Nación
Un aberrante caso de impunidad estaría por nacer en un juzgado de Ibagué, en el Tolima, ¿de qué se trata?
Un presunto asesino a sangre fría está por quedar en libertad, aun cuando lo encontraron con el cuerpo de su víctima en el carro.
En abril de 2023, Jesús David Amaya, un joven ingeniero del municipio de Pitalito en el Huila, puso en venta su carro. Un supuesto cliente apareció y acordaron una cita. Ese supuesto cliente era Wilmer Arley Meneses, el hombre que terminó capturado cuando lo encontraron con el carro y con el cuerpo del ingeniero.
La familia de Jesús David reportó su desaparición luego de que él mismo asegurara que tenía una cita con Wilmer Arley, el supuesto cliente, para hacer el traspaso de venta de su carro.
Pasaron varias horas y una oportuna acción del Gaula de la Policía permitió capturar al presunto asesino del ingeniero, justo cuando llegó a la oficina de tránsito para hacer el traspaso, mientras guardaba el cuerpo de la víctima en el mismo carro.
Fue un caso que sacudió el departamento del Huila, pero cuya ciudadanía sintió tranquilidad inicialmente con la captura de Wilmer Arley. Sin embargo, tras dos años, la justicia no ha logrado la condena del presunto asesino, quien hasta puede quedar en libertad este miércoles si un juzgado de Ibagué valida el vencimiento de los términos.
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Lo que no puede entender la familia de Jesús David, el ingeniero asesinado, es cómo funciona la justicia en Colombia: un hombre, capturado con el carro y el cuerpo de la víctima, en flagrancia y con todos los elementos de prueba en su contra, podría quedar en libertad.
La doble tragedia que está por enfrentar la familia de la víctima tiene origen en el sistema de justicia de Colombia: una rápida acción de la Policía, pero la poca acción de la Fiscalía en el caso y el desinterés de los jueces en el proceso. El sistema, hoy, revictimiza, ignora y se burla de los ciudadanos.
“Tenga casos más importantes”
De acuerdo con relatos asociados al caso, la jueza a cargo del juicio contra Wilmer Arley, el presunto asesino, permitió aplazamientos, dilaciones y nunca advirtió o denunció las actuaciones o poca acción de la Fiscalía en este caso.
Nadie en Pitalito se explica la falta de humanidad en la justicia. La jueza del caso de Jesús David Amaya le advirtió a la familia que como este caso es uno más en una larga lista de espera, “no era el más importante”.
La tragedia de la familia Amaya y otras víctimas de otros procesos recuerdan que la justicia está para servir a los ciudadanos y no al contrario, que todos los casos son importantes y reflejan cómo, al parecer, para algunos jueces, los derechos parecen estar en la balanza de los acusados y no de las víctimas.
