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TERAPIA DE GRUPO

Los amenazados de las "listas negras" se reunieron con el Ministro Delegatario

19 de octubre de 1987

La reunión tenia un aire de simple visita de cortesía. Los condenados de las listas negras, que decían hablar "en nombre de todos los amenazados del país, que son muchos", resultaban efectivamente bastante representativos: parlamentarios, militares retirados, abogados, gente de teatro, escritores, periodistas, un ex canciller. Pero sus anfitriones por parte del gobierno no lo eran tanto: el coronel Julio Londoño, ministro delegatario encargado provisionalmente de las funciones presidenciales, el viceministro -también encargado- de Gobierno, el jefe del DAS y el director de Instrucción Criminal. Tras reconocer las buenas intenciones de ese que el periodista Jorge Child llamó "gobierno suplente" quedaba una pregunta: ¿Qué pensaba al respecto el gobierno titular? Porque, como señaló de entrada el ex canciller Alfredo Vázquez Carrizosa presidente del Comité de Derechos Humanos, lo que se requiere para enfrentar la "guerra sucia" en que ha entrado el país no son palabras, sino actos de gobierno.
Entre tanto, hubo muchas palabras. Casi todos los presentes hablaron largo y tendido, algunos en tono resueltamente oratorio, y la visita se prolongó durante nada menos que cinco horas (de las once de la mañana del lunes 14 de septiembre hasta las cuatro de la tarde) convirtiéndose en lo que el general Maza Márquez, jefe del DAS, llamó "esta mesa redonda" pero parecía más bien una terapia de grupo. Y ese aspecto freudiano fue subrayado por el involuntario lapsus del ex canciller Vázquez Carrizosa cuando le cambió una letra al general Maza, llamándolo "jefe del MAS".
En ese lapsus quedaban resumidas las cinco horas de intervenciones, puesto que todos los visitantes estaban convencidos, en efecto, de que el MAS y los demás grupos paramilitares que asesinan y amenazan tienen una relación muy estrecha con las autoridades mismas, especialmente las militares. Ninguno lo ocultó, pues justamente a decir eso iban. El senador Iván Marulanda (Nuevo Liberalismo) denunció cómo se está "fanatizando al país" con la prédica anticomunista dentro de las Fuerzas Armadas y la tesis de que hay "muertos buenos", si son comunistas. El general Matallana describió lo que está sucediendo como el resultado de la Doctrina de Seguridad Nacional que desde hace años impera en el Ejército colombiano. Pardo Leal, candidato presidencial de la Unión Patriótica, resumió el problema diciendo: "Hay que comenzar la investigación por los investigadores". Y los senadores Hernando Hurtado y Rojas Puyo pusieron dos ejemplos dramáticos: todos los testigos que hablaron en la investigación que hace dos años hizo la Procuraduría contra el MAS, denunciando a personal militar en activo o en retiro, han sido asesinados, y todas las investigaciones sobre asesinatos políticos que han pasado a la justicia penal militar han terminado en sobreseimientos.
El gobierno expresó por su parte en palabras del coronel Londoño, "su repudio y su angustia" por la situación. Pero también reconoció su impotencia. El general Maza explicó que el DAS no puede investigar los asesinatos, como investiga otros casos menos difíciles (Priscos, etc.), porque el 70 por ciento de su personal está dedicado a tareas de escolta de amenazados. Y Eduardo Lozano, director de Instrucción Criminal, explicó que la Policía Judicial tampoco puede investigar nada por ahora porque no depende de nadie: ni de la Procuraduría, como antes de la reforma penal, ni de la propia Instrucción Criminal, porque para ello es necesario que el ministro de Justicia firme un decreto reglamentario que se encuentra en su mesa desde hace dos meses y medio, y no lo ha hecho. El Ministro Delegatario concluyó la reunión manifestando que hablaría con su colega de Justicia para que "acelere el estudio de ese decreto".