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PROFESOR PELIGRO

DAS involucrado en la muerte de dos profesores de la Universidad de Antioquia.

5 de diciembre de 1988

Cuando la Policía Metropolitana los encontro en estado agonizante en la carrera 56 con calle 50 de Medellín, los traslado de inmediato a la Policlínica Municipal y los registro como "N.N.". Eran los dos profesores de la Universidad de Antioquia, Emiro Trujillo Uribe y Leonardo Lindarte Carvajal, quienes hasta las 9 y 45 p.m. del martes 1° de noviembre habían estado reunidos con algunos de sus colegas y hacia las 10 y media de la noche estaban muertos. Las circunstancias eran tan confusas como las versiones. Lo único que se sabía hasta ese momento era que los autores del asesinato habían sido 3 agentes del DAS.
Inicialmente se dijo que se trataba de unos sicarios que fueron alcanzados por la patrulla del DAS y que, luego de un enfrentamiento, habían sido "dados de baja". Posteriormente, cuando se supo que eran profesores universitarios, las versiones de la policía apuntaban a la fórmula simplista de que eran dos subversivos, que desatendieron la orden de pare y emprendieron la huida y que los agentes se vieron obligados a abrir fuego, "eliminandolos". Y finalmente el DAS, en forma oficial, informó que a las 8 y 45 de la noche los catedráticos "se movilizaban en un campero que estrelló al Renult 18 de los agentes y luego de la colisión, intentaron escapar. Los detectives salieron a perseguirlos en un bus y hubo intercambio de disparos".
Poco a poco se fueron desvirtuando las informaciones de la policía y del DAS y se llego a la versión generalizada de que en ningun momento hubo fuego cruzado ya que a los profesores no se les decomiso ningun arma. Se desmintió la hora en que se habían producido los hechos porque sus compañeros de la universidad aseguran que tuvo que ser despues de las 10 p.m., y se desvirtuó también la versión que se habia echado a correr originalmente en el sentido de que los detectives hacian parte de la escolta del Director Seccional del DAS.
Pero ni las versiones iniciales ni las posteriores explicaciones de las autoridades aclararon nada. Lo único que quedo en claro es que el sindrome de " dispare primero y averigue después" que se venía asociando a los retenes militares, también recorre las instituciones secretas como el DAS. Y, aunque el propio director seccional del DAS, afirmó que se abriría una investigación contra los detectives, la impresión que quedó fue la de que no se veía una clara intención por despejar el asunto. Pero el propio Presidente de la República le pidio al general Miguel Maza Márquez, director del DAS, que se encargara de aclarar esos hechos.
El consejero presidencial para los derechos humanos, Alvaro Tirado Mejía, se pronunció en el mismo sentido: "Conocí personalmente a los doctores Emiro Trujillo y Leonardo Lindarte. Fueron colegas míos como catedráticos de la Universidad y puedo asegurar que se trataba de personas absolutamente pacíficas y de una pulcritud y honradez a toda prueba. Se debe adelantar una rápida y efectiva investigación y sancionar en forma ejemplarizante a los responsables de este doble crimen".
Prácticamente nadie quedo contento con las explicaciones que dieron la policía y el DAS. Para la mayoría de la gente este episodio se enmarca dentro de una extraña racha de muertes, que desde hace cerca de dos años recorre la Universidad de Antioquia.
Además de la casi veintena de estudiantes asesinados, en uno de los cuales también ha estado vinculado el DAS (el caso del estudiante de Veterinaria José Abad Sanchez), las muertes de los profesores han marcado una macabra época en ese centro universitario. Todavía están en la memoria de los miembros de esa institución, y aún están por aclararse, los asesinatos de los profesores Carlos López Bedoya -de Antropología-, Darío Garrido Ruiz -de Odontología- y Jesús Eduardo Restrepo Escobar- de Física-, ocurridas durante el primer semestre del año pasado. Tampoco se ha aclarado el triple asesinato ocurrido hace más de un año contra el dirigente de Adida, Luis Felipe Vélez, Hector Abad Gómez y Leonardo Betancur, pertenecientes al Cómite de Derechos Humanos de Antioquia y contra el catedrático de esa facultad José Manuel Callejas Zapata, quien extrañamente fue arrollado por un camión. Ni se ha olvidado que por lo menos a tres de los miembros de esa entidad, César Muñoz Arroyabe, Carlos Gaviria Díaz y Jaime Barrero Ramírez, les ha tocado salir del país por amenazas de muerte.
Y a pesar de que en algunos casos se ha soltado el rumor de que los profesores que se han ido lo han hecho por causas amorosas, también hay quienes afirman que lo que le esta ocurriendo a la Universidad de Antioquia no es ajeno a los grupos como el de "Amor por Medellín", que se ha caracterizado por su actividad siniestra en materia de "limpiezas".