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Una industria manual

En las manos de mujeres de temple, trabajadoras y emprendedoras, nació hace más de 20 años la más importante industria de manufactura en Bucaramanga: la confección infantil.

27 de mayo de 2006

Hasta en sitios tan distantes como Israel, los niños y las niñas lucen hoy vestidos 'made in Bucaramanga'. Esta labor textil se convirtió en la segunda industria manufacturera de Santander.

Antes que una empresa, es una tradición que ahora se pasa de generación en generación. Así ocurre con las cortadoras de Piedecuesta, o las armadoras de Floridablanca, pero también en Zapatoca, donde manos viejas o jóvenes crean hermosos bordados que son la 'marca registrada' de las prendas infantiles de Bucaramanga.

Con sus manos viejas o nuevas, familias enteras dedican sus días a esta empresa que, hasta diciembre del año pasado, contaba con 878 industrias.

Esta cifra hace parte de un estudio realizado por la Escuela de Estudios Industriales y Empresariales de la Universidad Industrial de Santander (UIS), con la codirección del Centro de Desarrollo Productivo (CDP), de Confecciones, llamado "Prospectiva del sector de las confecciones en Bucaramanga y su Área Metropolitana".

"La especialización en moda infantil del sector, la calidad de los productos, su trayectoria exportadora y la existencia de un escenario comercial como EIMI, que les ha permitido a las empresas tener contacto con compradores internacionales para hacer negocios y fortalecer relaciones comerciales exitosas a largo plazo, son las claves de la evolución del sector", afirma María Gisela Trujillo Sarmiento, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Medianas y Pequeñas Industrias (Acopi), seccional Santander.

Pequeñas viejas

La mayoría son hoy medianas empresas, con más de 100 trabajadores cada una, y se cuentan en más del 83 por ciento las mayores de 20 años. Cuanto menor es la empresa, también las hay más jóvenes, pues más del 30 por ciento no han cumplido siete años.

Igual, casi todas nacieron micro y fueron creciendo. Muchos de los gerentes de hoy son hijos de las mujeres que emprendieron la apertura del mercado, así ocurre con las más grandes exportadoras.

Pero la fuerza de trabajo sigue siendo femenina. Por cada 100 mujeres, en cada empresa de confección hay tres hombres, en promedio.

Donde menos empleados hay, son 20 los que realizan el 64 por ciento de la confección en línea infantil y el 36 por ciento en línea bebé.

El 100 por ciento de las medianas empresas, el 79,31 por ciento de las pequeñas y el 7,44 por ciento de las microempresas del sector de las confecciones del Área Metropolitana de Bucaramanga están en la actualidad exportando sus productos.

El sector de confecciones es el segundo exportador en la región, y más del 56 por ciento de la producción es vendida externamente.

Por eso no es extraño encontrar modelos bumangueses en prestigiosos catálogos de ropa de niños y niñas de Estados Unidos, el principal comprador, pero también de Inglaterra, Alemania, Suecia y hasta Israel.

Esos trajes tradicionales, con faldas holgadas, bordados vistosos o camisas con pequeñas corbatas incluidas, son la sensación en el viejo mundo. Allí, su uso es masivo, diferente a Colombia y, por ello, son prendas exclusivas para ventas externas.

Para lograr estos negocios y atender también el mercado nacional, el volumen actual de producción promedio por mes es de 17.667 unidades para cada una de las medianas, 6.585 unidades para cada una de las pequeñas y 1.431 unidades para cada una de las microempresas.

Sin embargo, mucho del trabajo está en manos de terceros, que pueden ser empresas satélite que realizan parte de la producción, como el cortado o el armado, o de mujeres y familias enteras que elaboran los bordados uno a uno.

Todas las empresas medianas tercerizan sus servicios y de las más pequeñas, el 96,55 por ciento.

No todo es color de rosa

"Trabajando un solo turno tenemos subutilizadas las plantas, de modo que el sector en Santander estaría en capacidad de duplicar su producción y eso implicaría duplicar empleo, generar riqueza y mayor desarrollo. Por eso es que el gremio insiste tanto en que hay que apostarle al sector", precisa María Gisela Trujillo.

También hay inconvenientes que afrontan las empresas, según el estudio. El inconveniente principal es la falta de personal adecuado y capacitado dentro de la región, especialmente para los momentos de temporada.

En esto ya están trabajando la Cámara de Comercio de Bucaramanga, con sus programas de 'Mujer Empresaria', el CDP de confecciones, el Sena y el mismo Acopi.