Por el derecho a jugar: niños hicieron cacerolazo para que les dejen jugar en su conjunto

En los últimos meses, en Colombia se han vivido cientos de protestas de ciudadanos inconformes que exigen al Gobierno que les garantice sus derechos. Algunas de las manifestaciones se han visto opacadas por el accionar de unos pocos violentos que deberían tomar ejemplo de una singular protesta de unos niños en un conjunto residencial de Bogotá.

En un video que se ha difundido en redes sociales se registra como varios pequeños, con carteles y arengas, exigen poder jugar en su conjunto residencial ubicado en el sector de Bosa.

Según el usuario de redes que difundió el video, los infantes de este conjunto no pueden disfrutar del parque porque fue cerrado hace tres años y ahora no les permiten correr por los pasillos.

Debido a esta situación, los niños decidieron protestar con un cacerolazo en contra de la administración y pedir que se les habilite el parque o se les permita jugar en las zonas comunes.

De acuerdo al relato de una testigo, los pequeños esperaron por la administradora y cuando llegó le mostraron los carteles e hicieron una marcha simbólica al interior del predio. Las proclamas hechas en los carteles decían "Queremos el parque".

Una de las principales peticiones de los niños a la administración es que se retiren los rodaderos inservibles y que les deje el espacio sin adecuaciones para poder jugar en esta zona del conjunto.

La grabación ha suscitado una gran cantidad de reacciones elogiando la manera en la que estos infantes han exigido su derecho a jugar y poder hacer uso de las zonas comunes del lugar en el que viven.

A diferencia de las negociaciones entre el Gobierno y la mesa nacional de Paro, las manifestaciones de los niños han tenido un inicio alentador pues la administradora les ofreció una reunión para escucharlos y poder llegar a un acuerdo con respecto a una posible solución.

Una de las testigos también manifestó que se había hecho una venta de tamales para conseguir recursos para arreglar la situación, pero finalmente no hubo ningún arreglo y los niños no han podido disfrutar de su parque.

"Aquí hicieron una venta de tamales hace un año para arreglar el parque, pero el parque sigue igual. Tristemente yo no puedo pelear, no soy propietaria sino arrendataria y por lo tanto no puedo asistir ni siquiera a las asambleas", dijo la mujer.