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La OEA aceptó algunas recomendaciones sobre la Relatoría para la libertad de prensa. | Foto: SEMANA

ENTREVISTA

"Que Colombia es defensora de la libertad de expresión es una frase de cajón"

El documento aprobado por la OEA supone un debilitamiento de la protección para la libertad de prensa. Andrés Morales, director de la Fundación para la Libertad de Prensa, habló con Semana.com sobre los alcances de esta decisión.

26 de enero de 2012

En medio de algunas alertas y recelos, la OEA aprobó este miércoles un documento de recomendaciones sobre cómo fortalecer el sistema interamericano de derechos humanos. Sin embargo, el ambicioso documento está en entredicho porque incluye una propuesta realizada por Ecuador que pretende hacerle negativas modificaciones a la Relatoría para la Libertad de Prensa.
 
La Relatoría, oficina encargada de proteger y denunciar los atropellos contra la libertad de expresión en el continente, creada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1997, se verá afectada por esta decisión en caso de que la CIDH acepte las recomendaciones.
 
Semana.com: ¿Qué significa el documento firmado por los países miembros de la OEA?
 
Andrés Morales: Es muy importante entender que las reformas a las que se les dio el visto bueno por parte de la OEA son muy amplias y contienen una cantidad de temas que buscan fortalecer el sistema interamericano de derechos humanos. Lo que se discutió ayer no fue sólo el tema de la Relatoría, sino que es una cosa más grande y ambiciosa.
 
Semana.com: Entonces ¿cuál es la polémica?
 
A.M.: El problema está en lo referente a las recomendaciones con respecto a la Relatoría para la Libertad de Expresión. Ecuador aprovechó la importancia de las reformas que se iban a aprobar para plantear de manera muy general reformas a la Relatoría. 
 
Semana.com: Poniéndolo en términos colombianos, lo que hizo Ecuador fue meterles un ‘mico’.
A.M.: Exacto, Ecuador le metió un ‘mico’ a la OEA. El documento se empezó a trabajar en julio, bajo el liderazgo de Brasil y no fue sino el mes pasado cuando Ecuador metió las propuestas respecto a la Relatoría. Entonces los países apoyaban las reformas en general, pero no lo referente a la Relatoría de la Libertad de Expresión. Este fue el caso de Uruguay, Panamá y Costa Rica.
 
Semana.com: ¿En qué consisten esas modificaciones?
 
A.M.: Ecuador sabe que no es políticamente correcto decir algo en contra de la Relatoría de la Libertad de Prensa, entonces lo hizo de manera general. La CIDH tiene ocho o nueve Relatorías, la de la mujer, la de las minorías, etcétera. Pero la que tiene un carácter especial es la de libertad de expresión. Ecuador propuso tres reformas respecto a las relatorías en general. La primera es que pide a todas las Relatorías que hagan un único informe, que compilen todo en un solo documento.
 
Semana.com: ¿Y en que afecta esto?
 
A.M.: Que actualmente el único que hace un informe es la Relatoría para la Libertad de Expresión. Entonces si se une con las otras se le quitara visibilidad y se va a diluir la información, en la que normalmente llama la atención a cada país sobre cómo estuvieron en ese tema.
 
Semana.com: ¿Cuáles son las otras dos?
 
A.M.: La segunda es que se les imponga un código de conducta a los miembros de la Relatoría. Esto es abstracto y poco claro, pero en plata blanca significa que los Estados estén muy vigilantes de las Relatorías. Pero esto es muy raro porque de todas maneras estas oficinas se tienen que regir por la CIDH, no es que sean una rueda suelta sino que tienen unos parámetros de conducta que tienen que cumplir.
 
Y la tercera y más grave tiene que ver con la plata. Ecuador propone que todas las Relatorías tengan los mismos recursos y que provengan de los Estados miembros de la OEA. Hoy las Relatorías tiene recursos de cooperación internacional, que era el mayor financiador como Suecia o la Unión Europea. Quitarles esos recursos es asfixiar a los países.
 
Semana.com: ¿Cómo califica la actitud de Colombia en este proceso ante la OEA?
 
A.M.: Ese es el tema vital. Nosotros desde la FLIP les mandamos una carta al presidente Santos y a la Cancillería a principios de año, donde les pedíamos que se mantuvieran coherentes con el discurso que ha mantenido desde que se posesionó y que defendiera la libertad de expresión. Sin embargo, la posición fue muy tibia y de dientes para fuera. El gobierno Santos ha tenido cuatro discursos públicos sobre la necesidad de proteger y dar garantías para la libertad de expresión. Pero ante la OEA su postura tambalea. Es una acción muy ‘santista’.
 
Semana.com: Pero Colombia dice que se mantiene a favor del trabajo de la Relatoría...
 
A.M.: Decir a estas alturas que Colombia es una defensora de la libertad de expresión y que esto es muy importante en el país es una frase de cajón. Ecuador dijo lo mismo. Está bien que Colombia diga que la libertad de expresión es importante para la democracia, lo que pasa es que en este caso no es suficiente. Debió hacer explícito el respaldo a la Relatoría e insistir en que cualquier reforma que se haga debe fortalecerla y no debilitara.
 
Semana.com: La decisión de la OEA no es vinculante, ¿cuál es la importancia de este documento?
 
A.M.: Estas son unas recomendaciones, lo que pasa es que como son unas recomendaciones consensuadas, pues es muy difícil que alguien se oponga a ellas. Seguramente lo que pasara ahora es que se discutirá entre los países miembros, pero será más política. En el caso de Colombia la situación que vive, donde viene de un proceso de fortalecimiento y mejoría de las relaciones con Ecuador, pues no se la va a jugar con el tema de la Relatoría.
 
Semana.com: ¿Padece de mala salud la libertad de prensa en el continente?
 
A.M.: Sí. Y no solo lo dice la FLIP, también Reporteros Sin Fronteras y otras instituciones. La situación en América Latina es muy delicada y persisten factores de violencia contra periodistas y existen gobiernos que buscan entrometerse en el ejercioio periodístico, como Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.