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ROMPAN FILAS

Mientras en el sur las Farc se muestran fuertes, en el centro y el norte del país se empiezan a presentar deserciones masivas de guerrilleros.

22 de junio de 1998

El verbo desertar es uno de los más conjugados en los últimos meses en las filas de las Farc. Así parecen indicarlo las cifras que manejan los organismos de seguridad y las Fuerzas Militares. En efecto, en los últimos dos meses han abandonado esa organización guerrillera 62 subversivos, es decir, un promedio de dos cada día, según los informes de inteligencia oficial.
El mayor número de desertores se presenta en los departamentos del centro y norte del país. En Antioquia, por ejemplo, a comienzos de este mes se entregaron a las autoridades medio centenar de subversivos pertenecientes a los frentes 57, 47, 58 y 18, que operan en el norte y sur del departamento. De éstos el más afectado por las deserciones es el primero, puesto que de sus filas han salido 31 guerrilleros en los últimos meses.
La mayoría de los subversivos que se sometieron a las autoridades entregaron su arma de dotación. Es el caso de José Albeiro Taboada, alias 'Ancízar', quien se desmovilizó junto con otros dos compañeros a comienzos de mes en el municipio de Yolombó. A los guerrilleros se les decomisaron una subametralladora, dos fusiles AK-47, un portaproveedor para Mini Uzi y otras armas cortas .
Aunque la entrega de los subversivos sorprendió a las autoridades, lo que más llamó la atención fue el anuncio que hicieron en el sentido de que en los próximos meses se desmovilizarían otros 30 compañeros. Ese hecho, no obstante, aún no se ha producido. "El abandono a las Farc lo que indica es que la guerrilla ya no es negocio", dijo a SEMANA un vocero militar de Antioquia.
Todo hace pensar que el militar tiene razón, al menos en lo que corresponde a su jurisdicción. De acuerdo con los informes suministrados por los desertores, el tratamiento que reciben los subversivos que no hacen parte de los frentes que componen el llamado Bloque Sur de las Farc, es decir, los que operan en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare, es muy malo. "También en las Farc hay guerrilleros de primera y guerrilleros de quinta", declaró uno de los desmovilizados.
Según las autoridades, la razón para que se presente este caso es que las ganancias y la disponibilidad de recursos económicos del Bloque Sur de las Farc sobrepasan en miles de millones de pesos a las de los demás frentes, entre otras cosas porque maneja todas las utilidades del negocio del cultivo y procesamiento de la hoja de coca. Esta situación se refleja en el hecho de que mientras los del sur del país disponen de cerca de 10 millones de pesos para cubrir las necesidades básicas de cada combatiente por año, en el norte y el centro del país la cifra no alcanza los dos millones de pesos. Uno de los sectores afectados por esta falta de presupuesto es el de la salud. "Los subversivos que se han entregado en Antioquia tienen altos niveles de raquitismo y desnutrición. Algunos, inclusive, están enfermos de paludismo", dijo a SEMANA una fuente militar.
Otra de las razones que habría llevado a esta deserción masiva de guerrilleros, sobre todo en Antioquia, es la presión a que han estado sometidos en los últimos meses tanto por la Fuerza Pública como por los grupos paramilitares que operan en la zona. Algo similar estaría pasando en el norte del país, donde los grupos de autodefensa crearon nuevos frentes en Cesar y Córdoba y han incrementado su ofensiva contrainsurgente en otros departamentos. Aunque aún está lejos una desmovilización completa de frentes de las Farc, lo cierto es que la entrega de varios de sus combatientes es un síntoma de que la situación en esa organización guerrillera no está tan controlada como afirman algunos de sus jefes.