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El presidente Correa posesionó como ministro de Defensa a su secretario privado, Javier Ponce. Arriba, el ministro saliente, Wellington Sandoval

Ecuador

¿Ruido de sables?

El computador de 'Raúl Reyes' ya comenzó a afectar al presidente Rafael Correa. Historia de lo que hay detrás del cambio de cúpula en el Ministerio de Defensa de Ecuador.

12 de abril de 2008

Un mes y medio después de  la incursión militar de Colombia en territorio ecuatoriano para abatir al segundo hombre del Secretariado de las Farc, 'Raúl Reyes', los estertores de la crisis empiezan a provocar estremecimiento en la política interna del vecino país.

Una seria división se cierne sobre las Fuerzas Armadas ecuatorianas. El descontento en algunos sectores castrenses por la forma como se ha manejado el tema de la presencia de las Farc en el vecino país desembocó esta semana en un fuerte remezón de la cúpula militar.

Los cuestionamientos por el operativo militar colombiano produjeron un coletazo que llevó a la dimisión del ministro de Defensa, Wellington Sandoval, y a otros jefes militares. El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Héctor Camacho, y el comandante del Ejército, general Guillermo Vásconez, pusieron sus cargos a disposición del presidente Rafael Correa, tras la salida del titular de Defensa. "Ha sido cuestionada la institución, no existe la confianza y es por eso que pongo a disposición del Presidente mi cargo", precisó Vásconez.

Al cierre de esta edición no se descartaba la renuncia de los mandos de la Armada y la Fuerza Aérea, vicealmirante Livio Espinosa y general Jorge Gabela, respectivamente, así como del comandante general de la Policía, Bolívar Cisneros.

Correa, molesto por la actuación de los servicios secretos, descabezó a Sandoval en medio del malestar de la cúpula castrense, que le pidió audiencia para analizar de forma "frontal y transparente" las denuncias sobre la presencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en el servicio secreto ecuatoriano. Pero el Presidente decidió no reunirse con los jefes militares y, sorpresivamente, procedió a nombrar a su secretario, Javier Ponce, en reemplazo de Sandoval.

Días antes, el primer mandatario había destituido al jefe de Inteligencia del Ejército, coronel Mario Pazmiño, por omitir información sobre el ecuatoriano Franklin Aisalla, abatido en el ataque que fracturó las relaciones con Colombia.

Cuando el canal TC-TV, el diario La Hora y SEMANA revelaron las andanzas de Aisalla y el contenido de un comprometedor video, Correa entró en cólera: ¿cómo era posible que los medios supieran primero que el Presidente de la República hechos tan graves? En una cadena radial ratificó que él fue "el último en enterarse" de los informes de la inteligencia ecuatoriana que vinculaban con las Farc a Aisalla.

Según el jefe de Estado, los informes de los servicios secretos se pasan a la CIA y esta los transfiere a Colombia, por lo que, para él, muchas veces sus servicios de inteligencia "estaban orientados a fortalecer la posición colombiana".

Para completar, el diario El Comercio, de Quito, publicó un informe indicando que la CIA entrega anualmente a la inteligencia del Ejército entre 16 y 18 millones de dólares por "intercambio de información".

Incluso, el secretario Anticorrupción, Alfredo Vera, llegó a decir que investigará a periodistas que, según insinuó, "trabajan para el gobierno de Uribe" y que ya los tiene "en la mira", toda vez que "no es posible que tengan información que no la tiene nadie".

"He oído, he visto, he leído a gente que está utilizando los argumentos del gobierno mentiroso de Uribe para darle credibilidad y desacreditar al régimen", dijo Vera.

El presidente Correa incluso dijo que no va a permitir la intromisión extranjera en las Fuerzas Armadas: "si tengo que caerme por eso, me caigo".

Pero, mientras tanto, los militares se sienten acusados injustamente por Correa y en los últimos días se habló de una asamblea de coroneles en la Escuela Militar, en Quito, y de una serie de movimientos para responder "institucionalmente" a la postura del Jefe de Estado.

Como si fuera poco el conato de ruido de sables, esta semana también se conoció un informe del Tribunal Supremo Electoral, revelado por El Comercio de Quito, según el cual la campaña del hoy Presidente manejó fondos en efectivo prohibidos por la ley y no informó de un depósito de casi medio millón de dólares. Algunos asociaron el hecho con una carta hallada en el computador de 'Raúl Reyes' que hablaba de aportarle a la campaña de Correa 100.000 dólares. Sin embargo, la investigación apenas comienza.