Nace ProBogotá

Con 8 millones de habitantes en su área metropolitana, Bogotá está sufriendo hoy las consecuencias de no haber impulsado con más ímpetu y eficiencia obras de infraestructura y movilidad. Si bien la administración distrital cuenta con una ambiciosa agenda que incluye la primera línea del metro, dos cables y troncales de TransMilenio y el Sistema Integrado, el ritmo de ejecución e implementación está lejos de ser el necesario para tener una ciudad competitiva. Desde el punto de vista de la transformación física, los bogotanos perciben a una ciudad que no ha inaugurado grandes obras en la última década y que va rezagada en sus índices de calidad de vida.

Este panorama de desafíos urbanos es más estratégico que coyuntural y sobrepasa el alcance de una administración distrital. De hecho, desde la movilidad hasta la promoción de la inversión requieren una visión de ciudad construida por distintos actores públicos, privados y sociales de la que hoy carece Bogotá. Esa carencia de un espacio de confluencia para debatir los caminos estratégicos que la capital necesita en el mediano y largo plazo inspiró a un grupo de 70 empresas a crear ProBogotá.

Esta naciente entidad surge del interés del sector privado capitalino en generar la discusión entre los distintos sectores de la sociedad para construir una visión compartida de la ciudad región. Además de la construcción de un espacio de diálogo, ProBogotá le apostará al estudio y a la priorización de iniciativas en las áreas estratégicas para el futuro de la ciudad como la movilidad, la creación de empleo, la infraestructura, la educación y el medio ambiente entre otros. Asimismo, a la construcción de una visión de ciudad y la hoja de ruta para que los bogotanos se dirijan hacia ella.

Los problemas estructurales de la capital no están limitados a la movilidad y a proyectos de cemento y vías. Con respecto a los municipios circundantes la relación con la metrópoli necesita más dinamismo institucional. Aunque ha estado sobre la mesa por muchos años la conformación de un área metropolitana, una Bogotá-región, es momento de llevar esos debates a una realidad más tangible y más orientada al desarrollo sostenible de un territorio estratégico.

Si bien Bogotá es la sexta metrópoli latinoamericana en población y séptima en tamaño de la economía, sus indicadores de competitividad y productividad no son los mejores en comparación con la región. De acuerdo a estudios de la consultora McKinsey, el crecimiento económico bogotano no se ha traducido en menor informalidad laboral, mejoras en la productividad del empleo o una mejor infraestructura educativa y de salud a pesar de los avances en cobertura.

No todo son malas noticias. Las cifras de reducción de la pobreza han venido cediendo: en 2013 este indicador bajó al 10,2 por ciento de la población capitalina. La tasa de desempleo, 8,9 por ciento al cierre del año pasado, es una de las más bajas del país. Los homicidios también han experimentado una marcada tendencia a la baja en los años recientes. A pesar de esos números, el ambiente de la ciudad y la percepción de seguridad en este mismo periodo ha venido en franco deterioro.

De acuerdo a cifras del programa cívico Bogotá Cómo Vamos solo cuatro de cada diez capitalinos cree que la ciudad va por buen camino. En 2008 esa proporción de optimistas era de dos de cada tres. Mientras en ese año el 73 por ciento de bogotanos se sentía orgulloso de la capital, en 2013 ese registro había caído a 55 por ciento. A este pesimismo generalizado se suma una creciente sensación de inseguridad: solo uno de cada cinco bogotanos se siente seguro en la ciudad.

Una visión de una capital como Bogotá no se construye sola ni se impulsa de manera exclusiva desde un gobernante. Organizaciones de origen privado como la nueva ProBogotá han sido vitales en el desarrollo de otras urbes en el mundo. Partnership for New York City o el World Business Chicago han desarrollado en esas ciudades norteamericanas alianzas entre empresarios, la academia y los gobiernos para impulsar la economía urbana y fomentar la competitividad y el empleo. Los ejemplos de esfuerzos de este tipo abundan tanto en Norteamérica y Europa como en Australia. En el caso de Colombia, ProAntioquia ha sido vital en el desarrollo de esa región del país en alianza con los actores públicos y privados mientras que ProBarranquilla se ha especializado en la atracción de inversiones a la capital atlanticense.

ProBogotá quiere ayudar a construir una visión estratégica, busca abrir un espacio de diálogo entre los distintos actores pero sobre todo pretende tener una capacidad de propuesta técnica que ayude a tomar mejores decisiones para la ciudad y la región central. Esta importante entidad nace de la mano de 70 compañías con sede e interés en la capital, dentro de las cuales están el Grupo Bolívar, Colpatria, Mckinsey y Publicaciones SEMANA. En el liderazgo de su junta directiva está José Alejandro Cortés, cabeza del Grupo Bolívar. A su lado como impulsores de la idea se cuentan Carlos Enrique Moreno de Corona, Alejandro Santos de SEMANA, Eduardo Pacheco de Colpatria, Pedro Navas de Ospinas y Andrés Cadena de McKinsey.

Movilidad, infraestructura, conexión con la región, calidad en los servicios públicos básicos, seguridad ciudadana, son algunos de los retos estructurales que esta nueva entidad discutirá con la mira puesta en la fortaleza técnica, en la capacidad de convocatoria a otros actores y en servir de promoción e impulso a esa agenda urbana. Sin tintes políticos ni inclinaciones partidistas, ProBogotá es una organización que busca convertirse en el nuevo espacio para la discusión de proyectos estratégicos para la ciudad y en el punto de encuentro para diseñar el futuro de la capital del país.