, dijo Bruce Mac Máster al hacer énfasis en la importancia del gesto del Primer Mandatario.

La comisión es el escenario natural para discusiones sobre mercado laboral, pero especialmente allí es donde se trata de llegar a un acuerdo en materia de aumento al salario mínimo.

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Es claro que el Presidente Duque quiere enviar un mensaje de concertación y discusión democrática, pues esta ha sido su consigna durante la campaña presidencial y lo que lleva de gobierno.

Sin embargo, el gesto tiene mayor significación si se tiene en cuenta que la discusión sobre el salario mínimo se encuentra “alborotada” gracias a la propuesta del jefe natural del partido de Gobierno, el senador Álvaro Uribe, de impulsar un proyecto de ley, para lograr un aumento extraordinario en el salario mínimo con el objetivo de compensar un eventual golpe a la clase media por cuenta de la aprobación de una reforma tributaria que ayude a financiar el déficit presupuestal de 2018; además, para compensar una eventual rebaja de impuestos a las empresas. Estos dos serán los ejes de la reforma tributaria que está a punto de radicar el Gobierno en el Congreso.

Claramente todas las movidas en este sentido buscan generar el ambiente propicio para sacar adelante tales medidas de ajuste cuya fórmula final es bastante impopular.

Vale recordar que el Congreso de la República acaba de aprobar un Presupuesto General de la Nación por $259 billones, que está desfinanciado, según las cuentas oficiales, en cerca de $14 billones.

Además, el ambiente político ha estado caldeado por cuenta de las protestas de los profesores que piden un mayor presupuesto para educación y muchos otros que se manifiestan en contra de medidas como la ampliación en la base del IVA y la reducción de la tarifa de renta a las empresas.

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Que el Presidente decida participar de esta instancia directamente es un mensaje político sobre su deseo de que se logren consensos, pero además pone énfasis en el hecho de que ahora más que nunca es necesario que todas las partes pongan de su parte para avanzar por el camino de los ajustes necesarios para la economía colombiana.

Lo que queda en evidencia es que el debate público más actual hoy es de dónde va a salir la plata que el país se quiere gastar cada año. Nunca, como ahora, las decisiones sobre los ingresos fiscales y los gastos del presupuesto han estado en un momento tan agitado.

Por eso la importancia de este escenario de discusión tripartita para el Gobierno, porque es necesario poner sobre la mesa todas las posibilidades. Si el garrote va a ser la reforma tributaria, la zanahoria será un aumento considerable en el salario mínimo.

Según Gómez de la CGT, un incremento considerable en el salario sería importante para los trabajadores colombianos, porque dignifica el ingreso de la mayor parte de la población colombiana.

No obstante, destacó que ello debería darse como resultado del proceso de concertación y no por cuenta del debate legislativo, como lo propuesto por el senador Álvaro Uribe.

Desestimó que este incremento adicional -que según Gómez, el senador Uribe ya tasó en 8,5%- pudiera golpear la inflación y el mercado laboral.

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No tienen la misma idea muchos empresarios y economistas, que consideran que un incremento exagerado en el salario mínimo pondría una pesada piedra en los balances empresariales y, además, generaría presiones inflacionarias que podrían diluir el propio aumento.

Ese será el debate de aquí a finalizar el año, cuando el Congreso apruebe la tributaria y el Gobierno firme el decreto para aumento salarial. ¿Cuál será la salida? Esa es la pregunta del millón, pues es claro que hay muchas cosas en juego, la principal de ellas, el futuro de la economía colombiana.