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¿Quién quiere ser un puntocom ahora?

Nicolas Camacho, asesor financiero especializado en empresas de internet, analiza para SEMANA.COM la viabilidad financiera de los portales de internet.

Nicolas Camacho
16 de octubre de 2000

Hace un año no existían fiestas de mayor popularidad en Londres que las organizadas por boo.com. Además de las espectaculares modelos y la espléndida comida cada evento organizado por esta compañía, que prometía vender lo último de la moda a través de Internet, ofrecía un espectáculo de derroche y riqueza. Los 125 millones de dólares invertidos en la empresa garantizaban cierta comodidad a la hora de medir el presupuesto de gastos. Hace tres meses boo.com, luego de tratar infructuosamente de conseguir 30 millones de dólares adicionales de financiación, cerró sus operaciones despidiendo a sus 300 empleados. Dos semanas más tarde, todos los activos de la compañia fueron adquiridos por 50.000 dólares.



Con inversionistas como Goldman Sachs y Bernard Arnault, pocos ponían en duda el probable éxito de boo.com. Sin embargo, al igual que muchas de las empresas basadas en Internet, la compañía nunca tuvo tiempo, en la danza de los millones de 1999, de concentrarse en lo fundamental de cualquier negocio: el modelo de ingresos debe superar el ritmo de gastos. Aunque parezca inverosímil, un gran porcentaje de las empresas puntocom existentes no tienen claro de dónde provendrán los ingresos que justifican su ritmo de gastos. La razón primordial por la cual han cerrado sus operaciones lugares como espannol.com, bodasynovias.com y latinadvisor termina siempre en la incapacidad de demostrar como, a través del modelo de negocios, se recupera el capital invertido.



El año pasado la consecución de capital para un proyecto de Internet en América Latina requería únicamente una idea novedosa y una presentación en powerpoint. Durante 1999 más de 1,4 billones de dólares fueron invertidos en compañías latinoamericanas que basaban su negocio en Internet. Teniendo en cuenta que el mercado público estuvo prácticamente cerrado para todo el continente, la consecución de capital para algo con puntocom como apellido fue algo casi garantizado.



Hoy en día las cosas han cambiado dramáticamente. Existen nuevas reglas de juego para las sobrevivientes empresas en el competitivo mundo en línea. La noción de gastar millones de dólares en publicidad para tratar de generar una marca, olvidándose de las utilidades, es cosa del pasado. Los nuevos criterios bajo los cuales los fondos de inversión basan sus decisiones se parecen mucho a los que tradicionalmente se han tenido en cuenta para cualquier tipo de negocio. Estas nuevas consideraciones se pueden resumir en dos aspectos fundamentales de cualquier negocio.



Como primera medida, las empresas que quieran recibir capital de riesgo deben demostrar explícitamente cómo generarán sus ingresos y, comparado al nivel de gastos requeridos para tales ventas, cuándo estiman generar utilidades. La antes criticada austeridad se ha convertido en una virtud. Muchas compañías se han percatado de lo costosas que pueden llegar a ser sus operaciones con respecto a proyectos similares en sitios más económicos. Algunas empresas reconocidas de Silicon Valley, en California, como, drkoop, egghead y planetrx, están trasladando sus operaciones fuera del Valle, buscando reducir sus costos de personal e instalaciones. A septiembre 11 de este año más de 152 puntocom en Estados Unidos habían despedido por lo menos a 13.961 empleados. El jueves de la semana anterior el portal latinoamericano Starmedia anunció que despidió a más de 125 empleados buscando incrementar las posibilidades de llegar a obtener utilidades.



Como segunda medida, los nuevos proyectos deben garantizar que poseen los mecanismos administrativos y logísticos para llevar a cabo lo que prometen. Es muy fácil asumir que se puede abrir una librería virtual que atienda al mercado latinoamericano, no obstante, al entrar a operar, se deben superar miles de obstáculos inherentes al modelo de negocios y al mercado que finalmente imposibilitan la operación. Complicaciones como encontrar un método de pago eficiente y seguro, un sistema de transporte eficaz y ágil, una metodología de devolución de mercancía y la manera de contabilizar y manejar los distintos impuestos y monedas de cada país hacen que una operación panregional, aunque suena sencilla en el papel, se convierta en un infierno logístico. Este aspecto explica porqué la mayoría de las operaciones de Internet que son rentables hoy en día están apalancadas en negocios ya existentes. IBM, que realiza ventas por nueve billones de dólares a través de su página de Internet y Office Depot, que vende cerca de 800 millones de dólares al año, son supremamente rentables pues utilizan la infraestructura de sus oficinas físicas (servicio al cliente, transporte, inventarios) para concretar las ventas realizadas en línea. Una puntocom, por el contrario, tiene que arrancar de cero en la consecución de la logística detrás de cualquier pedido.



El mercado de recursos de capital no se ha secado, se ha concientizado y profesionalizado. Se han invertido más de 500 millones de dólares este año en proyectos de Internet enfocados en el mercado latinoamericano. Sin embargo no hay ninguno de estos afortunados que no tenga justificados sus ingresos y detalladamente cuantificados sus gastos. No hay ninguno que no tenga un plan minucioso de su estrategia logística. Y, sobre todo, no hay ningún proyecto que presente frente a sus potenciales inversionistas tácticas de fiestas a lo boo.com para atraer visitantes a la pagina.



Nicolas Camacho

Nicolas500@laciudad.com