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Un paso adelante

El presidente del ISS habló con SEMANA sobre las implicaciones del acuerdo firmado con el sindicato.

13 de agosto de 2001

El futuro del Instituto de Seguros Sociales (ISS) empezó a despejarse el miércoles pasado cuando los trabajadores accedieron a modificar la convención colectiva, en lo que fue calificado por el presidente Andrés Pastrana como un acuerdo histórico y un acto de sensatez y patriotismo por parte del sindicato. El presidente del Seguro, Guillermo Fino, explicó a SEMANA los pormenores de la negociación y sus planes para sacar adelante la entidad.

SEMANA: ¿Cómo hizo para que el sindicato cediera?

Guillermo Fino: Lo primero que hay que decir es que en este proceso se cambió un estilo de negociación muy típico entre los colombianos. Un estilo que arranca, en primer lugar, con un nivel de desconfianza absoluto entre las partes. Segundo, con un tire y afloje en el que yo pido el doble y ustedes me dan la mitad. Y tercero, en un escenario donde la información está oculta, pues cada uno juega a ocultársela al otro.

SEMANA:¿Cómo se logró ese cambio?

G.F.: Desde el principio aquí había una gran prevención por parte de los trabajadores, sobre todo cuando ellos se habían opuesto de frente a mi llegada hace tres meses. Pero después se sentaron con nosotros para ver cómo podíamos construir confianza. Fue un esfuerzo grande. Tuvimos en promedio tres reuniones semanales, mirando cifras, alternativas y soluciones. Cuando ya entramos en la recta final de definiciones ya había una confianza absoluta entre la dirección de la empresa y el sindicato. Logramos en este tiempo que el sindicato sintiera que no le estábamos jugando sucio sino que lo que queríamos era salvar la empresa. Y que el mérito no fuera de una u otra parte sino que surgiera como una solución conjunta.

SEMANA: Le tocó negociar contra el reloj

G.F.: Así es. Normalmente la negociación de una convención colectiva tarda entre ocho y nueve meses, mientras se denuncia la anterior, el sindicato presenta un pliego y se firma la nueva convención. Aquí en una noche se hizo todo sin que hubiera conflicto alguno. No hubo asambleas informativas, ni comisiones de conciliación o paros.

SEMANA: ¿Cuáles son los principales puntos del acuerdo?

G.F.: Los trabajadores accedieron a modificar la forma de pensionarse. Antes se jubilaban con el ciento por ciento de los ingresos del último año. Ahora se adoptará un régimen escalonado para que se pensionen con el promedio del salario de los últimos dos, tres o cuatro años de trabajo, según la antigüedad del empleado. También se suspenderá la retroactividad de las cesantías por 10 años, de manera que éstas se les liquidarán de acuerdo con la ley. De otro lado, se congeló el auxilio fondo de vivienda por cinco años, se suprimió el auxilio oftalmológico y se eliminó el día de la seguridad social, entre otras medidas.

SEMANA: ¿Qué tanto ayuda esto a sanear el déficit de la entidad?

G.F.: Con los cambios en la convención el ahorro estará un poco por encima de los 110.000 millones de pesos anuales. El déficit anual del Seguro es de 600.000 millones anuales. En el momento tenemos un faltante acumulado de períodos anteriores de un billón de pesos. Pero ahora, con la plata que nos dé el gobierno, que en el fondo es un crédito condicionado a la gestión del Seguro, podemos salir de esta situación coyuntural. Pasaremos en seguida a atacar el déficit estructural.

SEMANA: ¿Cómo lo hará?

G.F.: Además del ahorro en el tema laboral, que ya se hizo, estamos buscando fórmulas para solucionar el problema de las enfermedades de alto costo, que le cuestan al ISS 160.000 millones de pesos al año. De otro lado, buscamos que el Estado se haga cargo de las mesadas de quienes se jubilaron de la entidad antes de 1993, que es algo que nos debían. Con esto y unos mayores esfuerzos para mejorar la gestión se habrá subsanado el déficit en un 75 u 80 por ciento. Si a esto se suman una optimización del portafolio financiero y algunos ahorros marginales el Seguro podría estar el año entrante, si no en un punto de equilibrio, muy cerca de él.

SEMANA: Uno de los mayores problemas de la entidad es la sanción de la Superintendencia de Salud, que le impide vincular nuevos afiliados. ¿Se va a levantar?

G.F.: Hemos trabajado en dos frentes. De un lado renegociamos deudas por 430.000 millones de pesos con proveedores de servicios, que son básicamente las clínicas y los hospitales. De otro lado disminuimos de 27.000 a menos de 11.000 el número de cirugías represadas. Con la renegociación de las deudas, por primera vez en tres años el revisor fiscal otorgó un certificado de margen de solvencia al ISS. Hoy el argumento que tenemos fijado en la Superintendencia es este certificado, que demuestra que la entidad tiene la solvencia para recibir nuevos afiliados. La reestructuración de las deudas, además, generó un ahorro de 60.000 millones de pesos en intereses de mora.

SEMANA: Ha habido toda una controversia política alrededor de la sanción. La anterior superintendente de Salud y la ministra del ramo se mostraban reacias a levantarla y terminaron por renunciar a sus cargos…

G.F.: Si yo estuviera pidiendo el levantamiento de la sanción por razones de conveniencia política sería otra cosa. Pero yo me limito a presentar la certificación del auditor externo con la confianza jurídica de que es un argumento de fondo para levantar la sanción. Se pueden hacer todas las especulaciones políticas pero lo cierto es que yo cumplí con lo que exigía la ley.

SEMANA: ¿Cuál es su balance del trabajo que ha hecho al frente de la entidad?

G.F.: Hemos dado un paso supremamente importante. Todavía falta un año de labores. Seguramente cuando nos vayamos faltarán muchas cosas por solucionar en el ISS. Pero lo fundamental es que le hemos dado un giro de 180 grados a la relación entre los trabajadores y la empresa. Una entidad con graves problemas estructurales, que no la dejaban competir y encima de eso con la administración y los empleados peleando qué futuro podía tener.