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Las más recientes portadas de semana sobre irregularidades en el Ejército.

DENUNCIAS

Tormenta en el Ejército: los coletazos de las investigaciones de SEMANA

Las publicaciones de SEMANA sobre presunta corrupción y cacerías de brujas causaron la salida de un general y el traslado de otro. Las pesquisas de los entes de control se abren camino.

13 de julio de 2019

Las recientes investigaciones de SEMANA desataron una verdadera tormenta en el Ejército Nacional. Los señalamientos sobre abusos de autoridad, dinámicas corruptas y hasta persecuciones internas para silenciar a quienes se atreven a hablar sobre estos problemas obligaron al Gobierno a salir al paso. Las primeras consecuencias: llamó a un general a calificar servicios, trasladó a otro de su unidad y uno más pidió vacaciones para preparar su defensa.

Guillermo Botero, el ministro de Defensa, anunció las decisiones el martes en una rueda de prensa. “Mantenemos el compromiso de cero tolerancia con cualquier actuación de la fuerza pública que sea contraria a la ley. Como consecuencia de eso, el fin de semana le solicité una reunión de urgencia al fiscal general para ponerle de presente la colaboración del ministerio y sus fuerzas en las investigaciones (...) Ni somos indulgentes ni somos temerarios, pero sí seremos diligentes”, dijo el jefe de la cartera.

Brigadier general Jorge Romero

Brigadier general Eduardo Quirós

En contexto: Las ovejas negras en el Ejército

Botero informó que el brigadier general Jorge Horacio Romero, quien dirigía el Comando de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo, fue llamado a calificar servicios. En el informe titulado ‘Las ovejas negras’, SEMANA reveló varios testimonios que involucran al general en una especie de cartel de salvoconductos cuando estaba al frente de la Cuarta Brigada, con sede en Medellín, entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2017.

Un importante empresario antioqueño, una civil y un militar que trabajó con el general, cuyas versiones están en poder de la Fiscalía y la Procuraduría, entregaron por separado informaciones que conducen a la misma denuncia: que dentro de esa unidad estaban cobrando dinero a cambio de entregar permisos de porte de armas. Aún no se sabe cuántas de ellas habrían terminado en manos criminales. “Me dice [el general Romero]: ‘lo de los permisos especiales yo te los voy a manejar; le voy a poner orden a esto. Quiero que tú me manejes esa parte y me la manejes a sobre cerrado’”, contó el empresario.

Vea el video de las denuncias contra el general Romero: 

Pero los señalamientos no se agotan allí. Al general también lo involucran con el desvío de dineros destinados al mantenimiento y el combustible de los vehículos de la Cuarta Brigada. Todo, según cálculos de los investigadores, podría cuantificarse en un desfalco que ronda los 1.000 millones de pesos.

En la misma rueda de prensa, el ministro Botero dijo que el general Adelmo Fajardo, segundo comandante del Ejército, pidió vacaciones para preparar su defensa. SEMANA dio a conocer parte de la evidencia que tienen los entes de control en su contra. En ella está el testimonio de un oficial que trabajó durante un año con él, cuando estaba a cargo del Comando de Educación y Doctrina (Cedoc), entre 2016 y 2017. El testigo dice que le entregó alrededor de 50 millones de pesos al general para costear gastos personales suyos, incluso dinero para viajes familiares y celulares para uno de sus hijos. “El general decía: hermano, me voy pa Estados Unidos, necesito 5 millones (...) Y busque y haga papeles para legalizar esa mierda”. El oficial dijo que obtuvo ese dinero de los proveedores que contrataban con el Cedoc.

Vea el video de las denuncias contra el general Fajardo: 

El ministro Botero anunció, por último, el traslado a una dependencia militar del general Eduardo Quirós, quien salió del Comando de Apoyo de Contrainteligencia. Sin embargo, Quirós continuó en su cargo durante toda la semana, como si nada hubiera pasado. De hecho, aprovechó que sigue en uno de los puestos más estratégicos para presionar a oficiales con el fin de ayudarle a él y a los otros salpicados en una estrategia de defensa.

Varias fuentes le dijeron a SEMANA que el alto oficial estaba ofreciendo hasta 100 millones de pesos o seis meses de permiso a quienes entregaran a las personas que hablaron con los medios de comunicación sobre las polémicas órdenes de la comandancia del Ejército para duplicar las afectaciones, incluidas las bajas en combate.

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SEMANA reveló el 23 de junio que en el Ejército armaron una cacería de brujas contra los militares que, arriesgando su vida, se han atrevido a denunciar las nuevas órdenes para duplicar los resultados; las mismas que algunos han interpretado en la institución como un incentivo para revivir las ejecuciones extrajudiciales. La cacería también afectaría a quienes, atendiendo el llamado de la JEP, están revelando lo que sucedió en el vergonzoso episodio de los falsos positivos. En este, hace una década, soldados asesinaron cerca de 3.000 civiles para presentarlos como guerrilleros caídos en combate. La cacería de brujas incluye amenazas de muerte, seguimientos y hasta pruebas de polígrafo irregulares.

Guillermo Botero, ministro de Defensa

General Nicacio Martínez, comandante del Ejército

Antes de publicar la investigación que generó este revuelo, SEMANA buscó al general Nicacio Martínez, comandante del Ejército, y a los generales Fajardo y Romero, para conocer sus respuestas a los cuestionamientos. No obstante, ellos no quisieron contestar. Aun así, el lunes, por medio de un comunicado, el comandante de la institución dijo que apenas conoció los detalles de la investigación del 23 de junio, titulada Operación Silencio, “fueron colocados de manera inmediata de conocimiento a la Fiscalía, y, a la fecha, la fuerza permanece atenta y disponible a los requerimientos que soliciten las autoridades judiciales”.

En contexto: Operación Silencio

El general Martínez también aseguró que nunca conoció las denuncias contra los generales Fajardo y Romero, ni siquiera cuando ocupó el despacho de la inspección del Ejército, la dependencia encargada de tratar internamente este tipo de asuntos. Martínez estuvo en ese cargo hasta diciembre pasado, cuando pasó a liderar la cúpula del Ejército y, en esa labor, participó asimismo en el nombramiento en sus nuevos cargos de los generales cuestionados. Lo paradójico es que Fabio Espitia, el fiscal general encargado, dijo que el ente que dirige, en cambio, sí estaba investigando estos señalamientos desde hace un año.

Ante las revelaciones de SEMANA, también tomó medidas el procurador general, Fernando Carrillo, quien anunció la apertura de investigaciones disciplinarias a los generales Fajardo, Romero y Quirós. “Hemos tomado la determinación de crear un equipo de procuradores judiciales y disciplinarios (...) De entrada, hay que resaltar la gravedad de las denuncias y la evidencias que en este momento reposan en la Procuraduría”, dijo el jefe del Ministerio Público. SEMANA reveló parte de ese material, que incluye testimonios, audios, videos y fotos.

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Como si fuera poco, el propio Ministerio de Defensa anunció el miércoles la captura de 12 suboficiales del Ejército que, presuntamente, falsificaban documentos y se encargaban de trámites irregulares para gestionar ascensos y nombramientos en unidades militares. Les endilgan una larga lista de delitos que incluye fraude, prevaricato, falsedad en documento público y privado, concierto para delinquir y hasta acceso abusivo a un sistema informático.

Ante este revuelo, el presidente Iván Duque aseguró a medios que acompañaría las investigaciones por corrupción en el Ejército. Y agregó: “En instituciones tan grandes, con tantos procesos administrativos, desafortunadamente pueden aparecer manzanas podridas u ovejas negras, o personas que pretenden enlodar el comportamiento honorable de la institución”. Entre tanto, dentro y fuera del Ejército esperan que las investigaciones lleguen al fondo de estas denuncias y que los culpables asuman sus responsabilidades, para beneficio de la institución más prestigiosa del país.