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El vicepresidente Germán Vargas Lleras junto a Horacio Serpa y David Barguil. | Foto: Fotomontaje SEMANA

POLÍTICA

Serpa y Barguil, los nuevos amigos de Vargas Lleras

Sorpresivo respaldo de los jefes del Partido Liberal y del Conservador al vicepresidente en su oposición a la reforma tributaria.

28 de octubre de 2016

Germán Vargas Lleras es el vicepresidente de la República, el jefe natural de un partido político (Cambio Radical) y el dueño de un lugar de privilegio en el partidor de los presidenciables del 2018. En Colombia, no hay otro funcionario del Gobierno con esa triple condición.

Por eso, es natural que cada uno de sus movimientos, cada frase, cada una de las palabras que pronuncia sean vistos con la sospecha del cálculo político. También es normal que todo cuanto haga, en público o en privado, no escape del escrutinio de sus contradictores. Vargas Lleras, como ningún otro político, sabe que siempre los tendrá apuntándole, con la carabina al hombro, a la espera de cualquier traspié.

Este viernes todo apuntaba a que Vargas Lleras sería carne de cañón para sus contradictores. El vicepresidente se había quejado en público de que la reforma tributaria gravaría nuevas tasas a la vivienda de interés social, y en una salida bastante sorpresiva, más en un funcionario que a pesar de su jerarquía ha sabido controlarse para no meterse en asuntos ajenos a su resorte, invitó a los colombianos a marchar en contra de la reforma tributaria propuesta por el Gobierno.

Sus declaraciones tuvieron dos lecturas. La primera, la que se hizo con los ojos del cálculo político, censuraba la actitud de Vargas Lleras con el gobierno al que pertenece.

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Roy Barreras, del partido de la U, hizo un llamado a sus colegas para buscar rápido el nombre para reemplazar a Vargas Lleras en la Vicepresidencia. “Con sus declaraciones prepara el terreno para irse. Invito al Congreso a ir pensando en nombres para su reemplazo”.

Jorge Robledo, senador y precandidato presidencial por el Polo Democrático, dijo a Semana.com que con independencia de si el vicepresidente tenga o no razón en sus críticas, “es un nuevo acto de deslealtad con un presidente y un gobierno al que tanto le debe. Y la deslealtad es uno de los peores defectos de los seres humanos”.

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Ante los primeros ataques, los congresistas de Cambio Radical cerraron filas en el vicepresidente. El más vehemente, cómo no, Rodrigo Lara, quien despachó dardos a diestra y siniestra y acusó de politiqueros a quienes, en su criterio”, malinterpretan al vicepresidente.

La confrontación pareció sellada por el presidente Juan Manuel Santos, quien pidió tramitar las diferencias internas sobre la reforma tributaria de puertas para adentro. Vargas Lleras parecía haber sumado un nuevo y público jalón de orejas de su jefe.

Pero esta historia estaba lejos de llegar a su punto final. Para sorpresa de muchos, a Vargas Lleras le empezaron a salir aliados, y no de cualquier tenor. Los jefes del partido Liberal, Horacio Serpa, y del Conservador, David Barguil, quisieron interferir en la controversia, pero para sorpresa de muchos, lo hicieron del lado del vicepresidente, el mismo que invitó a los ciudadanos a salir a las calles contra la reforma tributaria.

“Estoy de acuerdo con el señor vicepresidente Vargas Lleras -dijo Serpa-. También considero que hay que estar contra los que afecten la vivienda de interés social; esa exención lesiona el interés de sectores medios y pobres, votaré en contra de eso y pediré al Partido Liberal que acompañemos al vicepresidente en esa justa reclamación a favor del pueblo”.

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El apoyo de Serpa no deja de ser particular. El veterano senador ha sido insistente en directas e indirectas a Vargas Lleras, lo acusó de prácticas soterradas en la campaña política de las regionales del 2015 y le cuestionó su silencio en materia de paz.

“Me parece muy bien traída la propuesta de German Vargas Lleras, tenemos una posición clara: no apoyaremos IVA ni impuestos contra los pobres, ni impuestos contra la clase media, ni impuestos contra los libros, ni contra lo que permita el desarrollo tecnológico del país”, dijo Serpa.

Las relaciones entre el conservatismo y Cambio Radical tampoco son las más estrechas. Y aunque en el algunos asuntos Vargas Lleras y los ‘godos’ puedan tener alguna sintonía, siempre han sido históricos contradictores.

Por eso, también dejó a muchos con la boca abierta que el jefe conservador, David Barguil, se haya sumado a las observaciones de Vargas Lleras contra el proyecto que tendrá que impulsar el ministro conservador Mauricio Cárdenas.

“Respaldamos al vicepresidente en su preocupación frente a los nuevos tributos que se le impondrá a la vivienda en Colombia, en particular a la vivienda de interés social, que es el sueño de los colombianos más pobres (…) Con esos nuevos tributos, el sector vivienda, el que más ha jalonado la economía en los últimos años, se puede estancar”, dice Barguil.

Tanto Serpa como el jefe conservador coincidieron en que acompañarán la tesis de Vargas Lleras en el Congreso. Barguil, particularmente, dice que será el “aliado” del vicepresidente en la Comisión Tercera de la Cámara, donde se tramitará la reforma tributaria.

Todo parece indicar que los impuestos se van a convertir en el santo que provocó el milagro de una nueva coalición política. De momento, Uribe, Vargas Lleras, Robledo, liberales y conservadores, unidos contra la reforma tributaria. ¿Qué tanto van a lograr cambiar la propuesta del Gobierno?