QUE PIENSAN NUESTROS HIJOS
SEMANA realizó la primera gran encuesta nacional sobre qué opinan, cómo actúan y qué sueñan <BR>los colombianos de 9 a 12 años.
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SEMANA decidió tomarles el pulso a los niños de Colombia para saber qué piensan sobre lo
divino y lo humano, sobre el país en que viven y sobre su relación con los adultos. Y para una Nación que
hace ya tiempo abrazó la desgracia como ingrediente inevitablede su existencia el resultado es bastante
sorprendente. Los niños colombianos dicen ser felices. A diferencia de muchos adultos, ellos no han
perdido la esperanza. Y parecen tener claras muchas de las cosas que los adultos nunca aprendieron o
hace ya tiempo olvidaron. Aunque la violencia y los problemas no les son ajenos, lo cierto es que el estado
de la Nación _la de los niños_ es bastante saludable.Gallup, la prestigiosa firma, encuestó a 400 niños
de todos los estratos sociales, entre los 8 y 12 años, en las cuatro principales ciudades del país. Muy a
pesar de las desgarradoras noticias sobre maltrato infantil, secuestro de menores y desplazamientos
forzados de niños en Colombia, lo cierto es que buena parte de los menores están contagiados de un sentido
de esperanza que envidiarían países en desarrollo. Por ejemplo, mientras que en una encuesta reciente
llevada a cabo en Estados Unidos tan sólo un 49 por ciento de los niños de esa edad se sienten muy a salvo
en sus colegios, un 92 por ciento de los niños colombianos afirman sentirse así en los suyos. Y mientras los
niños norteamericanos ponen en duda el respeto que por ellos profesan los adultos, los colombianos no.
En Estados Unidos el 31 por ciento piensa que los adultos los respetan mucho. En Colombia el porcentaje
es de 68 por ciento.Por supuesto, la encuesta no pretende ser un indicador perfecto de la situación de la
niñez en Colombia, pues no toma en cuenta en la muestra a amplios sectores rurales del país. Sin embargo
un 80 por ciento de la población colombiana está ubicada en las ciudades y muchos de los problemas
nacionales también lo están. Por eso los resultados no dejan de ser alentadores.Los niños colombianos son
optimistas. El 54 por ciento piensa que cuando sean adultos Colombia va a estar mejor. Un 27 por ciento
cree que va a estar igual y un 13 por ciento opina que peor. Pero si las expectativas son buenas la actitud es
aún mejor. Un 75 por ciento de ellos piensa que si se lucha con constancia es posible cambiar al mundo.
Esta idea la comparten tanto los ricos como los pobres. Y todos ellos coinciden en que lo más importante en
la vida es la familia (97 por ciento) por encima del trabajo (3 por ciento).Pero a pesar de que valoran más a la
familia su actitud frente al trabajo no es menos sorprendente. Consideran mayoritariamente que lo más
importante del trabajo es que a través de éste se puede ayudar a otros (79 por ciento), en contraste con
quienes piensan que lo importante es ganar dinero para poder hacer lo que a uno le gusta (18 por ciento).Y por
si esto fuera poco, los niños tienen claro que el estudio es el camino hacia el éxito. Piensan que para
conseguir un buen empleo cuando sean grandes lo que necesitan es preparación académica (58 por ciento),
ser inteligente (12 por ciento) y tener palanca (7 por ciento solamente). Y su mayor frustración cuando sean
grandes provendría, en un 26 por ciento, de no conseguir empleo; no tener amigos en un 16 por ciento; no
poder ayudar a la gente en un 5 por ciento y tener que irse del país en un 4 por ciento. A los que más les
preocupa dejar el país es a los niños de clase media. Los niños colombianos tienen clara la importancia de
estudiar. Y sin duda lo que prefieren del colegio es aprender, como lo asegura un 53 por ciento de los
encuestados. Les siguen en preferencia los amigos y el recreo. Curiosamente califican muy bien a sus
profesores: 40 por ciento dice que son muy buenos, 58 por ciento buenos y 2 por ciento regulares. Ninguno
los considera malos. Cabe aclarar que los niños no fueron entrevistadas en sus colegios sino en sus casas y
sin la presencia de adultos. En cuanto a temas, la preferencia la llevan las matemáticas. Un 41 por ciento
las prefiere, seguidos por español con un 13 por ciento y ciencias naturales con un 12 e inglés con 6. Sin
embargo los de clase alta prefieren arte y ciencias naturales.¿Y qué quieren ser cuando grandes? Médicos (18
por ciento), profesores (7 por ciento) y futbolistas (6 por ciento). No obstante, los caleños prefieren ser
abogados y los barranquilleros ingenieros. Entre las niñas la profesión más apetecida es la de estrella de
cine. Curiosamente un 49 por ciento de los niños colombianos quisiera llegar a ser presidente. Este dato
contrasta con los niños norteamericanos, entre los cuales solo el 36 por ciento quisiera llegar a ser
presidente de su país. Felices en MacondoUna de las sorpresas de la encuesta es que los niños colombianos
se consideran mayoritariamente felices. Un 87 por ciento dice ser muy feliz, un 13 por ciento más o menos
feliz y ninguno se considera infeliz. Además piensan que lo que necesitan para ser aceptados por sus
compañeros de colegio es ser buena persona (46 por ciento), buen deportista (9 por ciento), chistoso (8 por
ciento) y sacar buenas notas (6 por ciento). Esto contrasta con los niños norteamericanos, para quienes ser
aceptados depende de la ropa (44 por ciento), la popularidad (37 por ciento), tener buena pinta (34 por ciento)
y ser un buen amigo (33 por ciento). Al menos en materia de valores los niños colombianos parecen
bastante menos subdesarrollados.Pero la visión que tienen los infantes colombianos sobre el mundo que los
rodea no se limita al plano material. Un ciento por ciento de ellos cree en Dios y un 90 por ciento acostumbra
a rezar (comparado con un 73 por ciento de los niños gringos). ¿A quién admiran más lxos niños de
Colombia? A Dios ( 29 por ciento). Pero también a la mamá (23 por ciento) y al papá (21 por ciento). Como
dato curioso los niños de clase alta admiran más a su padre que a su madre, con quien pasan mucho más
tiempo fuera del colegio.Finalmente, ¿qué es lo mejor de ser niño? Para un 30 por ciento, jugar. ¿Y lo peor?
Pedir permiso, recibir órdenes todo el día, los castigos y, por supuesto, las tareas.