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SE ABRE EL DEBATE

¿Los obreros deben tener acceso a la propiedad de las empresas? Dirigentes gremiales y empresariales responden a SEMANA.

4 de abril de 1988

Lo lógico era que desencadenara una fuerte tormenta y una granizada de reacciones en los altos; círculos, económicos y financieros. Sin embargo, pasó tan desapercibida como cualquier comunicación rutinaria de las que con tanta frecuencia hacen los gobiernos. Se trataba de un anuncio que, de ponerse en práctica, podría convertirse en la perestroika del gobierno de Barco: la posibilidad del acceso de los trabajadores, no sólo a las utilidades de las empresas, sino también a su propiedad y administración.
Concretamente, el anuncio del presidente Barco, que se hizo ante las cámaras de televisión con ocasión de la instalación de la Comisión Preparatoria del Referendum, sugería que se adicionara el artículo 16 de la Constitución con el siguiente inciso: "Los poderes públicos promoverán la participación de todos los ciudadanos en la vida política, administrativa, económica y social del país. El Congreso establecerá los medios adecuados que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad o a la administración de los factores de producción y a los beneficios que de ellos se derivan, así como la forma de exigirles el cumplimiento de su consecuente responsabilidad ".
Aunque SEMANA pudo establecer que la propuesta de Barco produjo fuertes movimientos telefónicos, especialmente entre las cabezas de los gremios, nada trascendió a la opinión pública, y los titulares de los periódicos saltaron olímpicamente sobre el tema.
Una de las razones de este silencio puede deberse a que se tuvo la sensación de que era una propuesta similar a otras que se han hecho en el pasado, como la que hizo en su momento Mariano Ospina Pérez y a la que han intentado impulsar varios proyectos de ley que hoy duermen el sueño de los justos en los estantes del Congreso .
Sin embargo, es la primera vez que un Presidente en ejercicio insinúa una medida semejante, y que incluso se atreve a proponer que quede incorporada a la Constitución. SEMANA, con el proposito de alborotar el avispero, consultó la opinión de importantes dirigentes empresariales y sindicales, sobre este tema.

FABIO ECHEVERRI - PTE. DE LA ANDI
"Puede ser interesante estudiar la propuesta, pero no ocupa ninguna de las prioridades del país, de las cuales la primera es la seguridad. Es un experimento que no ha tenido éxito en ningún país civilizado donde se ha impuesto. Va en contravía de las invitaciones que se han hecho a la inversión extranjera en Colombia. La elimina. Además, no coincide en nada con el discurso del señor Presidente el día de su posesión, en la parte titulada "Para ampliar la democracia"".

CARLOS CABALLERO - PTE. ASOBANCARIA
"El propósito del desarrollo económico es lograr un aumento de la producción con distribución del ingreso. Cuando hay crecimiento, hay distribución. La propuesta del Presidente implicaría darle prioridad a la distribución sobre el crecimiento, que es algo así como la Perestroika al revés con beneficios ilusorios de corto plazo y estancamiento en el largo. Por eso parecería que se trata de un "cañazo" para ganar capacidad de negociación en otros temas y puntos que, en el fondo, parece que le interesan más como la reforma de la justicia o del Congreso."

ALFREDO DEL HIERRO - CAMACOL
"La participación de los trabajadores en los beneficios de la empresa es una fórmula que existe en muchos países del mundo que tiene como finalidad primordial hacer que el trabajador pueda participar, en alguna proporción, en las utilidades de la empresa que él con su trabajo ha contribuido a generar. Parece ser ésta una propuesta social justa y que reconoce realidades, como ya se ha dicho, existente en muchos países del mundo de corte capitalista como el nuestro.
En cambio el complemento de la propuesta, o sea la participación de los trabajadores en la administración, o cogestión de la empresa consideramos que es a todas luces inconveniente pues son los propietarios de la empresa, o sus administradores, quienes están aportando su capital y corriendo con las contingencias que todo negocio tiene implicitamente. Es decir, si su gestión administrativa tiene éxito la empresa genera utilidades pero en cambio si no lo tiene habrá unas pérdidas que seguramente no estarían dispuestos los trabajadores vinculados a una posible cogestión: Quizás otro aspecto que en la actualidad haría altamente inconveniente esta propuesta en nuestro país, es el hecho innegable del alto estado del politarización que han venido tomando los sindicatos y el sector laboral en general, factor verdaderamente funesto para la gestión administrativa de las empresas.
En síntesis podemos manifestar que la Cámara Colombiana de la Construcción considera viable la propuesta de otorgar alguna participación a los trabajadores en los beneficios de la empresa, para lo que estamos dispuestos a prestar toda la colaboración en el estudio que de esta iniciativa presente el Gobierno Nacional, pero que no apoyamos por encontrar totalmente inconveniente la participación en la administración de la empresa por parte de los trabajadores de la misma.

JORGE CARRILLO - PTE. CUT
"Respaldamos la idea del Presidente, entendida como tal, la de que los trabajadores no solamente participen de las utilidades de las empresas sino de la dirección de las mismas. Respaldamos la propuesta por varias razones, entre otras, porque en la práctica se ha demostrado que la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas da resultados. Es el caso de las cajas de subsidio familiar, que se manejan como empresa privada, su dirección está compartida por empleados y empleadores en igualdad de condiciones y mueven millones de pesos. Otra razón sería la de que se evitaría, por lo menos, un 90% de los conflictos laborales.
Lo que está en crisis es el capitalismo manchesteriano del siglo pasado. Se necesita en la democracia un cambio de estructura de empresas, para que los trabajadores y pequeños accionistas tengan qué hacer en las empresas. En otras palabras, no estamos en contra de la propiedad privada. Lo que queremos es que todos sean propietarios".

JORGE VALENCIA JARAMILLO - PTE. ASOMEDIOS
"El Presidente ha propuesto que se estudie en Colombia una idea que ya ha tenido las más variadas prácticas en el mundo capitalista. Siempre se consideró como de avanzada social -o como un ideal de justicia- el que los trabajadores pudiesen ser propietarios, al menos en parte, de las empresas donde ellos mismos laboran. La iniciativa ha presentado altibajos en unos paises y refinamientos en otros. El caso más reciente es el de la Thatcher: el capitalismo popular o la democracia de los pequeños propietarios, que pueden adquirir acciones de su propia empresa o en la bolsa de valores.
Pero una cosa muy distinta es ser accionista de una compañía, y otra ser administrador. Son más los ejemplos exitosos de lo primero que de lo segundo. La experiencia indicaría entonces que si la propuesta se abre paso lo recomendable sería crear una conciencia en las clases trabajadoras en cuanto al camino a seguir, mirando lo que ha sucedido en el mundo. La Comisión de Reforma tiene la palabra. Veremos hasta dónde llega su voluntad política.

JOSE RAIMUNDO SOJO - GERENTE DE FEDEGAN
"Esta propuesta carece de originalidad. Tampoco se requiere reformar la Constitución para que pueda aprobarse una legislación laboral que consagre este sistema. Si éste no ha sido acogido en el país, no es porque la Constitución lo impida, sino porque tiene aspectos perjudiciales para los trabajadores. En primer lugar, la remuneración del trabajo en el régimen capitalista debe tener certeza y estabilidad. Supeditar parte del ingreso de los trabajadores a la incertidumbre del balance de una empresa, no es justo. Las utilidades pueden darse o no darse; son el resultado aleatorio de una gestión empresarial sujeta a toda suerte de factores coyunturales. Aquí mismo estamos viendo cómo empresas y bancos que fueron financieramente sólidos se precipitaron a la quiebra o al concordato. En este caso, los trabajadores no estarían participando en utilidades, sino en pérdidas. Por eso se ha considerado preferible que el ingreso de los trabajadores constituya un salario y un régimen prestacional que le garanticen un ingreso cierto y estable, cualquiera que sea el resultado del balance de las empresas. Los riesgos de la operación empresarial deben soportarlos, en su totalidad, los dueños del capital".

EDUARDO GAITAN - PTE. ANIF
"Respecto a la posibilidad sugerida por el señor presidente de la República doctor Virgilio Barco de que los obreros participen en el esquema accionario y administrativo de las empresas, conviene meditar con detenimiento que antes de implantar una norma de esta naturaleza, cuyo origen se remonta al gobierno conservador del doctor Mariano Ospina Pérez, es necesario analizar el contexto general de la actual política laboral del país. La buena marcha de las empresas exige flexibilidad, cambios profundos y continuos dentro del esquema productivo y por qué no decirlo, sacrificios inmensos relacionados con su estructura de costos y beneficios.
En las condiciones actuales de las empresas, tanto laborales como económicas y financieras, la participación de sus obreros en el patrimonio y dirección de ellas, generaría contraposiciones que surgen por razones de los propósitos, intereses y aspiraciones de cada una de las partes. Por lo anterior, se hace necesario estudiar con detenimiento la legislación laboral actual, para que se compaginen esta iniciativa del gobierno con otras normas que permitan agilizar el desempeño empresarial, sin el cual no tendría objeto una reforma de esta envergadura".

JUAN ALFREDO PINTO - PTE. de ACOPI
"La idea de dar participación a los trabajadores en la propiedad de las empresas no es nueva. Fue propuesta por vez primera durante la administración de Guillermo León Valencia en desarrollo de lo que se llamó "La Gran Comisión" y ACOPI por apoyarla se hizo blanco de severas críticas. Nuestra actitud es abierta al estudio de propuestas que intenten avanzar en materia de redistribución y democratización de la propiedad. Claro está, debemos analizar cuáles serían los mecanismos concretos de aplicación de las propuestas. En principio, una participación en el capital mediante la compra de acciones preferenciales o con condiciones especiales de adquisición a través del impulso a inversionistas no tradicionales como los Fondos Mutuos, las asociaciones de empleados, las cooperativas o similares, nos parece interesante. Mucho más complicado en cambio nos luce la participación en utilidades o en la administración de las compañías. No es bueno diluir la responsabilidad de la gestión empresarial, ni tampoco vulnerar principios esenciales de la relación capital trabajo. Allí donde esto se ha intentado como en Perú con la conocida "Comunidad Industrial", el mecanismo se ha prestado a la corrupción y ha traido consigo un desestímulo a la generación de utilidades, puesto que los empresarios intentan gravar más los gastos para burlar las disposiciones, dado que a menor utilidad, menor reparto.
Los experimentos fracasados son particularmente lesivos para la pequeña y mediana empresa, muchos de cuyos propietarios de hoy fueron los trabajadores y operarios de ayer".

SABAS PRETELT DE LA VEGA - PTE. DE FENALCO
"La participación administrativa de los trabajadores en las empresas debe propiciarse pero siguiendo los ejemplos prácticos de países donde esta experiencia ha funcionado, como el Japón con el sistema de círculos de calidad en los cuales los trabajadores aportan iniciativas para hacer más amable el trabajo y elevar la productividad.
Preocupa que la propuesta pueda convertirse en un factor de disociación en las relaciones obrero-patronales y ahonde las diferencias entre los trabajadores de las grandes empresas y la gran masa laboral de las pequeñas y medianas.
De otra parte, convendría analizar por qué en el Congreso de la República durante los últimos años, si bien se han presentado varios proyectos de ley en este sentido, sobre ellos ni siquiera se ha rendido ponencia por el convencimiento existente sobre la perturbación que generará en la consolidación financiera y administrativa de las empresas colombianas" .

CARLOS ALBERTO ROBLES ECHAVARRIA - PTE. FABRICATO
"La propuesta del gobierno no es nada novedoso para nosotros. Eso ya se ha dado aquí en Fabricato, donde el Fondo de Empleados desde hace tiempo ha venido comprando acciones de la compañía. En la empresa creemos que es bueno que los empleados tengan acceso a los medios de producción y participen en lo que es la empresa. Muchos de los trabajadores se sienten dueños de la empresa".

ELISEO RESTREPO - PTE. SAC
"La Sociedad de Agricultores de Colombia encuentra conveniente, desde el punto de vista del fortalecimiento institucional, que se den pasos hacia una democracia participativa como lo ha propuesto el señor Presidente de la República.
Esta orientación, que es buena desde un punto de vista general, debe calificarse cuando se trata de formular propuestas concretas. La participación indiscriminada en la dirección de las empresas y en las utilidades de las mismas debe ser objeto de un amplio y cuidadoso análisis. El tema ha sido tratado en Colombia a lo largo de bastantes años y las conclusiones no son claras; igual cosa ha ocurrido en muchos otros países. Por ello conviene actuar con prudencia y no crear expectativas sobre asuntos que requieren mayor estudio y que tampoco, a nivel de precisar las formas de participación, deben hacer parte de una enmienda institucional".

APECIDES ALVIS FERNANDEZ - C.T.C.
"Realmente participamos de la presentación del Presidente. Hay que luchar para que se configure y para que cuando salga la ley no salga desfigurada con respecto a lo dicho por el doctor Barco. No compartimos opiniones como la del editorialista de El Tiempo de la semana pasada, en la que habla de falta de madurez por parte de los trabajadores. El sindicalismo ha alcanzado un alto grado de madurez y hoy en día participa en varios proyectos sociales. Por eso la propuesta presidencial, en la que se le dan mayores oportunidades de participación a los trabajadores, hara más efectivo el desarrollo social del país".