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SABIA DEMASIADO

Asesinado testigo de un crimen en las barbas de Instrucción Criminal.

12 de junio de 1989

La historia sería perfecta para un guionista de cine o de televisión: un crimen, un testigo presencial de este crimen que le cuenta todo a las autoridades y por su información se logra capturar a uno de los autores materiales, y un tercer hombre que logra penetrar un organismo de seguridad del Estado, detectar al testigo protegido y matarlo.

Hace poco más de un año, para ser exactos, el viernes 15 de enero de 1988, el fiscal de la Unión Sindical Obrera, USO, Víctor Manuel Chacón, fue asesinado en una calle céntrica de Barrancabermeja. Después del crimen vinieron las promesas habituales de las autoridades asegurando que éste no seria otro crimen sin castigo. Pero, pasaron los días y nada se aclaraba. Hasta que a mediados del mes de marzo llego a Bogotá a la oficina del director de instrucción Criminal, Eduardo Lozano, un hombre de Barrancabermeja llamado Gustavo Rincón, quien aseguró haber visto y reconocido a quienes dispararon en contra de Víctor Manuel Chacon.

Las piezas del rompecabezas fueron encontrando su lugar y los autores materiales quedaron descubiertos. En poco tiempo se capturó a uno de ellos, quien fue detenido y trasladado a Bogotá a la cárcel de La Picota.

El crimen de Chacón parecía que no iba a quedar en la impunidad porque el detenido se estaba ablandando y se presumía soltaría pistas que conducirían a las autoridades hasta los responsables intelectuales. De pronto el detenido dejó de hablar. "Qué había pasado" Nadie se lo explicaba.
Sólo en el mes de diciembre el enigma se aclaraba. Otro testigo tocó las puertas de Instrucción Criminal.

A mediados del año pasado un hombre que se identificó como Robinson Gutiérrez de la Cruz y que contó que a él lo habían contratado para hacerle seguimiento a Gustavo Rincón, por ser el testigo presencial del asesinato de Chacón, y que además dejaba entrever que conocía intimidades sobre las acciones de grupos paramilitares en el Magdalena Medio, le pidió al doctor Lozano protección y trabajo. Este señor Gutiérrez, dijo a SEMANA el subdirector de Instrucción Criminal, era muy entrador y se ganó de una manera asombrosa la confianza del doctor Lozano, quien también solicitó ayuda para trasladarlo a Bogotá y lo puso a trabajar como agente de la Dirección. En poco tiempo su habilidad y aparente sinceridad le hicieron ganar el aprecio de todo el personal, hasta la del propio Gustavo Rincón, con quien salía a departir después del trabajo.

Pero el matrimonio entre Robinson Gutiérrez y la gente de Instrucción Criminal terminó en divorcio por graves incompatibilidades. En diciembre del año pasado y después de una serie de "metidas de pata" de Robinson, fue declarado insubsistente y puesto de paticas en la calle.

Pero era tarde. Robinson Gutiérrez conocía al dedillo la rutina de Gustavo Rincón, el testigo protegido, y, aunque demoró tres meses en llevar a cabo su plan lo ejecutó sin problema.
La descripción de testigos sirvió para hacer retratos hablados y para reconocer a Robinson Gutiérrez como el autor material del asesinato.

En este momento las autoridades han librado una orden de captura por todo el país, contra Gutiérrez. Sin embargo, la tranquilidad no ha vuelto a Instruccion Criminal que lleva en las últimas semanas una racha de contraespionaje nunca antes conocido en el pais y solamente comparable con el que muestran las películas sobre la CIA y la KGB.-