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RELEVO EN CROMOS

Un año sabático de Gonzalo Córdoba en Bostonlleva a la crítica literaria Marianne Ponsford a <BR>la dirección de la revista 'Cromos'.

7 de junio de 1999

El viernes de la semana pasada renunció Gonzalo Córdoba a su cargo como director de la
revista Cromos. A Córdoba lo sucederá Marianne Ponsford, quien hasta el momento se desempeñaba como
crítica literaria de esa revista. Córdoba llegó a la dirección a fines de 1996 y, como se trataba de alguien
que venía de Caracol Televisión, la entraña misma del Grupo, no fueron pocos los que apostaron a que ese
nombramiento significaría el regreso a las épocas en que Alberto Zalamea convirtió a la revista en una especie
de boletín oficial del Grupo Santo Domingo. No fue así. Córdoba llevó a cabo un proceso de búsqueda
de neutralidad acompañado de un énfasis significativamente menor en los temas de naturaleza política. Lo
hizo tomando, a veces, riesgos importantes para un ejecutivo del Grupo. En un medio en el que durante
mucho tiempo había sido política defender al gobierno de Ernesto Samper a ultranza, el nuevo director buscó
un equilibrio, entonces arriesgado en el Grupo, llamando a periodistas como Mauricio Vargas, crítico
acérrimo del gobierno de Samper, como columnistas permanentes. No habría mayor mérito en lo anterior si no
fuera porque en la misma época los demás medios del Grupo aún conservaban un significativo grado de
polarización política en favor de la administración y la ejercían de manera abierta. Córdoba comenzó de esa
manera un proceso de reflexión dentro del Grupo sobre el papel de sus empresas de información y
recuperó el espacio que tenía Cromos entre las revistas de actualidad. Al mismo tiempo tomó la decisión
de iniciar un proceso de rediagramación del semanario con la ayuda del asesor norteamericano Roger
Black, proceso en el que la información política y de orden público, que ocupaba en tiempos de Zalamea
cerca del 40 por ciento, pasó a poco más del 10 por ciento. De manera consecuente con lo anterior la
publicación trasladó los temas 'calientes' a la sección posterior, recuperando para sus páginas anteriores
los temas de actualidad, las crónicas y los reportajes periodísticos y fotográficos. El tercer eje de la
estrategia de Córdoba con Cromos fue el de atraer nuevos columnistas, distintos a quienes han ejercido ese
oficio en los últimos años, y probarlos en la tarea difícil de opinar sobre los acontecimientos cotidianos de la
vida nacional. Así llegaron columnistas del calibre de Héctor Abad Faciolince, quien es considerado hoy
como uno de los escritores y ensayistas más importantes del país. A él se sumaron en su momento otros
escritores, como Santiago Gamboa, Hugo Chaparro y la misma Marianne Ponsford. La nueva directora Con el
nombramiento de Marianne, que deberá ocurrir en los próximos días, la nueva organización que dirige hoy el
Grupo consolida el proceso de renovación de la revista. Quienes conocen bien a la nueva directora saben
que tiene el carácter para conservar su rumbo, mantenerla alejada de los vaivenes de la política y
profundizar el proceso de fortalecimiento de las filas de colaboradores. Marianne se ha caracterizado por
ser una crítica severa, con una pluma precisa y sin pelos en la lengua. Lectora voraz y de una extraña
belleza, Marianne es hija de padre británico y madre colombiana, la segunda de tres hijos, y comunicadora
social de la Universidad Javeriana. Formada en España, inició su carrera como editora júnior de la Editorial
Turner y poco tiempo después pasó a Editorial Siruela, en la que ocupó el cargo de editora en propiedad.
Vivió ocho años en Madrid y dos años más en Londres, donde llevó a cabo una maestría al tiempo que se
desempeñaba como corresponsal de la revista Cambio16 España. Fue la idea de montar El Malpensante, la
aguda revista que dirige Andrés Hoyos, lo que la trajo de regreso a Colombia. Hoyos supo de Marianne
y fue a España, la convenció de que se uniera a su proyecto editorial y la montó en un avión con destino a
Bogotá. Tiempo después, en junio de 1997, empezó a realizar las reseñas de libros y a elaborar entrevistas y
crónicas en Cromos. En 1998 ganó el premio de periodismo Simón Bolívar en la categoría de Mejor Crónica.
Desde el año pasado trabaja en La noche, de RCN, en el cual también realiza comentarios sobre libros. El
círculo incompleto Tras la salida de Augusto López de la presidencia de Bavaria no es poco lo que se
ha especulado sobre la reorganización del Grupo Santo Domingo. Hasta el momento lo único cierto es que el
relevo, encabezado por Andrés Obregón, quien ha sido confirmado en su condición de presidente de
Bavaria por la junta directiva, se ha llevado a cabo con menos tropiezos de lo esperado y de manera más
pausada de lo que algunos pronosticaban. Aún no es claro quiénes serán todos los integrantes de la nueva
cúpula del Grupo, distintos de los miembros de familia que han asumido, tras el retiro de Augusto López,
posiciones críticas en las distintas juntas directivas. Se ignora, también, si el Grupo tendrá una cabeza en
Bavaria y otra en Valores Bavaria o si se dividirá en tres áreas y no en dos como estaba previsto. De ser así
Andrés Obregón estaría al frente de Bavaria y otras dos personas manejarían los sectores de
telecomunicaciones y de medios. En lo que respecta al saliente director de Cromos, quien estará durante
un año en Harvard, nadie duda de que se trata de una pieza importante y probablemente crítica, dada su
cercanía con Julio Mario Santo Domingo, de ese círculo interno que manejará los medios de
comunicación del Grupo en los próximos años. Círculo interno que ha empezado a dar los primeros pasos
de un cambio en serio.