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Un 12 de octubre se vino abajo la Torre 6 del conjunto residencial en Medellín que dejó 12 muertos. | Foto: A.F.P.

ANTIOQUIA

Los correos que prueban las negligencias que desataron la tragedia Space

Semana.com conoció los correos que la Curaduría se cruzaba con la constructora CDO en los que se advertía de imperfecciones en el proyecto después de expedida la licencia.

14 de octubre de 2016

Han pasado tres años desde cuando el edificio Space se vino abajo en el barrio El Poblado, en Medellín. El desastre arquitectónico, mo consecuencia del cual murieron 12 personas, no tiene comparación en Latinoamérica. Sin embargo, quienes perdieron todo no han encontrado justicia. Las víctimas que negociaron con la firma constructora CDO no han recibido el pago completo por la pérdida, y aquellos que se fueron a estrados judiciales no ven una respuesta.

Perdieron la esperanza  casi totalmente cuando el juez 13 penal de Medellín consideró en primera instancia que en la tragedia no tuvieron responsabilidad los curadores Eliney Llanos —cuatro prevaricatos imputados— y Carlos Alberto Ruiz —nueve prevaricatos imputados—. Las víctimas entonces mostraron su molestia ante el juez, que iba a explicar su decisión el 11 de octubre, pero la audiencia se aplazó sin una nueva fecha.

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En su momento, Ángela Cantor, hermana de Esteban Cantor, el joven universitario que murió esa noche, le dijo a Semana.com que la decisión del juez era “una cachetada a la justicia porque aquí todos tuvieron la culpa de lo que pasó. Para nosotros era una falta gravísima que un curador diera licencia sin la documentación necesaria, como lo mostró la Fiscalía en la audiencia”.

Este portal web conoció algunas de las pruebas desestimadas por el juez, como los correos electrónicos obtenidos del disco duro del ingeniero calculista Jorge Aristizábal e incorporados al juicio a través del investigador experto en informática forense.

Uno de los correos es fechado del 28 de febrero del 2011 y enviado por Luz Dary Ramírez con el asunto: “Parte estructural de los proyectos”. Allí se habla del proyecto Space así: “1. Falta formato de memorias de cálculo. 2. Faltan memorias de diseño de todos los elementos estructurales y no estructurales. 3. Debe llevar el refuerzo de las pilas hasta las campanas”.

Este correo fue enviado luego por parte de CDO al ingeniero calculista el 2 de marzo del 2011. Sin embargo, el proyecto contaba con la licencia expedida con número C-20122 del 28, de febrero del 2011 y notificada antes del lleno total de los requisitos. Lo que quiere decir que la licencia se entregó sin que la firma cumpliera con todos los requisitos de seguridad.

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En un correo posterior, fechado del 13 de junio del 2012, Luz Dary Ramírez le escribe al arquitecto Willman Seohanes Barros, director de obra en la constructora Lérida CDO, y se refiere a la etapa 6B de Space: “Plantear la solución a las inestabilidades señaladas en el estudio de suelos (era para el 18 de abril)”. Sobre decir que la licencia había sido entregada un año atrás y todavía se estaba hablando de “inestabilidades”. El tiempo les daría la razón a los preocupados porque los problemas se solucionaran.

Seohanes ya había estado en medio de una polémica. El 20 de diciembre del 2007, Carlos Alberto Ruiz exoneró la supervisión técnica a cuatro proyectos de CDO, entre ellos Space. Según reveló el diario El Tiempo en su momento, en el oficio de exoneración decía: “Revisada la documentación anexada por medio de la cual acredita a las empresas Lérida CDO S. A., Vifasa CDO S. A., Acuarela CDO S. A. y Calamar CDO S. A. se encuentran certificadas por el Incontec, bajo las normas ISO 9001:2000, todas ellas vigentes para el año 2008, además de demostrar las calidades y experiencia que posee el director de la obra el arquitecto Wilmar Antonio Sehoanes Barros, profesional con más de cinco años de experiencia en la construcción, interventoría y supervisión técnica de proyectos constructivos”.

De esa manera, Ruiz, en calidad de curador, exoneró a estos proyectos de la obligación de someterlos a supervisión técnica.

Para el abogado Camilo Muñetón, defensor de la familia Cantor, es insólito que la licencia se dé aun faltando correcciones en el proyecto, como lo prueban los correos hallados por la Fiscalía pero que el juez desestimó.

“Hay que acatar la decisión del juez, estamos a la espera de la lectura de la sentencia porque el juez sólo anunció el sentido del fallo. No hizo valoración probatoria. Necesitamos conocer los elementos del juez para tomar su decisión. Después de eso interpondremos recurso de apelación ante el Tribunal de Superior de Medellín”.

La justicia puede estar lejos para las víctimas de Space, pues hay fallos de segunda instancia que demoran hasta dos años.