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Reseña ficticia?

La falta de número y de barba en la reseña de Escobar hacen pensar que no todo se ha contado en esta historia.

14 de septiembre de 1992

CUANDO TODO EL PAIS EStaba convencido de que Pablo Escobar el día que se entregó a las autoridades tenía una poblada y larga barba que le llegaba hasta el pecho, fueron sorprendidos la semana pasada con el afiche que publicó el Gobierno en la que el jefe del cartel de Medellín aparece muy bien rasurado.
La foto que se ha utilizado para estas publicaciones en prensa y televisión es la misma que las autoridades tomaron el día que se hizo la reseña a Escobar en la cárcel de La Catedral. La explicación que han dado las diferentes autoridades del Gobierno sobre este hecho es que la barba con la que llegó Escobar a la prisión de Envigado era falsa.
Sin embargo, todos los testigos que estuvieron presentes en la entrega, entre ellos el procurador Carlos Gustavo Arrieta, el director de Instrucción Criminal, Oscar Mejía, el ex parlamentario Alberto Villamizar y el sacerdote Rafael García Herreros, afirmaron que la barba era de verdad y no postiza como la de Santa Claus.
Como las cosas cada vez se han enredado más en este episodio de la fuga, la única explicación posible es que la foto para la reseña fue tomada unas semanas después de la reclusión de Escobar. Y es que esta historia ha dado mucho de que hablar. Se cree que la salida del entonces ministro de Justicia, Jaime Giraldo Angel, tuvo que ver en gran parte con esta situación. En unas declaraciones públicas en agosto del año pasado, Giraldo manifestó que no se había hecho la reseña de Escobar, con un cartón y un código colgado al cuello, porque esto constituía una "flagrante violació del derecho de intimidad, consagrada en la Nueva Carta Constitucional". Opinión del Ministro que originó un fuerte altercado con el presidente César Gaviria durante un Consejo de Seguridad en el que el Jefe de Estado le exigió a Giraldo realizar lo más pronto posible la reseña de Escobar. Lo que nadie le entendió al ministro Giraldo en su momento, es que si existía ese derecho consagrado en la Constitución, por que no se le respetaba a los demás presos en Colombia que obligatoriamente pasan por el trámite de la foto, la placa colgada al cuello y la impresión de sus huellas dactilares.
La otra pregunta que todavía no encuentra respuesta, es si las autoridades efectivamente realizaron la reseña, por qué razón ésta no tiene número. Pues al fin y al cabo la definición de reseña es una foto con un número. Para hacer más grande el misterio, la foto que hace parte del afiche de recompensa distribuído por el Gobierno tiene unas calzonarias que resaltan a la altura de los hombros pero que terminan a mitad de cuerpo en donde no apare la placa ni el número. Todo esto hace pensar que la diligencia judicial que llevaron a cabo las autoridades la cumplieron a medias.
La otra parte del misterio tiene que ver con dónde está realmente guardada la ficha de la reseña de Pablo Escobar. En alguna oportunidad el Ministro de Defensa solicitó a su colega de Justicia una copia de la reseña de Escobar y éste nunca se la envió porque no sabía dónde se encontraba. Igual ocurre en las dependencias del DAS y en las de Instrucción Criminal donde nadie sabe nada del asunto y ninguno dice esta boca es mía para responder. Ya la Fiscalía General de la Nación entró a terciar en el asunto y ha pedido claridad sobre este caso. La conclusión de todo este misterio puede ser que, contrario de lo que se pudo haber creído, la barba de Escobar era real y lo ficticio fue la reseña.