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A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ
"Sentí que a Uribe se le han profundizado las dudas"
Noemí Sanín habló de su relación con el primer mandatario, de su programa presidencial, de su paso por las embajadas y de sus principios conservadores.
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Noemí quiere ser Presidenta. Y Noemí puede ser Presidenta. Es su momento. Tendrá que tomar las decisiones adecuadas para que el sueño no se le escape y contar con la inmensa suerte de que Uribe no encuentre ni forma ni ganas de atornillarse al puesto. Noemí, y es sólo una metáfora, se enfrenta hoy a La Guillotina.
GUSTAVO GÓMEZ: Se la siente menos uribista por estos días. ¿La reserva excesiva del Presidente para definir su futuro como candidato la tiene decepcionada?
NOEMÍ SANÍN: Mi termómetro no ha cambiado. Los colombianos saben que admiro al Presidente y su obra. Eso sí, ojalá despeje sus dudas lo antes posible, porque hay mucha confusión, en buena parte motivada por lo que él llama la encrucijada de su alma.
G.G.: La pasada reunión con Rivera, Arias y Santos, ¿fue su última reunión de obediencia a Uribe?
N.S.: La verdad me ha hecho libre. Lo de la obediencia es dura hasta para los curas. Mantuve mi posición con lealtad y sin esguinces.
G.G.: ¿Los citó sólo para repetir lo que siempre ha dicho y que ustedes repitieran lo de siempre?
N.S.: Sí, pero no lo habíamos hecho juntos. Fue muy cordial y trató de evitar que en la coalición se diera fuego amigo.
G.G.: ¿O quería recordarles, amablemente, que él es quien manda y que quiere seguir haciéndolo?
N.S.: Para todos es claro que él es el Presidente y que le gusta mandar. De todas formas seguirá siendo un eje fundamental en la coalición, la política y la historia colombiana. Me quedó absolutamente claro que no se considera irreemplazable y sentí que se han profundizado sus dudas.
G.G.: ¿Usted se siente uribista pura sangre?
N.S.: Para avanzar hay que construir sobre lo construido, pero obviamente tendremos que hacer reformas, ajustes y cambiar muchas cosas. Si ser pura sangre significa más seguridad, más inversión, más programas sociales y más defensa de los intereses nacionales, sí.
G.G.: ¿Qué hacía ahí Rivera, el único de todos que no era precandidato?
N.S.: Es uno de los tres 'precandidotes'… perdón, precandidatos, que apoyan la reelección de Uribe y hacen fila por si el Presidente se retira o no sale el referendo.
G.G.: Dígame una sola cosa que usted cree no le ha funcionado a Uribe y que corregiría como Presidenta. Una sola.
N.S.: En contraste con su sintonía con el pueblo, creo que le ha faltado armonizar más su relación con la rama judicial. Y con eso le va mal a todas las partes y al país. Para muestra, lo de la escogencia de Fiscal: una tragedia.
G.G.: ¿Se imagina presidiendo consejos comunales?
N.S.: Claro que sí, pero a mi manera. Resulta impresionante observarlos. La genialidad del Presidente es que hace en ellos gobierno y oposición. Uno de los éxitos del Presidente es haber sacado al gobierno de las murallas bogotanas.
G.G.: ¿Qué ministros de Uribe usted confirmaría en su cargo?
N.S.: Ya tengo suficientes líos. Tendré la línea de mantener los ministros buenos para el largo plazo si son buenos. Para mí es prioritario promover aún más el Sena, restaurar el Ministerio de Justicia y tener una política económica centrada en la productividad y en la generación de empleo. Haré énfasis en la promoción de la ciencia, que es la manera de adelantarnos al futuro… bueno, paro para no seguir echándole mi programa.
G.G.: ¿Y a cuál le diría adiós de inmediato?
N.S.: Menos le voy a dar nombres. Uribe tiene la ventaja de no resolver los problemas cambiando caras en el carro oficial, pero a veces la gratitud o la amistad le parece a uno que le impide tomar decisiones, hacer cambios que parecerían convenientes.
G.G.: Entre otras cosas, ¿le gustaría que le dijeran presidente Sanín o presidenta Sanín?
N.S.: Sólo Noemí. De todas maneras le recuerdo que en español siempre es bueno poner el femenino donde quepa. Eso por ahora.
G.G.: Una de las columnas más duras de Antonio Caballero se la dedicó a usted y decía que es "bella por fuera y tenebrosa por dentro". Viniendo de alguien como él, autoridad en materia de veneno, ¿hay que creerle?
N.S.: Menos mal que utiliza la pluma y no se le olvide que el ladrón juzga por su condición.
G.G.: ¿Los Sanín son más amigos de que los nombren o de que los elijan?
N.S.: Somos una familia unida, pero ninguno acepta que se le interprete. Pregúntele a cada uno.
G.G.: ¿Qué familiares suyos están hoy, como dicen las señoras, "bien ubicados"?
N.S.: Todos son muy trabajadores, pero ninguno lo suficientemente "bien ubicado" como para que pueda donar a la campaña.
G.G.: ¿Extraña las comodidades de una embajada?
N.S.: No tengo tiempo para extrañarlas. Estoy feliz en lo que estoy haciendo. Hay una distorsión en lo que se entiende por ser embajador: uno no busca comodidades, uno trabaja por el país.
G.G.: ¿Ha habido demasiadas embajadas en su vida?
N.S.: Haber podido servir a los intereses de Colombia en inversión, comercio, apoyo a los migrantes y divulgación de la cultura es una gran ventaja. Saber defender los intereses de Colombia es esencial en un mundo globalizado y más en la coyuntura actual.
G.G.: ¿Qué 'chicharrón' se va a encontrar Mauricio Rodríguez, nuevo embajador en el Reino Unido?
N.S.: Los únicos chicharrones que va a encontrar son los que prepara Pedro, el cocinero de la embajada. Son famosos allá. Pero volviendo su pregunta seria, el tema más complejo es el de los derechos humanos en Colombia.
G.G.: Como Presidenta, ¿qué embajada le ofrecería a Uribe?
N.S.: Si le llegara a interesar, la que él escoja.
G.G.: Una vez posesionada, tendría la presencia fuerte de Uribe como ex presidente. ¿Se puede gobernar con Uribe cabalgando cerca?
N.S.: ¿Y por qué no?
G.G.: ¿Le calentaría la banca a Uribe para 2014?
N.S.: Nadie puede calentar banca jugando en la cancha.
G.G.: ¿Dónde cree que están hoy sus votos? ¿Serán de Uribe?
N.S.: La decisión del voto se conoce el día de las elecciones. Colombia es un país agradecido y eso lo demuestran las encuestas que tiene el presidente Uribe. Para este caso en particular tengo que estimular el transfuguismo.
G.G.: Precisamente acabada la temporada de transfuguismo, está fresco el tema. ¿Ha sido usted una experta en el cambio político de camiseta?
N.S.: Yo he sudado mi camiseta y no he feriado ni uno de mis principios, ni una de mis convicciones. Mis principios están inalterados: sí a la vida, no todo vale, radical con la política social, sí a la ley, sí al orden y sí a la autoridad.
G.G.: ¿Usted votaría nuevamente por Uribe?
N.S.: Ya lo hice en 2006 y obviamente para 2010 cuento el primer voto.
G.G.: ¿Él votaría por usted?
N.S.: Ojalá.
G.G.: ¿Para qué recibir el aval de un partido que, como el Conservador, pareciera que sólo existe como tal precisamente si usted le acepta el aval?
N.S.: Me gusta el gana-gana. A los dos nos puede ir mejor.
G.G.: Si el referendo supera la prueba de las urnas, los conservadores han acordado que podrían decidir en un Congreso de la colectividad no ir adelante con la consulta. ¿De todas maneras usted se la jugaría con el partido en esas condiciones?
N.S.: Uno de los derechos fundamentales en materia política es elegir y ser elegido. No lo negocio. Afortunadamente esto no resulta incompatible. El Partido Conservador no sigue hombres, sigue ideas. La política de Seguridad Democrática es una política de Estado y patrimonio de todos los colombianos. Liderada en su comienzo por el presidente Uribe, pero es legado de todos los colombianos.
G.G.: Si usted fuera la candidata del conservatismo y Uribe insistiera en presentarse a elecciones, ¿lograría convencer al partido de independizarse de la coalición y apoyarla en la lucha?
N.S.: Haré mi mejor esfuerzo. No hay que independizarse de la coalición, lo que hay que hacer es liderarla.