La noticia sobre el consumo de ‘chamberlain’ o ‘chamber’ en los colegios de Bogotá no es nueva. Desde hace un par de años, jóvenes y niños se ven atraídos hacia esta bebida por ser altamente embriagante, barata y legal. Basta un tarro de alcohol (que se puede conseguir desde 3.000 pesos), una gaseosa, refrescos en polvo o cualquier otro ‘pasante’ para hacer este hechizo.
Con la entrada en vigencia de este acuerdo del Concejo quedará prohibida la venta de alcohol antiséptico e industrial a menores de edad en todas las farmacias, supermercados y tiendas de Bogotá. Los establecimientos, además, deberán fijar en un lugar visible un anuncio con la siguiente información: “Está prohibida la venta de alcohol industrial y antiséptico a niños, niñas y adolescentes. Ingerirlo puede generar graves efectos sobre la salud, incluso la muerte”.
La Concejal Liliana de Diago fue la autora del proyecto de este Acuerdo, al que solo le falta la firma del alcalde para quedar en firme.
Las Secretarías de Gobierno, de Salud y de Educación estarán coordinando para que la policía esté al tanto de la medida y la haga cumplir con efectividad. Los establecimientos que incumplan la norma podrán ser sancionados con multas y cierres hasta de siete días.
Adicional a las medidas sancionatorias, las mismas Secretarías “promoverán, incentivarán, diseñarán y desarrollarán campañas de sensibilización y prevención en colegios públicos, privados y zonas en alto riesgo de consumo de alcohol industrial y antiséptico en la ciudad de Bogotá”, según los términos del proyecto.
Las consecuencias que tiene el consumo de esta bebida han sido reportadas desde tiempo atrás, pero los consumidores aún parecen no entender los riesgos de este ‘coctel’. “Esta mezcla puede llevar incluso a la muerte si se consume en grandes cantidades, porque sólo el alcohol puede causar depresión respiratoria, bronco aspiración, perdida del reflejo de la vía aérea. Si se llega a confundir el antiséptico con el industrial, el consumidor puede presentar ceguera, daños neurológicos y perder la vida”, se lee en la exposición de motivos del proyecto.
Los mayores peligros de esta bebida se presentan cuando la mezcla se hace con alcohol industrial, también llamado metanol, alcohol de madera, alcohol de cocina o alcohol de ‘reverbero’. Este es un ingrediente común en muchos solventes, removedores de pinturas, soluciones de limpieza, colorantes, productos fotográficos y otros materiales.
Y es que ya era hora de tomar medidas en este asunto. En mayo de este año dos estudiantes de octavo grado repartieron entre sus 29 compañeros una de estas bebidas, lo que dejó como resultado 17 alumnos intoxicados y 11 hospitalizados.
En Bogotá, según el instituto Nacional de Medicina Legal, durante los años 1996-2001 se reportaron 99 muertes por intoxicación metílica comprobadas por análisis toxicológicos. Y lo que resulta más preocupante es que en Colombia los jóvenes se inician en el consumo de alcohol en promedio a los 12 años.
La creatividad para los consumidores de este trago –muy común entre los ‘punkeros’– es sorprendente. Dentro de la variedad de ‘cocteles’ está el ‘yogurazo’ hecho con agua, leche, ‘frutiño’, media botella de alcohol antiséptico y una papeleta de leche en polvo; el ‘bailys’, que trae leche condensada y chocolatina molida; el ‘frutiñazo’ que es simplemente media botella de alcohol antiséptico, agua y un sobre de ‘frutiño’. Ninguno por más de 5.000 pesos, pero suficiente para emborrachar a cuatro personas y poner en grave riesgo su salud.
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bogotá
Se prohibirá la venta de alcohol antiséptico e industrial a menores
El Concejo de Bogotá tomó medidas para prevenir el consumo de ‘chamberlain’, una bebida altamente tóxica.
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