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Por estos días los colombianos pueden ver la elogiada Babel, con Brad Pitt; El Perfume, adaptado del best seller de Patrick Süskind; Diamante de Sangre, nominada a varios Oscar; y Cartas desde Iwo Jima, del director Clint Eastwood. (FOTOS: AP y WARNER BROS.)

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Tiempos de buen cine

Ya viene la entrega de los premios Oscar, y a Colombia llegan las películas más esperadas de la temporada. La provocativa cartelera de la época es una jugada comercial que beneficia al público y a los fanáticos.

Juliana Bedoya Pérez
8 de febrero de 2007

Ir a cine siempre será un buen plan. Aunque la película elegida no resulte ser la más satisfactoria, siempre habrá algo que recordar cuando se sale de una sala de cine. Pero durante este mes la diversión pareciera estar garantizada para el público. La avalancha de películas bastante publicitadas, muchas de ellas ganadoras o candidatas a los premios más importantes de la industria ‘hollywoodense’, no es fortuita.

La razón es simple. Que una película sea candidata a un premio como el Oscar es la mejor publicidad que podría recibir. Según Carolina Escandón, de Cine Colombia, “si una película es candidata al Globo de Oro o al Oscar, suena en los medios y eso despierta el interés del público y hace que vaya a verla”. Por eso entre enero y marzo la cartelera se vuelve más provocativa y la oferta se amplía.

Por estos días se puede ver la tan sonada Babel de Alejandro González Iñárritu, o la comedia sorpresa en los Globo de Oro, Más extraño que la Ficción. Además están por llegar títulos como Borat, El Perfume, Cartas desde Iwo Jima y Diamante de Sangre.
 
 Otra película que llega a las carteleras de todo el país es La Revelación de Sara, uno de los fenómenos del cine europeo del año pasado. Esta película ganó el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín y fue candidata al premio del jurado en el Festival de Sundance, el encuentro de cine independiente más importante.

Otro efecto de las nominaciones y los premios es que al país lleguen películas que difícilmente habrían podido ser vistas. Eso es lo que va a pasar este año con la película Little Miss Sunshine. La distribuidora Fox en Colombia no tenía en sus planes traerla al país, pero cambiaron de opinión luego de que resultara nominada a mejor película, mejor actor secundario, mejor actriz secundaria y libreto original.

El efecto de que los críticos y los medios hablen, y de la posibilidad de un premio para una producción se refleja en la cantidad de gente que se acerca a verla, sólo para corroborar si los comentarios eran acertados. Así, el 25 de febrero, cuando se entreguen los Oscar este año, si Leonardo Di Caprio gana la estatuilla a mejor actor o Clint Eastwood gane la de mejor dirección por Cartas desde Iwo Jima, los colombianos podrán decir si el premio era merecido o no.

Y es que mientras en Estados Unidos, México o Europa se hacen estrenos espectaculares, con los protagonistas y directores de las cintas, en países como Colombia, se invierte muy poco dinero en publicidad y en los estrenos.

En Estados Unidos, por ejemplo, el estreno de una película es todo un evento que reúne no sólo a los artistas y a la industria, sino a los fanáticos y cinéfilos. el tapete rojo en estas ocasiones ya es tradición, pues las grandes premieres comenzaron en 1922 con la versión en cine mudo de Robin Hood.

Todo esto sin hablar del dinero que se va en la publicidad de la película. Los grandes estudios pueden gastar hasta 40 millones de dólares en la promoción de una sola cinta, una cifra muchas veces mayor a la que recogen en las salas de cine y que sólo pueden recuperar con las exhibiciones en otros países y la venta cada vez mayor de videos y DVD.

Sin embargo, una nominación a los Oscar no es el único aspecto que se tiene en cuenta a la hora de estrenar una película y de escoger la fecha para este evento. “La fecha de estreno la deciden entre el estudio en Estados Unidos y el gerente de mercadeo de acá de Colombia, con base en las películas de la competencia y teniendo en cuenta que no haya mucha distancia entre el estreno en Estados Unidos y acá”, explica Laura Rubio, de Warner Colombia.

En esta decisión también influye la piratería. Los estudios ya se dieron cuenta de que es muy difícil competirle a la velocidad de quienes distribuyen ilegalmente las copias de las películas en el mercado negro. Por eso, el tiempo entre el estreno en Estados Unidos y la llegada a los demás países es cada vez menor, un mes en promedio. Además, han obligado a que los estrenos mundiales se pongan de moda.

Todos estos engranajes de mercadeo han terminado beneficiando al público, que cada vez puede acceder mejor y más pronto a las grandes producciones cinematográficas. Por eso hay que aprovechar estos días, a la hora de escoger un plan, ir a cine parece ser una buena idea.