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Juan Manuel Santos, Alejandro Ordóñez e Iván Márquez. | Foto: Archivo SEMANA

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Ordóñez: cálido con Márquez, frío con Santos

En una carta del procurador dirigida a Iván Márquez, se reiteran sus críticas al proceso de paz, pero abre algunos espacios de aproximación. Y le lanza pullas a Santos.

23 de junio de 2015

El procurador Alejandro Ordóñez ha sido uno de los más agudos críticos del proceso de paz. También, uno de los principales ‘blancos’ de los ataques que con cierta frecuencia lanzan los voceros de las FARC desde La Habana. Por sus posiciones, los guerrilleros que negocian el fin del conflicto armado lo han comparado con el político nazi Josef Goebbels (el rey de la distorsión); alguna vez, Iván Márquez lo llamó el ‘Torquemada colombiano’ (comparándolo con el padre de la Inquisición); “fanático y despótico representante de la derecha más retardataria del país”, lo definió en otro momento Pablo Catatumbo.

Por eso, no deja de sorprender el tono reconciliador con que Ordóñez se dirigió a Iván Márquez. Lo hizo a través de una carta que envió al jefe de la delegación de las FARC en La Habana, en respuesta a otra misiva repleta de duras críticas que el mismo Márquez le envió hace sólo un par de semanas, en la que lo cuestiona por sus objeciones a la Comisión de la Verdad acordada entre el Gobierno y la guerrilla. “Usted tiene una visión confusa sobre lo que viene sucediendo en el país y en la mesa de La Habana”, le escribió el jefe guerrillero.

La carta de Ordóñez también está cargada de críticas y advertencias a las FARC. Pero más allá de ellas, llama la atención la forma como Ordóñez se muestra dispuesto al diálogo, al debate público y directo con los voceros de las FARC, a la vez que se muestra frío, distante y hasta irónico con el presidente Juan Manuel Santos.

Basta  leer el primer párrafo de la misiva. Allí Ordóñez se muestra amable con Márquez, pero le lanza una pulla nada despreciable al presidente. “Resalto que usted me informe asuntos relevantes sobre lo que está pasando en el proceso, al igual que deje claro los presupuestos y alcances de la negociación que se adelanta; respuestas que el presidente Juan Manuel Santos no da”.

Quizá puede ser una referencia a los recientes cruces de declaraciones entre Santos y Ordóñez, y también a las 45 preguntas sobre el proceso de paz que el procurador le formuló al presidente, pero que no han tenido respuesta. Ordóñez aún no digiere que el mandatario haya hecho caso omiso de sus interrogantes.

La carta se concentra, principalmente, en la Comisión de la Verdad. Ordóñez cuestiona a las FARC que ellos “pretendan que las víctimas son exclusivamente las producidas por agentes estatales o las dejadas por los criminales grupos de autodefensa”. Por eso les pide reconocer a todas sus víctimas y califica como un paso positivo el reconocimiento que hicieron de la masacre de Bojayá. “Ese es el camino. Si realmente quieren la paz, las FARC no pueden seguir jugando al negacionismo”.

Ordóñez coincide con las FARC en que se debe conocer la verdad sobre la matanza de miembros de la Unión Patriótica, y compara ese crimen atroz con el que las FARC perpetraron contra el movimiento político Esperanza Paz y Libertad en Urabá, el cual también debe ser esclarecido.

Pero el procurador va más allá y dice que en una Comisión de la Verdad también es determinante saber qué sucedió con los mal llamados ‘falsos positivos’. Y allí le envía otro dardo al presidente Juan Manuel Santos. “Se debe saber qué sucedió, ¿quiénes los perpetraron? ¿Cuál es la responsabilidad del ministro de Defensa de la época y de los altos funcionarios civiles del Ministerio de Defensa? ¿Conocían lo que sucedía y no hicieron nada hasta que estalló el escándalo? No hay que tenerle miedo a la verdad”.

El procurador también coincide con la guerrilla en que los acuerdos a los que se lleguen en La Habana deben gozar de seguridad jurídica, es decir, deben estar blindados. Para el funcionario, el ‘candado jurídico–político’, que atienda con rigurosidad los estándares internacionales de justicia no es otro que un Pacto por la Paz al que concurran la coalición de la Unidad Nacional y los fuertes críticos del proceso de paz.

Ese Pacto no es otro que el que el propio Ordóñez ha venido promoviendo desde meses atrás y al que invitó a la guerrilla en esta carta.

Por si fuera poco, Ordóñez acepta el debate público que las FARC propusieron el pasado mes de febrero sobre justicia para la paz. “Creemos que la discusión pública, con su participación directa, sería muy útil para encontrar fórmulas que respondan a los mínimos internacionales de justicia, sean aceptables para las FARC y para la sociedad. A este propósito estamos dispuestos a contribuir”.

Para finalizar, Ordóñez le dice a Márquez que este intercambio de cartas es “una oportunidad para iniciar un constructivo y público diálogo epistolar sobre los temas más álgidos para alcanzar la paz”.

Desde todo punto de vista la carta de Ordóñez a Iván Márquez es llamativa. Si bien es cierto que está cargada de críticas a la guerrilla, también son relevantes los mensajes positivos frente al proceso de paz de uno de sus mayores críticos.

También sorprende el lenguaje cordial  hacia el jefe de la delegación de la guerrilla en La Habana, y la dureza e ironía con la que hace mención al presidente Santos. ¿Qué impacto tendrá la carta? Probablemente las FARC den respuesta, faltaría saber si para la guerrilla sigue siendo el Josef Goebbels o el Torquemada colombiano. Y puede que el presidente, que ya le ha controvertido públicamente, no se guarde estos comentarios.