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Una jugada audaz

Telecom busca una salida eficaz a los 'joint ventures' y evitar que obstaculicen su pronta liquidación.

13 de julio de 2003

La decision de Telecom -en liquidación- es equivalente a la piedra que le tiró David a Goliat. Demandó la nulidad de los contratos de riesgo compartido que había suscrito con seis multinacionales desde 1993 para ampliar su red de telefonía local.

Bajo el liderazgo del prestigioso abogado Hugo Palacios Mejía, está convencida de que tiene sólidas razones jurídicas para pedirles a los tribunales de arbitramento de la Cámara de Comercio -según lo pactado por las partes- que declare los contratos nulos.

Sostiene que éstos violan la Ley 37 de 1993, que permitió a las empresas públicas de telecomunicaciones establecer sociedades para cumplir sus actividades. Todos los contratos de Telecom suponen un arreglo básico por el cual las firmas extranjeras se comprometieron a instalar líneas telefónicas (proyectaron 1.916.000, instalaron 1.600.000 y vendieron 1.320.000). Para recuperar su inversión y sacar una utilidad, cobrarían alrededor de 80 por ciento de la facturación que generaran las líneas por un período que, según el contrato, oscilaba entre tres y 10 años. Pero si, al final del contrato, ese 'peaje' no les daba una rentabilidad pactada de antemano porque, por ejemplo, no se vendieron las líneas o el consumo fue más bajo Telecom debía girar la diferencia.

En suma, los contratos estipulan que la firma estatal y sus socios extranjeros repartan los ingresos del negocio y la primera les garantiza a los segundos una utilidad. Esto, según los abogados de Telecom, va en contra de la ley porque ésta estableció claramente que las partes contratantes "participarán de las utilidades o pérdidas que genere la gestión conjunta". Es decir, que no se suponía que debían repartir ingresos brutos sino ganancias o pérdidas del negocio. Y que de ahí proviene la idea de que el riesgo sea efectivamente compartido. Pero, como quedaron los contratos, casi todo el riesgo lo ha terminado asumiendo Telecom

La empresa pública también argumenta que como están las cosas hoy no se sabe a ciencia cierta cuánto van a terminar costando estos contratos. Sólo por un laudo arbitral de abril de 2001, referente a la liquidación del quinto año de un contrato, Telecom fue condenado a pagar 149.000 millones de pesos a Nortel. Otros cuatro contratos ya han sido demandados por las empresas extranjeras, pues consideran que la estatal les sale a deber. Y sólo estas cuatro demandas ya suman 373 millones de dólares. La suma que se pague -si se paga- depende de los tribunales. Pronto serán notificados de una nueva demanda. Así las cosas, es imposible prever cuántos pleitos más vendrán en camino ni cuánto tiempo demoren.

Un argumento político implícito está detrás de la jugada del gobierno. Si se le metió a hacerle frente a este 'chicharrón' y liquidó a Telecom, debe hacer lo posible por resolver el lío de una vez por todas y no dejar cabos sueltos (en este caso multimillonarios) para el futuro. En términos históricos, no se quiere quedar con el pecado y sin el género.

Al pedir la nulidad de los contratos, la empresa estatal les presentó a los tribunales de arbitramento una propuesta de arreglo para cada contrato. Estas se basan en un análisis de la evolución del negocio (ganancias de los socios, monto de sus inversiones, vida útil de las líneas, etc.). Y, según las cuentas de cada caso, incluso ofrece reconocerle pagos al asociado privado.

En el proceso de arbitramento las partes podrán estudiar las propuestas y, si se aceptara la nulidad, se podría llegar a un arreglo pronto por consenso o por mandato de los tribunales.

"No es una medida confiscatoria, dijo a SEMANA Alfonso Gómez, presidente de la nueva empresa Colombia Telecomunicaciones, que operará Telecom. Buscamos una propuesta equitativa que cumpla un equilibrio económico".

Puede pasar que los tribunales no le den la razón a Telecom y declaren los contratos válidos. Se verá obligada a continuar defendiéndose, según si las multinacionales demandan o no los contratos que se van terminando.

La Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones, gremio que agrupa a las multinacionales de este ramo, anunció que dará una respuesta pública a la jugada de Telecom en una rueda de prensa esta semana.

De todos modos demandar a Nortel, Alcatel, Ericcson, NEC, Itochu y Siemens a la vez es una jugada audaz. Más tratándose de una empresa estatal en liquidación, con todas sus limitaciones de recursos, y cuando están en juego sumas billonarias. Sin embargo puede salir adelante. Tiene buenos argumentos ante los tribunales y quizá los Goliat de esta historia prefieran un arreglo definitivo rápido con el pequeño David que desgastarse años en peleas jurídicas.