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El general Fredy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares, y el general Alejandro Navas, comandante de la Fuerza Tarea Omega, lideran las operaciones que dieron con los campamentos de Losada y ‘Acacio’. Los generales, en la base de Apiay, el miércoles pasado, no podían ocultar su optimismo por el desarrollo de la campaña militar actual.

CONFLICTO ARMADO

¿Punto de quiebre?

El mito de que las FARC son inderrotables empieza a quebrarse. La muerte del 'Negro Acacio' no fue un golpe de suerte. Inteligencia y tecnología como de película están cambiando la guerra.

8 de septiembre de 2007

La selva dejó de ser una cortina de hierro para las Farc. Durante más de 40 años los guerrilleros hicieron de la manigua su inexpugnable hogar en inaccesibles campamentos para entrenarse, reponerse y mantener cautivos a sus secuestrados. Cuando la Fuerza Pública llegaba a ellos, por lo general, ya estaban vacíos. Eso empezó a cambiar, y de qué manera. En las últimas semanas la Fuerza Tarea Omega literalmente se les metió al rancho a dos importantes jefes de las Farc.

El 15 de julio atacó por tierra, sorpresivamente, el campamento de Carlos Antonio Losada. Aunque no murió en el combate, salió muy mal herido. Según grabaciones de inteligencia, sus hombres hacen todos los esfuerzos por llevarlo hasta Bogotá antes de que la gangrena lo consuma. El otro gran golpe que acaban de dar las Fuerzas Militares es el bombardeo al campamento del 'Negro Acacio', a orillas del río Papunagua, en algún lugar entre San José del Guaviare y Mitú. En la madrugada del sábado primero de septiembre una flota de aviones supertucano, que tenía coordenadas exactas del sitio, lanzó 26 bombas que destruyeron todo en el lugar. La hecatombe de metralla mató en el acto a 14 guerrilleros. El resto huyó despavorido, incluidos los hombres de confianza de 'Acacio', quienes arrastraron su cadáver lejos del sitio. Tuvieron tiempo de hacerlo porque las tropas se demoraron en desembarcar casi 12 horas, por el mal tiempo.

En los días siguientes, comunicaciones radiales y fuentes humanas les permitieron a los militares y al Ministro de Defensa hacer pública la noticia de que uno de los hombres más buscados, a quien muchos creían protegido contra la muerte, había caído bajo la lluvia de fuego.

¿Por qué fueron posibles estos golpes? Para empezar, los militares redefinieron sus prioridades. Tienen sus ojos puestos en los 'coroneles' de las Farc. Al parecer, lograron abstraerse de la presión política de exhibir la cabeza de un miembro del Secretariado, y se propusieron objetivos que realmente le cambien la dinámica al conflicto y lo lleven a un punto de quiebre. Llegaron a la conclusión de que la capacidad de las Farc para la guerra se mantiene gracias a su logística: el dinero del narcotráfico, las armas que entran por las fronteras, y los hombres que como el 'Negro Acacio', 'Losada' o 'J.J' tienen un valor incalculable para la guerrilla. 'Acacio', por ejemplo, llevaba 24 años en las Farc, y aunque en la opinión pública ha pesado más su imagen de mafioso, en realidad era un abogado, con formación marxista leninista y de entera confianza del 'Mono Jojoy' y el Secretariado. Inteligencia militar tiene evidencias de que manejaba una caja de 80.000 millones de pesos, ya que controlaba las rutas del narcotráfico de Brasil y Surinam, y que era un hombre muy importante para la adquisición de armas. Fue justamente él quien negoció y recibió los 10.000 fusiles AK-47 de Jordania en el Vichada en junio de 2000, después de que estos fueron lanzados en paracaídas desde un avión ruso.

Un segundo aspecto que ha sido crucial en estos golpes es la tecnología. Desde hace varios años la guerrilla sabía que el Plan Colombia cambiaría completamente la manera de combatir, especialmente porque la aviación les daba ventajas a los militares. Ventajas nada despreciables: inteligencia, pues los aviones suelen tener sofisticadas cámaras que pueden tomar fotografías precisas desde el aire; poder de fuego porque cuando se está en tierra nada es más aterrador que un bombardeo; y movilidad de tropas que pueden llegar hasta los sitios más remotos en poco tiempo. A pesar de que esta ventaja estaba allí, y gracias a ella las Farc están a la defensiva, no se había logrado usar al máximo. Los bombardeos no tenían precisión. Desde arriba, los pilotos sólo veían una cubierta verde, y con suerte, los sensores de calor les indicaban que abajo había gente, pero sin mayor seguridad sobre cuál era su objetivo. Todo lo contrario a lo ocurrido en el caso de 'Acacio', donde el bombardeo se hizo con precisión quirúrgica.

¿Cómo se logró? Sin duda un elemento crucial ha sido la asesoría de un grupo de ex militares israelíes que aconseja al alto mando militar desde principios de este año y que ha puesto el dedo en la llaga en uno de los problemas más graves que se tenían: analizar y usar la información de inteligencia de manera práctica en operaciones.

En el caso del 'Negro Acacio', los militares tenían desde hace muchos años copiosa información sobre sus movimientos. Recientemente, un informante dio datos precisos sobre los movimientos del grupo guerrillero. (El narcotráfico empieza a hacer mella en las lealtades dentro de las Farc y por eso cada vez hay más personas dispuestas a delatar a sus jefes). "Hemos recuperado una disciplina que habíamos perdido: la de penetrar a la guerrilla. Esto quiere decir trabajar con gente de ellos para esta causa" , dice el general Freddy Padilla de León. Pero también hubo tecnología de punta. Aunque los militares prefieren no entrar en detalles, admiten que se están usando dispositivos electrónicos que pueden dar la ubicación exacta de las personas. También se utilizó un grupo de fuerzas especiales que visualizó el campamento. Esta especie de 'rambos' están en capacidad de sobrevivir en la selva durante semanas y mimetizarse de manera que pueden estar a sólo metros de su objetivo. En las últimas operaciones exitosas, siempre hay presencia de ellos.

Con semejante verificación de las coordenadas del campamento, la operación estaba destinada a ser un éxito. Se planeó en pocos días y en absoluto secreto. A las 3 de la madrugada, desde Bogotá, todo el Estado Mayor de la Fuerzas Militares, encabezado por el general Padilla, la seguía minuto a minuto. En el terreno, el general Alejandro Navas, comandante de la Fuerza Tarea Omega, hacía el resto. Antes de las 5:00 de la mañana el campamento estaba destrozado. Los escombros y los cuerpos allí tendidos dejan pocas dudas de que 'Acacio' haya muerto, a pesar de que aún no se tenga un cadáver para demostrarlo.

En el país siempre ha habido mucho escepticismo sobre la posibilidad de derrotar a las Farc, o de, por lo menos, doblegar su moral y su capacidad de lucha. Por eso muchos se preguntan si estos dos ataques a los campamentos de las Farc son apenas dos victorias aisladas o, por el contrario, los primeros signos de que puede haber un punto de inflexión en la guerra. Una ventaja definitiva para las fuerzas del gobierno. En principio, varios elementos hacen intuir que el escenario está cambiando y que los próximos meses serán intensos.

No puede pasar inadvertido que tanto Losada como 'Acacio' fueron atacados por hombres de la Fuerza Tarea Omega, que es la columna vertebral del Plan Patriota. Esta campaña empezó en 2004 con la llegada de las tropas al Caguán, y sus primeros meses se dedicaron al control del territorio. Durante los años siguientes, la ofensiva pareció haber caído en la inercia y muchos analistas temían que los soldados terminaran tragados por la maraña y las enfermedades tropicales. Todo el mundo se preguntaba cuándo empezarían a caer los campamentos y los jefes de las Farc. Todo parece indicar que recientemente hubo un timonazo en la conducción estratégica de la campaña y los resultados se han empezado a ver.

Todo lo anterior ha hecho que el tiempo y el territorio, que antes estaban a favor de los insurgentes, se estén inclinando ahora a favor del gobierno. La reelección presidencial le cambió el tiempo al conflicto. En estos 40 años las Farc nunca habían enfrentado una ofensiva sostenida por cinco años y que promete ser de, por lo menos, tres más. Se habían acostumbrado a ciclos de garrote que terminaban con uno de zanahoria que les daba oxígeno para seguir en un nuevo ciclo de reclutamiento y guerra. Ahora, en cambio, las Farc acusan recibo del desgaste.

Hace demasiado tiempo que la guerrilla está en retirada y eso en sí mismo empieza a ser una desventaja para ella. Sus finanzas están golpeadas, mientras el gobierno tiene el Plan Colombia y un nuevo impuesto al patrimonio para darle suficiente gasolina a la ofensiva. Las Fuerzas Militares han sostenido su campaña no sólo en el tiempo, sino en el espacio. A pesar de las críticas, no han salido del sur del país, donde ellos creen, se librarán las batallas definitivas de esta guerra.

"Hace cuatro años estábamos peleando en 100.000 kilómetros. Ahora en 8.500", dice un oficial de la Fuerza Tarea Omega. "Ellos primero se dispersaron y nos halaron hacia la jungla. Ahora han tenido que regresar a sus lugares históricos a abastecerse", explica. También eso hizo posible cerrar el círculo sobre 'Acacio'.

"¿Para qué defiende el movimiento guerrillero una selva? ¿No es extenso el territorio nacional y no se pueden librar en otros lugares magníficos combates?", les dijo 'Manuel Marulanda' hace más de 40 años a sus hombres, según el Diario de Marquetalia. Lo cierto es que el 'Negro Acacio' nunca abandonó su pedazo de selva. La misma selva que le permitió huir más de 25 veces, que lo protegió y lo convirtió en un mito. Pero que esta vez, no pudo resguardarlo. Porque el ataque vino desde el aire, perfectamente planeado.