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Villa Adelaida está ubicada en la calle 70 entre las carreras séptima y quinta. La casona fue edificada hace 92 años por don Agustín Nieto Caballero, quien la bautizó con el nombre de su esposa

Bogotà

Sigue el enredo

La fórmula propuesta por el alcalde Lucho Garzón para desenredar el proyecto de Villa Adelaida. que decidan los vecinos- no funciona. ¿Por qué?

8 de diciembre de 2006

El lío de Villa Adelaida -construir o no un gran proyecto en el espacio aledaño a una casa que es considerada un patrimonio arquitectónico- no encuentra solución. La fórmula propuesta para la sin salida, una consulta a los vecinos, se complica cada día y podría llegar a ser inocua.

La semana pasada, los habitantes de Rosales, Quinta Camacho, Emaús y Nueva Granada recibieron los tarjetones en los que deberán escoger, entre seis propuestas, el proyecto arquitectónico que más les guste para Villa Adelaida.

Alrededor de este predio, ubicado en medio del distrito financiero de la calle 72 y la Zona G, el Ministerio de Cultura había autorizado la construcción de un centro comercial, un hotel y dos sótanos de parqueaderos, pero tuvo que ser abortado porque el Distrito y los vecinos se opusieron.

Frente a un choque de posiciones y opiniones, el alcalde Luis Eduardo Garzón propuso hacer una consulta entre los vecinos para determinar qué querían en el predio de 6.600 metros.

Como esta casona es un bien de interés cultural, la propuesta ganadora irá al Ministerio de Cultura para que la estudie, y formule, en conjunto con el Distrito, el nuevo proyecto urbanístico.

Pero lo que en papel era una novedosa propuesta ha terminado causando más polémicas que cuando se anunció la construcción del centro comercial. La semana pasada, la jefe de la cartera de Cultura, Elvira Cuervo, le envió una carta al alcalde Lucho Garzón advirtiéndole que esa consulta no tenía poder vinculante, por tratarse de un bien privado.

A pesar de la advertencia, la administración decidió seguir adelante con el proceso. La semana pasada, la Sociedad Colombiana de Arquitectos y la Corporación Cultural La Candelaria habían escogido seis de las 30 propuestas que previamente habían sido discutidas por la comunidad, e impresas en un tarjetón, que fue enviado a todos los residentes.

Desafortunadamente, para enviar los 15.000 tarjetones que se imprimieron para la consulta, el Distrito tomó la información catastral de la zona, lo que hizo que en muchas casas y apartamentos llegarán tres, cuatro y hasta cinco tarjetones, ya que cada garaje y depósito figuran en algunos casos como propiedades independientes, dijo Mauricio Rico, un vecino que elaboró una propuesta que no fue tenida en cuenta.

A pesar de la gran cantidad de tarjetones, "quienes laboran en el sector y los arrendatarios no pueden votar, ya que es una consulta sólo para propietarios. Lo que podía ser un modelo de desarrollo de los bienes de interés cultural, terminó siendo un desastre de elección elitista ni siquiera vista en el siglo XIX", dijo la concejal peñalosista Lariza Pizano.

El cambio del cronograma dispuesto para la consulta también produjo suspicacias. Se modificaron las fechas de entrega y recolección de los tarjetones. Según Catalina Velasco, directora de Planeación Distrital, ello se debió a la amplia participación. "Llegaron más propuestas de las que esperábamos, lo que hizo que tomara más tiempo de lo necesario".

Otro de los problemas es que el tarjetón no tiene ninguna imagen de las propuestas, ni tampoco hay una unidad de criterios y descripciones. Dos de esas propuestas figuran a nombre de la Sociedad de Mejoras y Ornato. Pero, según su presidenta, Elsa Koppel, la entidad no está participando, ya que no radicó ningún proyecto. "Sólo asesoramos a algunos habitantes". Velasco la desmiente y asegura que las dos propuestas están allí porque fueron presentadas y resultaron seleccionadas. "A mí personalmente la doctora Koppel me entregó sus propuestas", afirma.

Otras delicadas contradicciones y ambigüedades amenazan la consulta. Se dice que hay propuestas que van en contra de las normas de la ciudad, mientras el Distrito sostiene que todas se ajustan a derecho y son viables. Sin embargo, la Alianza Fiduciaria, vocera de los propietarios de Villa Adelaida, advierte que cuatro de los proyectos en consideración no son viables económicamente. Por su parte, la directora de planeación es enfática en afirmar que la consulta goza de claridad y confía en que su éxito se refleje a través de la participación de la ciudadanía.

Mientras todos estos problemas y enfrentamientos continúan, Villa Adelaida, uno de los bienes de interés cultural más preciados y sonados del último año, seguirá enfrentado el acelerado deterioro en el que se encuentra.