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Son muchos los retos

Michael Shifter, analista político en el Diálogo Interamericano y profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, Washington D.C...

23 de abril de 2001

Michael Shifter, analista político en el Diálogo Interamericano y profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, Washington D.C., participó en el foro de paz en Cartagena. Shifter ha sido estudioso del Plan Colombia y del problema de drogas en el país. SEMANA.COM lo entrevistó.

SEMANA.COM: ¿Cómo le pareció el evento sobre paz realizado en Cartagena? ¿Qué impacto puede tener?

Michael Shifter: Me pareció muy bueno por el alto nivel que mantuvo y la buena calidad de puntos de vista. En cuanto al impacto, fue una gran oportunidad para que un grupo de personas, que siguen muy de cerca y están muy interesadas en el tema de paz en Colombia, pudieran intercambiar puntos de vista y sacar algunas conclusiones. Son grandes los retos en Colombia para alcanzar consensos y la dinámica de esta reunión ayuda en ese sentido.

SEMANA.COM: ¿Es el Plan Colombia un plan para acabar con el narcotráfico o es un plan que pretende fortalecer las instituciones en Colombia?

M.S.: El plan global es un marco más amplio orientado a fortalecer la democracia y las instituciones en Colombia. El aporte de Estados Unidos al Plan Colombia está más orientado a combatir el narcotráfico con un componente importante de ayuda militar. Es una parte del aporte del plan global, lo que pasa es que el Plan Colombia es el aporte de Estados Unidos para el público en general, creen que el Plan Colombia es exclusivamente dedicado a la lucha contra el narcotráfico y con una dosis importante de apoyo militar.

SEMANA.COM: ¿Qué tan buena idea le parece solicitarle a Estados Unidos un paquete de ayuda para todos los países de la región andina?

M.S.: Estados Unidos debería tener una estrategia que abarcara todos los países de la región, que parecen ser los más problemáticos en este momento. Es importante que la política de Estados Unidos vaya más allá de dar mayores recursos a los países vecinos a Colombia, esto no significaría una reformulación de políticas sino más bien replantear y darle otra lógica más política que la que existe ahora, ese es el gran reto con respecto a Colombia.

SEMANA.COM: ¿Cree usted que se esté haciendo el esfuerzo suficiente en atacar los otros componentes relacionados con el problema de las drogas como son los precursores químicos, el lavado de drogas y el contrabando?

M.S.: Estados Unidos está haciendo los esfuerzos necesarios pero, obviamente, no son suficientes porque esto sigue siendo un problema bastante serio. Hay varias agencias del gobierno de Estados Unidos dedicadas a enfrentar estos problemas, pero tienen que dedicar mayores recursos y tener más éxito, se debe hacer de manera mucho más multilateral porque son áreas que requieren participación y colaboración de todos los países.

SEMANA.COM: ¿Cree que hoy en día se está dando un cambio en la política antidrogas para combatir más el consumo de drogas que la producción?

M.S.: Hay actores que reconocen la necesidad de atacar más la demanda y el consumo en Estados Unidos, eso es una parte fundamental del problema pero todavía no está muy claro hasta qué punto el gobierno de Estados Unidos estaría dispuesto a avanzar en ese sentido. Aún no se ha nombrado la persona encargada del tema de drogas, y eso va a ser definitivo porque las implicaciones serán distintas si esta persona es un general o si es un médico, depende mucho del perfil de quien ocupe este importante cargo, y cuando se defina será un indicador de para dónde va la política de drogas.

SEMANA.COM: Con el gobierno de George Bush pareciera que se ha dado una mirada más profunda al tema del comercio con Colombia, las posibilidades de incluir al país en el tema de ampliación del Apta. ¿Cree usted que esto es cierto y que puede verse como parte de la solución al problema de las drogas?

M.S.: La mala noticia es que no hay muchos latinoamericanistas en el gobierno Bush, la buena noticia es que el único que hay es el presidente, y esto es muy importante. Bush tiene un serio compromiso con América Latina y está comprometido con el tema del comercio para expandir y dar mayores preferencias a los países, incluyendo Colombia. No va a ser fácil, la renovación del Apta no está bajo discusión, la pregunta es si va a ir más allá para dar algunas ventajas y preferencias particulares a los países andinos y sobre todo a Colombia. Es muy difícil saber hasta qué punto la administración Bush está dispuesta a dar la pelea para que este proyecto de ley sea aprobado porque el tema del comercio es muy discutido y controvertido en la política norteamericana.

SEMANA.COM: ¿Pero cree usted que sí hay una tendencia a mejorar las relaciones comerciales con Colombia?

M.S.: Creo que sí existe esta tendencia, el hecho de que haya una administración republicana con un Congreso republicano presenta las mejores posibilidades para que esto se concrete. Es mucho más fácil que si fuera el Partido Demócrata, en el que hay más resistencia en esos temas. Espero que haya una conciencia y un compromiso, debe hacerse posible en el campo comercial para reforzar y complementar el apoyo que está dando en otras áreas sobre el Plan Colombia. Estas cosas deben estar vinculadas y desafortunadamente en muchos casos los miembros del Congreso lo ven como temas separados. La administración Bush tiene el reto de comunicar la importancia del tema comercial para ayudar a países como Colombia, que están pasando por momentos difíciles.

SEMANA.COM: Mientras el gobierno asegura que ha sido un éxito la fumigación en el Putumayo, los campesinos aseguran que los han perjudicado y no les han dado oportunidades. ¿Qué evaluación hace usted de los primeros resultados del Plan Colombia?

M.S.: Yo creo que, visto en términos muy estrechos, parece que es cierto que han logrado erradicar la coca que dicen, pero la pregunta es ¿qué significa eso? Si eso significa que los grupos violentos, como las Farc y los paramilitares, se han debilitado, o significa que han dado grandes golpes al problema de drogas, no se sabe aún pero no parece que ha pasado ninguna de las dos. La pregunta es si son suficientes las hectáreas de coca fumigadas o si se va a ayudar a atacar el problema principal de Colombia, un sentimiento de inseguridad que están sufriendo los ciudadanos que demuestra una falta de control y autoridad adecuada por parte del Estado. No sé hasta qué punto los avances en el Putumayo van a resultar en cambios importantes en cuanto a la situación crítica que está viviendo el país.

SEMANA.COM: Teniendo en cuenta que Colombia lleva 10 años fumigando cultivos ilícitos, ¿considera que la fumigación es una herramienta efectiva para atacar el problema de las drogas?

M.S.: La fumigación no ha dado los resultados que se esperaban, no es eficaz para atacar el problema de las drogas. Hay que tener una política más coordinada y más amplia porque se ha mostrado que la fumigación sólo produce el efecto de desplazar los cultivos de coca para que se limpie el área pero el problema sigue. Fumigar no es la mejor manera, sobre todo si es un instrumento que está aplicado de manera aislada porque lo único que produce es trasladar el problema. A quienes sostienen que eso va a pasar en el Putumayo no les falta razón, no es claro en qué medida soluciona problema.

SEMANA.COM: ¿Cree usted que si se debilita el problema del narcotráfico en Colombia, en igual proporción se va a debilitar el conflicto armado?

M.S.: Sóolo no es suficiente, me parece que tendría mucho más sentido tener una política más amplia que permita mejorar la capacidad de las instituciones colombianas para proteger a sus ciudadanos, un apoyo más institucional al que están dando en este momento sería mucho mejor para avanzar en el conflicto armado, porque quitando las fuentes de sostenimiento de la guerrilla puede ser un instrumento, pero no suficiente.

SEMANA.COM: ¿Cree que en algún momento los paramilitares van a tener que ser incluidos dentro del proceso de negociación?

M.S.: Es difícil pensar en un escenario de consolidación en Colombia sin que en algún momento se trate a los paramilitares. Es un hecho la fuerza y el poder que tienen y creo que en algún momento tienen que estar o participar en el proceso. Eso no quiere decir que haya un reconocimiento legal y jurídico de su estatus y no está claro en qué momento sería mejor, pero es difícil imaginar que se pueda lograr una concertación entre la sociedad colombiana, superar el conflicto y lograr la paz sin que haya algún tipo de participación de los grupos paramilitares.

SEMANA.COM: ¿Qué implicaciones puede tener que Estados Unidos esté incluyendo en la lista negra a algunos paramilitares?

M.S.: Es importante que Estados Unidos haga todo lo posible para considerar cualquier grupo, sea de izquierda o derecha, guerrilla o paramilitares, que cometan los niveles de violencia que están considerados como obstáculos al proceso y hay que controlarlos. Hay que apoyar al Estado en todo sentido para mejorar su capacidad de controlar los problemas de paramilitarismo y ponerlos bajo la ley . Creo que eso es importante, significa que Estados Unidos está tomando las cosas en serio.

SEMANA.COM: ¿Qué tan clara y eficaz cree que está siendo la política del Estado colombiano contra los paramilitares?

M.S.: Yo creo que se han dado algunos pasos y reconozco que es un problema sumamente difícil pero creo que el Estado tiene que esforzarse más, no es suficiente lo que ha hecho hasta ahora. La expansión de los grupos paramilitares es impresionante y tiene que haber más esfuerzos y dedicación para atacar y controlar a los violadores de derechos humanos. La comunidad internacional debería trabajar con el gobierno colombiano para avanzar más en esta área.

SEMANA.COM: ¿Como ve el proceso de paz con las Farc?

M.S.: Es la última oportunidad que tiene el gobierno de la administración Pastrana para mostrar resultados concretos en el proceso. Lo mejor que se puede esperar es que se mantenga la negociación para que el próximo gobierno en Colombia pueda aprovechar los avances que se hagan durante el próximo año y medio que falta de esta administración. El hecho de que haya participación internacional es un avance importante de posibilidades, le da un nuevo inicio al proceso, pero creo que tiene que producir avances concretos en cuanto cese al fuego, acuerdos en derechos humanos y en acuerdos humanitarios; y si esto no sucede va a haber mucha pérdida de confianza en el proceso. Es la última oportunidad para Pastrana para tratar de establecer bases sólidas para un proceso en serio.

SEMANA.COM: Pero si el proceso se rompe por falta de avances o de resultados, ¿cree que el Estado Colombiano está preparado para la guerra?

M.S.: No creo que los colombianos quieran la guerra, pero creo que el gobierno tiene no solamente la oportunidad para tomar la iniciativa en todos los campos para fortalecerse sino la capacidad para cumplir la función que le corresponde. El hecho de que se está fortaleciendo militarmente el gobierno no quiere decir que no está interesado en lograr la paz, pero usando la fuerza se pueden tener mayores posibilidades de lograr la paz, no son contradictorias las dos cosas.