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Tras falla de Facebook, empresario Mario Hernández dice que la gente hasta hace el amor con el celular en la mano

SEMANA habló con diferentes personalidades del país sobre cómo vivieron la caída de las redes sociales el pasado lunes. Un alivio para unos, una pesadilla para otros. 

9 de octubre de 2021

El primer día de esta semana, muchos colombianos se enfrentaron a una de las situaciones que más angustia produce en tiempos actuales. Ver el celular, tratar de escribir en WhatsApp y observar eternamente la imagen de “conectando”. La reacción de casi todo el mundo fue la misma: apagar el aparato y volver a intentar, una y otra vez.

Después de un tiempo, y de ver que lo mismo pasaba en Facebook e Instagram, el mundo se volcó a internet para hacer la misma pregunta, ¿qué está pasando? La respuesta estaba lejos de la imaginación de cualquiera: el gigante de las redes sociales vivía la peor caída de su historia. Las cifras de lo que sucedió son impresionantes.

El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, cuenta que para él sí fue toda una sorpresa. Hoy las comunicaciones profesionales se realizan por WhatsApp, y, cuando esta herramienta falló, el funcionamiento del trabajo dejó de fluir.

“Simplemente, esto es una demostración de cómo hoy, en el escenario del contexto actual, las redes sociales juegan un papel protagónico en nuestro relacionamiento personal y profesional, en nuestra dinámica de productividad, en nuestra dinámica laboral y también en nuestra interacción como sociedad”, señala el alto funcionario.  

José Manuel Restrepo “Fue una demostración de que las redes sociales juegan un papel protagónico en nuestro relacionamiento personal y profesional”.
José Manuel Restrepo “Fue una demostración de que las redes sociales juegan un papel protagónico en nuestro relacionamiento personal y profesional”. | Foto: juan carlos sierra-semana

El congresista Luis Fernando Velasco va mucho más allá. “Uno es esclavo del WhatsApp y, cuando se cae esa red, todo se bloquea”, advierte. El parlamentario explica que los políticos sí son muy dependientes de las redes sociales, porque se han convertido en la principal manera de comunicarse con sus electores. Pero hubo afectados más allá de los que no pudieron chatear, pues gran parte de la actividad económica y profesional de muchos hoy se desarrolla en esos canales.

Luis Fernando Velasco “Uno es esclavo del WhatsApp y, cuando se cae esa red, todo se bloquea”.
Luis Fernando Velasco “Uno es esclavo del WhatsApp y, cuando se cae esa red, todo se bloquea”. | Foto: guillermo torres-semana

En esa posición, por ejemplo, quedó Alexandra Montoya. “Mi celular es mi oficina, y con esta plataforma me envían temas del programa y textos para grabar. Por otro lado, también vía WhatsApp, me mandaron ese día una propuesta de trabajo y debía contestar los costos lo más pronto posible y no tenía el correo electrónico de la persona”, cuenta. Ella dice que las lecciones para el mundo fueron enormes. Se mostró la gravedad de que estas plataformas estén hoy a merced de un solo dueño. 

Alexandra Montoya“Me afectó mucho. Mi celular es mi oficina”.
Alexandra Montoya“Me afectó mucho. Mi celular es mi oficina”. | Foto: Alejandra Quintero

La cantante Cata Castel lo resume de otra manera. “Sin redes sociales el alcance de mi empresa y todas mis alianzas comerciales se caen al piso. Ya estamos en una nueva era en la que las redes sociales son indispensables. La gente habla de un descanso o volver a la vida real cuando estas plataformas fallan, pero para mí significan pérdida de dinero y menos trabajo”, señala. Como el apagón fue corto, para ella no fue grave, porque abrió la posibilidad de hacer otras tareas. “Me impresionó como quedamos incomunicados en todos los aspectos y cómo las redes sociales son tan importantes para todo en nuestra vida”, agrega. 

Para otros, la jornada sí fue desastrosa y evidenció el peligro de que algo así vuelva a pasar. Xiomara Figueredo cuenta el caso de su empresa, Modularq Design, dedicada al diseño y venta de muebles. Su operación funciona por Instagram. Este día no vendieron ni el 10 por ciento de lo usual, pues no pudieron comunicarse con sus clientes y solo tuvieron una venta que alcanzó a entrar antes de la caída. 

Mario Hernández“Nos volvimos esclavos del celular, en cualquier lado están en el celular: trabajando, comiendo, manejando o hasta en la luna de miel haciendo el amor”. 
Mario Hernández“Nos volvimos esclavos del celular, en cualquier lado están en el celular: trabajando, comiendo, manejando o hasta en la luna de miel haciendo el amor”.  | Foto: Danilo Cangucu

Para otros, en cambio, la jornada fue una demostración de que la humanidad ha perdido un poco la cordura en esta era digital. “Nos volvimos esclavos del celular, en cualquier lado están en el celular, trabajando, comiendo, manejando o hasta en la luna de miel haciendo el amor”, dice, entre risas, el empresario Mario Hernández. Acostumbrado a solucionarlo todo, la caída de las redes fue para él apenas una anécdota. “Yo vengo de abajo, cualquier cosa puede esperar y tampoco ando con el celular a todo lado”, aclara. 

Una visión similar tienen los abogados Iván Cancino y Abelardo de la Espriella. Para Cancino, lo que pasó fue más bueno que malo. “Le dio la posibilidad a los jóvenes de ver cómo era el mundo antes cuando uno llamaba por teléfono directo. También de poder mirar el entorno y el mundo real. Muchas personas descubrieron que eran adictas a las redes sociales y al celular”, sostiene. 

Iván Cancino“Los jóvenes vieron cómo era el mundo antes”. 
Iván Cancino“Los jóvenes vieron cómo era el mundo antes”.  | Foto: guillermo torres-semana

Para De la Espriella fue, ante todo, un alivio. “No me afectó en lo absoluto. Todo lo contrario, me benefició, porque logré desconectarme. Atendí todos los requerimientos, reuniones y conversaciones a través del teléfono convencional. La reflexión es para el mundo entero: la adicción por las redes está destruyendo a los seres humanos, a las familias y, por supuesto, a la misma sociedad”, señala.

Abelardo de la Espriella“La adicción a las redes está destruyendo a los seres humanos”.
Abelardo de la Espriella“La adicción a las redes está destruyendo a los seres humanos”. | Foto: carlos julio martínez-semana

La caída de Facebook se produjo cuando el debate sobre esta empresa está en su máximo punto de ebullición, y su fundador, Mark Zuckerberg, vive una de las horas más oscuras de su carrera (ver artículo en sección Gente). Muchos creen que la caída no fue coincidencia, sino que buscaba desviar la atención del estremecedor testimonio de la exempleada de Facebook Frances Haugen, quien se convirtió en una ‘garganta profunda’ contra la empresa.

Otros dicen que esa crisis del lunes precisamente probó parte de las graves acusaciones de Haugen ante el Senado de Estados Unidos. Para ella, las redes de Zuckerberg pueden ser tan adictivas como los cigarrillos, y, por eso, deben ser reguladas y prohibidas para los menores de edad. “A los niños les dan pequeñas dosis de dopamina”, describió.

Para Margaret Sullivan, analista en The Washington Post, lo que reveló Haugen es demoledor y dejó claro de dónde sale esa ansiedad de estar conectado que se evidenció este lunes. “Ella tenía el enorme tesoro de documentos que se llevó cuando dejó la gigantesca red social, en los que se detalla su desagradable estructura de incentivos: la indignación, el odio y las mentiras son los que impulsan el compromiso digital y, por lo tanto, los ingresos. El sistema está roto. Y todos lo sufrimos”, dijo.