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Tras un efecto dominó

La detención del alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez, sindicado de tener vínculos con paramilitares, puede ser la primera ficha con la cual las autoridades derrumben el poder político de los grupos de autodefensas en Norte de Santander.

27 de junio de 2004

Poco antes de las 6 de la mañana del jueves de la semana pasada un fiscal, dos miembros del CTI, tres investigadores de la Dijin y 15 policías llegaron hasta una de las casas del conjunto residencial Prados Club en Cúcuta. Su objetivo era detener al alcalde de esa ciudad, Ramiro Suárez Corzo. Los uniformados se apostaron en los alrededores de la vivienda mientras el fiscal, en compañía de los hombres de la Dijin, llamaba a la puerta. Tras escuchar varios golpes en la puerta, Suárez abrió somnoliento y aún en pijama. Cuando vio al funcionario y a los uniformados en la entrada de su vivienda no pudo evitar la cara de desconcierto. El fiscal le informó que debía acompañarlos porque en su contra había una orden de captura que lo sindicaba de concierto para delinquir.

Tras leerle sus derechos, las autoridades ingresaron a la vivienda y realizaron el allanamiento de rigor. Decomisaron unos teléfonos celulares, varios documentos y 80 millones de pesos en efectivo hallados en el guardarropa cuyo origen el alcalde no pudo explicar. Después de terminar esta diligencia judicial, Suárez entró a su dormitorio, se cambió de ropa y salió con las autoridades. A las 8:05 de la mañana los investigadores de la Dijin abordaron con él un avión de la Fiscalía en el aeropuerto Camilo Daza. Una hora después aterrizaron en El Dorado en Bogotá y Suárez quedó a disposición del CTI en los calabozos del búnker de la Fiscalía.

Tan sólo cinco horas y media después el vicefiscal, Andrés Ramírez, explicó en una rueda de prensa algunas de las razones de la determinación judicial: "Desde hace un año, la Fiscalía adelanta investigaciones en Cúcuta para develar nexos y compromisos entre servidores públicos y personalidades de aquel departamento con grupos al margen de la ley. Se encontraron pruebas que comprometen la responsabilidad del alcalde Suárez". La declaración de Ramírez, así como la captura del alcalde, es un hecho sin precedentes en el país ya que nunca antes había sido detenido un gobernante de una ciudad del tamaño y la importancia de Cúcuta, bajo sindicaciones de tener vínculos con los grupos paramilitares.

El maullido de 'El Gato'

La investigación que hoy tiene a Suárez tras las rejas comenzó a mediados del año pasado, cuando fueron enviados de Bogotá a Cúcuta un grupo especial de la Dijin y varios miembros de la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía. La misión era descubrir los nexos entre algunos dirigentes políticos y sociales de Norte de Santander y los grupos de paramilitares que actúan en la región.

Cuando las pesquisas comenzaron Suárez era candidato a la Alcaldía, pero a medida que fue pasando el tiempo, y con el desarrollo de la investigación, las autoridades recopilaron pruebas testimoniales y técnicas según las cuales el entonces candidato se reunía presuntamente con Carlos Rojas Mora, alias 'El Gato', y otros jefes paramilitares del bloque Fronteras de las autodefensas, de quienes se sospecha que apoyaron la campaña de Suárez.

Una vez Suárez ganó la Alcaldía, los rumores sobre sus vínculos con los paramilitares, así como la existencia de la investigación en su contra, comenzaron a salir a la luz pública. Desde ese entonces, e incluso el mismo día de su captura la semana pasada, Suárez ha sostenido que no tiene nada que ver con grupos de autodefensa y que todos los señalamientos en su contra son producto de una persecución política. Pero las investigaciones de las autoridades hasta ahora parecen señalar otra cosa.

Este año, particularmente en mayo y junio, los hombres de la Dijin y la Fiscalía capturaron a algunos de los más reconocidos paramilitares de Cúcuta, lo que los llevó a encontrar evidencias en contra de Suárez y comenzar a unir las piezas del complejo rompecabezas paramilitar.

La primera de estas fichas fue la captura, a finales de abril pasado, de un miembro de las AUC llamado Jonathan Sepúlveda.

"El capturado tiene conocimiento de una reunión entre un comandante con el alias 'Andrés' o 'El Gato', un agente de la Ponal (Policía Nacional) de apellido Soto y el candidato a la Alcaldía Ramiro Suárez Corzo. Asegurando que el agente de apellido Soto es el enlace principal con los comandantes y Suárez Corzo", dice uno de los apartes del informe que rindió ante las autoridades el capturado. "Por intermedio de éste (Martín Soto), Ramiro Suárez mantiene la comunicación con 'El Gato' y la organización AUC, y es así como se coordinan algunos trabajos delictivos, como las muertes del doctor Enrique Flórez y el candidato a la Gobernación de Norte de Santander Tirso Vélez", afirmó Sepúlveda en otro de los apartes de su confesión ante las autoridades.

Tras la confesión de Sepúlveda, la Fiscalía y la Dijin, que ya venían investigando a Soto desde hace varios meses, enfocaron sus esfuerzos sobre él. Soto, escolta de Suárez y uno de sus hombres de mayor confianza, fue arrestado el pasado 5 de junio después de que los investigadores completaron las pruebas que permitieran demostrar que efectivamente se trataba de un enlace entre Suárez y los 'paras'.

El último avance de la investigación, que dio soporte a la orden de captura de Suárez, fue la detención el pasado 17 de junio de Giovanni Enrique Buelvas, alias 'El Zarco' o 'Jerry'. Este hombre, que trabajaba para las autodefensas, confesó ante las autoridades haber sido el autor material del homicidio de Alfredo Enrique Flórez, asesor de la Alcaldía de Cúcuta, ocurrido el 6 de octubre de 2003. Reconoció también que la orden fue impartida por el comandante 'Andrés', quien le dijo que Suárez había pagado por eliminar a un hombre que se había convertido en un potencial peligro para él y sus aspiraciones electorales ya que iba a denunciar irregularidades en las que estaría comprometido Suárez.

'Jerry' también les relató a las autoridades los pormenores de las reuniones que el alcalde sostenía con diferentes comandantes paramilitares de Cúcuta y sus alrededores. Esta confesión, sumada a otros testimonios y a las pruebas técnicas recolectadas durante meses de investigación, llevaron a los fiscales a tomar la determinación de capturar a Suárez.

El arresto de Suárez es sin duda un hecho trascendental. No sólo porque se trata del alcalde de una ciudad fronteriza tan importante. Las investigaciones de la Fiscalía y la Dijin han descubierto que el alcalde no sería el único involucrado. En las próximas semanas se producirán nuevas capturas, tanto de funcionarios públicos como de comerciantes y algunas personalidades de la sociedad cucuteña de quienes también hay graves sospechas. Con esto, las autoridades buscan crear un efecto dominó que termine acabando de una vez por todas con la macabra influencia de los paramilitares en Cúcuta y buena parte de Norte de Santander que tanto dolor les ha causado a sus pobladores.