Uribe deja ver que no vota la consulta porque Claudia López y Petro la impulsan

Álvaro Uribe, Claudia López y Gustavo Petro han sostenido tantas batallas que ninguna causa parece capaz de cerrar las heridas y ponerlos de acuerdo. Apenas había transcurrido una hora desde que las urnas se abrieron para la consulta anticorrupción, cuando el expresidente, el dirigente que más votantes mueve en el país, se despachó contra el mecanismo participativo desde su cuenta de Twitter.

Uribe ya había dicho que no votaría la consulta, a la que calificó como "engañosa". Los opositores al mecanismo esgrimían como argumentos que resultaba muy costosa (tasada en casi 350.000 millones) y que las medidas que pone en discusión son inocuas para combatir la corrupción o ya están en la ley.

Los trinos de Uribe revelaron que, más allá del disenso sobre el fondo de la consulta, lo que lo aparta de la misma son los promotores que hay detrás: "El dr Petro me acusa de delitos de lesa humanidad, clama para que me lleven a la cárcel y para eso hace gastar 300 mil millones (sic)" , escribió. Minutos después agregó: "La sra López me acusa de fundador del paramilitarismo, de utilizar paramilitares para asesinar a mis opositores, y para convalidar su infamia obliga a gastar 300 mil millones de los recursos públicos".

López le contestó a Uribe por el mismo medio: "No Senador, no es en su contra. #ConsultaAnticorrupcion se está haciendo hoy porque usted así lo exigió, aprobó gasto de 300 mil millones para hacerla y dijo que votaría SÍ, cuando estaba en campaña. Lamento que ahora que ganó cambie de opinión".

La pelea entre los tres es vieja, sin embargo, Petro se encargó de avivarla en la víspera de la consulta. Esta semana, el senador de la Colombia Humana aseguró, en una entrevista con Vicky Dávila, que "Uribe debió haber estado preso hace tiempos por delitos de lesa humanidad”.

En contexto:"Uribe debería estar preso por delitos de lesa humanidad": Petro

Desde 2007, Petro dio varios debates sobre el paramilitarismo en el Congreso, en los que señaló presuntos vínculos del entonces presidente con la conformación de esos grupos armados en Antioquia. Desde eso, siempre en la orilla política opuesta, Petro ha recalcado varias veces en esa teoría. “Hoy por las circunstancias en las que está siendo juzgado -que es por manipulación de testigos- es un proceso por el que también debería estar preso. Que le den casa por cárcel, yo diría que sí”, dijo también en la entrevista de esta semana.

La pelea del expresidente con Claudia López ha sido tan enconada que incluso llegó a los estrados. Sus enfrentamientos se han subido de tono en el Capitolio, pero fueron las declaraciones que la líder verde le dio a Vicky Dávila en su libro El Nobel, las que los enfrentaron ante un juez.

López le dijo a la periodista: "No tengo la menor duda de que (Uribe) se craneó eso, promovió a los paramilitares de frente, los ayudó, combinó las formas de lucha, les dio las Convivir. Ha sido militante. Él objetivamente siempre sabía que su rol era ser político, él aspiraba desde que nació a llegar a la presidencia. Así que no hizo estupideces como tomarse fotos con Carlos Castaño, y si alguien le tomó esa foto está muerto como todos los que tienen alguna evidencia directa más o menos que incrimine a Uribe".

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El Tribunal Superior de Bogotá le ordenó a López que se retractara, al no encontrar fundamento en sus declaraciones. La ex candidata presidencial lo hizo, pero Uribe no quedó conforme, tanto que su defensa aseguró que terminó "revictimizado". Uribe, por su parte, también se ha lanzado contra Petro y López. En la pasada campaña presidencial, dijo que el exalcalde de Bogotá era "tan mal demonistrador como Maduro y tan buen orador como Chávez".

Ese pasado de choques parece estar ya en un punto de no retorno. Ni siquiera el apoyo que el presidente Iván Duque le manifestó a la consulta anticorrupción, junto a otras cabezas del Centro Democrático, logró alinear al expresidente. Por el contrario, ese apoyo evidenció que dentro del partido hay discrepancias y bandos.

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El respaldo de Uribe a la consulta podría haber representado un gran impulso para una iniciativa que, coinciden los analistas, probablemente se quedará corta para alcanzar los 12 millones de votantes que le pide el umbral. Sin embargo, el expresidente no está dispuesto a entregar su caudal electoral, cuando en las urnas se están midiendo las fuerzas para lo que vendrá en las elecciones regionales del 2019 y menos cuando entre los que más terminarían beneficiados hay dos de sus contradictores más enconados.