¿Por qué los colombianos estamos en guerra?: la reflexión de Íngrid Betancourt

La excandidata presidencial y víctima de las Farc, Íngrid Betancourt, ha estado en boca del país durante la última semana. Su diálogo con el padre Francisco de Roux en el marco de una actividad de la Comisión de la Verdad, en la que calificó el flagelo del secuestro como un “asesinato”, sacudió al país y consiguió lo impensado. Después de muchas negativas y una actitud abiertamente recalcitrante, los líderes de la antigua guerrilla admitieron que secuestrar gente “fue un gravísimo error” y se declararon “arrepentidos” por lo sucedido. Sin duda, este fue un paso importante hacia el camino de paz, verdad y reconciliación que se planteó en un principio con la dejación de las armas y la firma del acuerdo de paz en 2016. Todavía falta mucho por recorrer, pero puede ser el inicio.

En este contexto fue que Betancourt fue entrevistada por María Jimena Duzán, espacio en el que compartió profundas reflexiones sobre la guerra y la actitud que debe tomar el país para superar tantas décadas de enfrentamiento.

En primera medida, la excandidata identificó la polarización que desde hace unos años reina en el ambiente político como uno de los síntomas a tratar como sociedad. Reiterando que es una situación de la que “tenemos que salir”, afirmó que debería ser un objetivo a corto plazo y responsabilizó a los líderes políticos de aprovechar las opiniones diversas para generar un ambiente de confrontación. Sin embargo, añadió que para superarla cada quien debe aportar su parte.

“La polarización es obviamente incitada por nuestros líderes políticos porque les trae beneficios electorales, pero creo que también es alentada por cada uno de nosotros. La manera de salir de la polarización es desarrollando, en nuestra manera de aproximarnos a las noticias y al día a día de nuestra nación, un espíritu crítico y no aceptando que nos mastiquen las noticias” afirmó.

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Tras hacer un llamado a la ciudadanía para que lo piense dos veces antes de darle credibilidad a alguien, señaló que muchos de estos líderes se guían exclusivamente por intereses personales y, a través de su poder de persuasión y carisma, instrumentalizan a los colombianos para que tomen ciertas actitudes hostiles que solamente alimentan su poderío político.

“La polarización sirve a los que se quieren hacer elegir y no al pueblo colombiano porque los muertos los ponemos nosotros” aseguró contundentemente. Recordó que, en la mayoría de casos, las víctimas del conflicto son personas “humildes y trabajadoras” que por diferentes razones terminaron envueltas en una problemática que jamás tuvo como finalidad conseguir una mejoría en sus condiciones de vida y sencillamente fueron utilizados como carne de cañón.

Aprovechó el momento para evocar al escritor y ensayista francés, Paul Valéry, y en sus palabras sintetizó su sentir: “La guerra es la masacre de muchos que no se conocen a beneficio de otros que sí se conocen pero no se masacran”.

Por último, declaró que el colombiano promedio dista mucho de lo que fueron los paramilitares y las guerrillas. Apelando a un sentido de generosidad, Betancourt calificó como “pacífico, espiritual y con una bondad de alma” al pueblo colombiano y manifestó que no todo el que pide justicia —independientemente de su postura y para quien la pida— es violento.

“Tenemos que liberarnos de ser marionetas de otros”, cerró.