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| Foto: Archivo particular

PALACIO DE JUSTICIA

Desaparecida del Palacio de Justicia fue víctima de homicidio

Semana.com revela en exclusiva el informe pericial de Medicina Legal que demuestra que Cristina Guarín no murió calcinada sino que, al parecer, recibió varios disparos.

7 de agosto de 2016

Un informe pericial que está en poder de la Fiscalía General de la Nación demostraría que Cristina Guarín, una de las desaparecidas del Palacio de Justicia, habría sido asesinada y no que murió como consecuencia del incendio que se registró en el importante estamento judicial en la toma de 1985.

Siga este enlace para conocer el documento emitido por Medicina Legal. Exclusivo Semana.com.

Para los familiares de la joven sacrificada en los luctuosos hechos, ello demuestra que su ser querido fue ultimada a tiros y desaparecida por más de 30 años. El documento describe lesiones que parecen reflejar que recibió cuatro disparos de proyectil, y aun cuando se deconoce cuál fue la causa de la muerte, Guarín fue víctima de homicidio y su exposición a altas temperaturas fue posterior al momento de su muerte.

En octubre del 2015, a un mes de la conmemoración del trigésimo aniversario de la toma del Palacio de Justicia, el Instituto Nacional de Medicina Legal les informó a los familiares de tres de las personas desaparecidas que los restos mortales de sus seres queridos habían sido encontrados.

Cristina del Pilar Guarín, licenciada en ciencias políticas que trabajaba como cajera de la cafetería, y Luz Mary Portela León fueron encontradas en dos fosas del Cementerio Jardines de Paz del Norte de Bogotá en las que habían sido enterradas otras víctimas del holocasuto, mientras que Lucy Amparo Oviedo se hallaba en una de las cajas que conserva la Fiscalía desde la exhumación que se adelantó en el Cementerio del Sur en el 2001.

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Pese a que la noticia trajo para estas personas la oportunidad de encontrar un epílogo a la historia triste y convulsionada con la que empezaron a cargar a cuestas desde el momento de la toma, lo que empezaron a vivir entonces fue un nuevo tire y afloje con las autoridades penales, para recibir los despojos mortales de los suyos y saber cuál fue el verdadero motivo de su muerte.

Desde el principio, los familiares exigieron un acompañamiento internacional frente al cual nunca hubo una respuesta concreta de la Fiscalía, la Cancillería y demás autoridades involucradas. Durante estos meses, en los cuales exigieron que se les hiciera entrega oficial de los restos de sus seres queridos, la Fiscalía aclaró que no podría hacerlo mientras no tuviera certeza de la manera como perecieron.

Y pese a que nunca hubo respuesta sobre el acompañamiento de algún organismo multilateral, ese anhelado informe pericial por fin vio la luz. En él se indica que la causa de la muerte de Cristina Guarín durante la toma del Palacio fue el homicidio y no el incendio que se registró en la biblioteca, como equivicadamente trataron de demostrarlo los defensores de los oficiales llamados a juicio por los casos de desaparición.

En realidad, esta mujer fue asesinada a través de cuatro proyectiles de bala, uno de los cuales le produjo la rutptura de la tercera vértebra dorsal. Y aun cuando es verdad que su cuerpo estuvo sometido a las altas temperaturas que con total seguridad se dieron por su exposición a las llamas que consumieron buena parte del Palacio, ello ocurrió cuando ya había sido asesinada.

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Para la familia, especialmente para su hermano René Guarín, llama la atención que entre los nueve huesos que fueron recuperados de su hermana no haya quedado mayor vestigio del hueso craneal, lo que podría dar muchas luces sobre la manera como fue asesinada.

Guarín señala que Marina Isabel Ferrer, la otra víctima con la cual enterraron a su hermana en el Cementerio Jardines de Paz del norte de Bogotá, tampoco conservaba la totalidad de su cráneo. Según él, esto desmiente la tesis del perito que utilizó el Estado colombiano en su defensa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pues, según él, las llamas que se alzaron ese día sobre el complejo judicial habrían tenido que haber consumido por completo los restos óseos de las personas de las que se creían desaparecidas.

El balance de ese experto apuntaba a que las personas expuestas a las temperaturas que se vivieron en la zona del incendio habrían tenido que ser completamente carbonizadas, pero el caso de Cristina demuestra lo contrario, dice René Guarín. Para él, es muy probable que el disparo que recibió su hermana en el estómago o en la espalda, según lo dice el informe entregado a Medicina Legal, se haya producido cuando ella estaba fuera del Palacio.

Además, la evaluación confirma que Cristina conservaba la falda escocesa que les permitió a sus familiares identificarla en los videos en los que se registra el personal que salió con vida del edificio y que fue trasladado a la Casa del Florero, que era la base de operaciones del Ejército durante la toma.

Ese registro de la prueba pericial en torno a la prenda constituye otro elemento que al parecer podría contradecir lo dicho por Maria Nelfy Díaz, la exempleada del Palacio que dijo reconocerse en las imágenes en las que la familia de Cristina Guarín creyó verla saliendo con vida del edificio.

El documento es esclarecedor en la medida en que descarta que la mujer no murió calcinada, como lo señalaban los integrantes de la fuerza pública, sino que fue víctima de algunos disparos que evidencian que fue blanco de un homicidio.

Y a pesar de que la familia reconoce el valor del hallazgo, al hermano de la víctima, René Guarín, le sigue preocupando que no haya habido el acompañamiento internacional frente al que ellos insistían. No obstante, recalca, por fin podrán darle el adiós que tanto buscaban a su hermana desaparecida.

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