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Los sacerdotes Richard Armando Piffano (derecha) y Rafael Reátiga Rojas eran amigos desde hace años.

JUSTICIA

Sacerdotes pagaron por su propia muerte

Un año después de haber sido encontrados los cuerpos sin vida de los sacerdotes Richard Armando Piffano y Rafael Reátiga Rojas, la Fiscalía revela los hechos que rodearon la misteriosa muerte.

14 de febrero de 2012

A los sacerdotes Richard Armando Piffano y Rafael Reátiga Rojas no los mataron para robarles sus pertenencias. Aunque esa fue durante un año la hipótesis más fuerte que rodeó la muerte del par de curas, este martes la fiscal 26 de la unidad antiterrorista detalló ante el juez 31 de garantías cómo a través de una exhaustiva investigación se determinó que los sacerdotes pagaron por su muerte.
 
La Fiscalía logró establecer, principalmente a través del seguimiento a los teléfonos celulares de los curas (que fueron encontrados días después de la muerte), que días previos al asesinato estos sostuvieron reuniones con dos hombres, Girdardo Peñate Suárez, alias 'Gavilán', e Isidro Castiblanco Forero, alias el 'Gallero'. Ellos habrían recibido la suma de 15 millones de pesos para acabar con la vida de los sacerdotes.
 
Los cuerpos sin vida de los padres Richard y Rafael fueron encontrados en la madrugada del 27 de enero del 2011 en un carro abandonado en una calle cerca de un caño sin alumbrado público ni pavimento, en el barrio Dindalito, en Kennedy. Los cuerpos fueron encontrados por la Policía, que acudió al lugar al responder a la llamada de algunos vecinos que escucharon unos disparos.

Piffano, quien estaba en el puesto del conductor, tenía dos impactos de bala en la parte de atrás de la cabeza. Reátiga, un tiro en el pecho y un rosario en la mano derecha. Tres cartuchos de una pistola calibre 7.65 quedaron en el piso en la parte trasera del vehículo.
 
Hoy, cuando ya pasó más de un año, la Fiscalía estableció que el deseo de acabar con sus vidas empezó días atrás de ocurrida la muerte. Ellos, en un viaje a Santander, habrían intentado suicidarse en un un precipicio de ese departamento conocido como Pescadero.

Y ante el fallido intento, optaron, según el ente acusador, por buscar ayuda en alias 'Gavilán' y el 'Gallero', dos hombres que hacen parte de una banda de falsificadores de moneda y hurto.
 
La Fiscalía además de establecer los autores del asesinato, pudo determinar que uno de los sacerdortes, Rafael, tenía dos enfermedades de transmisión sexual que estaban acabando con su vida. "Se le veía acabado, enfermo (...) Tenía manifestaciones propias de quien cree que no va a vivir más", señaló la fiscal del caso.
 
La Fiscalía corroboró dentro de la investigación que el 25 de enero del 2011 (un día antes del asesinato) uno de los sacerdotes hizo una constancia de enajenación de bienes a nombre de su mamá, lo que podría ser una señal del plan de acabar con sus vidas.

El pago de los clérigos por su propia muerte se pudo establecer por la llamadas cruzadas entre los sicarios y los curas.

"El 26 de enero los padres se comunicaron en repetidas oportunidades con los sicarios. Cuadraron entonces todo el plan. La hora y el lugar del encuentro que daría muerte al par de curas". 
 
A los dos hombres implicados en la muerte de los curas, este martes el ente acusador les imputó cargos por los delitos de homicidio agravado a alias 'Gallero' y homicidio y tráfico de armas a alias 'Gavilán'.
 
El 'Gallero' aceptó los cargos mientras que alias 'Gavilán', quien ya se encuentra pagando
una condena por falsificación de moneda,  no lo hizo.
 
La Fiscalía pidió que ambos hombres sean cobijados con medida de aseguramiento y el juez avaló el envío a la cárcel de los dos responsables. 
 
Ante las afirmaciones hechas por la Fiscalia, familiares y feligreses que acudieron a la diligencia judicial manifestaron su rechazo, asegurando que todo esto hace parte de "un montaje para tapar las causas reales del cruel asesinato".