¿Por qué no se protegió a Angélica Bello?

La muerte de Angélica Bello, reconocida líder de las mujeres desplazadas, llamó la atención de la Corte Constitucional.

El alto tribunal le solicitó al Gobierno Nacional información sobre la muerte de la mujer y las medidas de protección que cobijan a sus familiares.

La Corte aseguró que, según información allegada a ese alto tribunal, Bello “fue amenazada en días anteriores a su deceso, razón por la cual solicitó apoyo de reubicación urgente a la Unidad Nacional de Protección, sin que, presuntamente, obtuviera respuesta sobre el particular”.

En ese sentido, el alto tribunal pidió a la directora de la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral de Víctimas y al director de la Unidad Nacional de Protección entregar un informe sobre el caso, especialmente en alusión a las medidas de protección de la familia de Bello y “las gestiones adelantadas con ocasión de la solicitud de reubicación”.

En el auto, la Corte se comprometió a enviar las informaciones sobre el caso a la Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría, para que “estas entidades inicien trámites que estimen procedentes”. Así las cosas, pidió total confidencialidad de los datos.

Al respecto, la corporación espera que el ente acusador investigue los hechos a la “mayor prontitud posible” y rinda un informe sobre los avances en las investigaciones. Así mismo, indicó al Ministerio Público efectuar una “vigilancia permanente a los procesos investigativos” e informar cada mes sobre los resultados de su gestión.

“Varias organizaciones de mujeres han informado a esta sala especial de seguimiento de la muerte de una líder perteneciente a una organización de mujeres el pasado 16 de febrero en un municipio de la costa caribe”, recordó la Corte.

El alto tribunal reiteró que vela porque las entidades y los organismos competentes adopten las medidas necesarias para asegurar el respeto a los derechos de los desplazados. Específicamente, se refirió a la protección de los derechos a la vida y a la seguridad de los líderes en situación de riesgo, como es el caso de Bello, y la importancia de adoptar medidas urgentes.

Frente al pasado de la líder, el alto tribunal reconoció que era beneficiaria de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y contaba con medidas de protección por parte de la Unidad Nacional de Protección.

 

Angélica Bello fue hija de la Violencia de los años 50. De joven vivió en carne propia el conflicto interno como dirigente de la Unión Patriótica. Ella y su hija han sido unas de las tantas mujeres víctimas de violencia sexual.

A pesar de las amenazas, fue la primera mujer en contar su historia públicamente y le dio rostro a ese delito que se comete todavía amparado en la impunidad de la justicia y en el miedo a confesar. 

Ella denunció su caso ante la Fiscalía, pero este nunca avanzó, y mientras tanto, se incrementaron las amenazas en contra de su vida.

El domingo pasado Angélica Bello apareció muerta en su casa, en Codazzi, Cesar. Los primeros indicios sugieren que pudo tratarse de un suicidio, aunque sus familiares descartan esa posibilidad.

Bello pertenecía al comité ejecutivo del Sistema de Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Desde esa organización luchaba por los derechos de las mujeres.