Home

Nación

Artículo

entrevista

"Vamos hacia la creación de un movimiento político"

Giovanni Marín, 'comandante R', máximo responsable político del Bloque Cacique Nutibara, de las AUC, habló con Armando Neira, de SEMANA sobre la desmovilización de los 800 paramilitares en Medellín.

24 de noviembre de 2003

Varias semanas atras Giovanni Marín, de 37 años, nacido en Bello (Antioquia), padre de dos hijos y amante de la filosofía andaba con sus libros en una universidad privada de Medellín estudiando noveno semestre de derecho. Hace un par de meses dejó esto a un lado y se puso un camuflado de combate para reconocer la actividad que simultáneamente a la academia ejercía en la clandestinidad como 'Comandante R': máximo comandante político del Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, una organización que a sangre y fuego y en menos de cinco años llegó a tener un control del 80 por ciento de los barrios de la capital antioqueña. Este martes 800 hombres de este bloque entregan sus armas y anuncia su desmovilización en la primera fase de negociación entre el gobierno del presidente Alvaro Uribe y los paramilitares. SEMANA lo entrevistó en Medellín.

SEMANA: Vamos al principio, ¿cómo un estudiante de derecho termina en uno de los grupos que más ha violado la ley?

Giovanni Marin: Hace tres años yo tenía que ir a las zonas más deprimidas y abandonadas de Medellín para hacer mis tareas de consultorio jurídico. Allí descubrí el trabajo social que hacían con las comunidades los comandantes 'Adolfo Paz' y 'Orión'. A mí y a otros compañeros nos gustó sus propuestas, el discurso y la lucha política que tienen ellos y muchos estudiantes decidimos vincularnos. Poco a poco fuimos avanzando hasta llegar en donde estamos hoy.

SEMANA: Pero, ¿por qué ingresar a una organización que basa su poder en la fuerza y no en la legalidad?

G.M.: Por las circunstancias de Medellín en ese momento histórico. La ciudad estaba tomada por grupos violentos, básicamente del ELN y de las Farc, a los que la única forma de contrarrestarlos era la fuerza. Ellos pusieron esas condiciones. Si se tratara de combatirlos con ideas pues hubiéramos tenido batallas dialécticas pero para eso no había espacio.

SEMANA: ¿Con qué autoridad ustedes se atribuyeron el derecho de combatirlos con las armas? Esa es una obligación del Estado y no de particulares.

G.M.: Ese era otro problema. La ausencia del Estado era total. En esas zonas, la guerrilla imponía su ley. Desde decisiones monetarias como cuánto y por qué se pagaban vacunas pasando por hechos trascendentales como quién vivía y quién no, a quién desterraban, a quién fusilaban, hasta hechos cotidianos como por qué las muchachas no podían usar minifalda o descaderado. Sin Estado y con la guerrilla ejerciendo de reyes, los ciudadanos teníamos el derecho y el deber de defendernos, en crear autodefensas.

SEMANA: En su caso, ¿usted empezó a combinar sus tareas estudiantiles con sus actividades en las autodefensas?

G.M.: Sí. Esa es una característica extendida en el Bloque Cacique Nutibara. El censo oficial hecho por el Dane entre los miembros del bloque dice que el 90 por ciento de sus miembros cuando ingresó tenía un trabajo definido. Con la dinámica del conflicto algunos tuvieron que dejar sus trabajos pero otros como en mi caso continuamos con mi vida que era la academia y simultáneamente seguir en el fortalecimiento del ideario político de las autodefensas.

SEMANA: Para lograr eso ustedes han hecho correr demasiada sangre. ¿Es usted consciente de eso?

G.M.: Yo tengo mi conciencia tranquila. El país debe saber que nosotros colaboramos para pacificar una ciudad que es Medellín y el área metropolitana que la rodea. Eso lo saben las comunidades donde hacemos presencia. La gente nos agradece que hayamos puesto nuestro granito de arena para lograr este propósito. Hicimos un esfuerzo grande para derrotar a una guerrilla que no tiene un discurso político sino un accionar terrorista.

SEMANA: Usted dice que la guerrilla tiene un accionar terrorista. ¿No es este también el accionar de ustedes?

G.M.: Eso siempre lo han dicho los detractores de las autodefensas. Un proceso político tiene defensores, indiferentes y detractores. Nuestros detractores dicen que somos terroristas lo cual, le aseguro, no es cierto. Hay pensadores que sostienen que toda guerra es un acto político por lo tanto todos los actores de esa guerra nos consideramos políticos y en consecuencia todas nuestras acciones son políticas.

SEMANA: Aceptemos que ese es un buen discurso. Pero, el mismo también puede ser usado por la guerrilla.

G.M.: Sí, es posible. La diferencia es que el discurso debe ser compatible con la realidad. Miremos el universo de cuando nosotros entramos a Medellín. Eso fue hace cinco años. En ese momento la guerrilla de las Farc y el ELN iban casa por casa extorsionando, secuestrando, asaltando. Eso no eran acciones políticas sino un listado frecuente de crímenes en contra de la gente. Entramos nosotros y hoy le entregamos al país un Medellín en paz, un Medellín tranquilo, donde prima la convivencia. Eso sí es un acto político.

SEMANA: Si bien las estadísticas dicen que la criminalidad en Medellín ha bajado, en plena guerra en la que ustedes eran protagonistas matando gente la convirtieron en una de las ciudades más peligrosas del país, del mundo. ¿El fin justifica lo medios?

G.M.: Lógico que la guerra es dolorosa, que es una tragedia. Por eso, es que ahora la estamos dejando. Pero usted habla de la guerra como si ese hubiera sido nuestro único medio. El medio principal era el convencimiento, la concertación. Hemos trabajo muy duro explicando a los muchachos de las bandas que esa no es la salida, que el futuro va más allá de un fierro, como le dicen ellos. Con esta pedagogía logramos que hoy Medellín tenga los índices de criminalidad más bajos de la última década y que por primera vez en este año viviéramos un día en el que no hubo un solo homicidio y que en el mismo año hasta ahora haya habido un único y condenable secuestro.

SEMANA: Logros hechos a punta de desplazamientos, de secuestros, asesinatos, de ataques contra la gente.

G.M.: Nosotros no vamos a negar que tuvimos acciones militares pero nuestro comandante 'Adolfo Paz' nos inculcó desde el principio que cuando llegara el momento de bajar los fusiles y de silenciarlos, era para siempre. En eso estamos.

SEMANA: Habla usted del comandante 'Adolfo Paz' como un líder político cuando su pasado dice que fue lugarteniente de Pablo Escobar, jefe de la banda La Terraza y ahora miembro de las AUC.

G.M.: Jamás. Lo que usted dice es falso. Nuestro comandante jamás sirvió a Pablo Escobar. Por el contrario, él lo enfrentó. El fue la persona que ayudó a ponerle fin a su reinado de terror. Y también es mentira que él haya sido jefe de la banda La Terraza. Al contrario, cuando entramos a Medellín los jefes de esa banda quisieron entablar diálogos con nosotros pero desde un principio nos opusimos porque su accionar era delictivo. Por eso, la combatimos y la obligamos a que hiciera una reconversión en beneficio de ellos mismos y de la sociedad.

SEMANA: ¿Combatieron a La Terraza o la absorbieron?

G.M.: A esa y a todas las demás bandas lo que hicimos fue obligarlas a que tuvieran pactos de paz, a que dejaran sus acciones en contra de la comunidad. La gente piensa que esos son muchachos cuyo único destino es un arma de fuego y eso no puede ser. Hay que ayudarlos y sacarlos para que se vuelvan útiles y sus existencias aporten a la paz del país.

SEMANA: ¿Qué le responde a la gente que dice que ustedes son los hijos naturales de Pablo Escobar, que hoy tienen el control de las rutas del narcotráfico?

G.M.: Que es falso. En Medellín nosotros no tenemos vínculos con narcotraficantes. Los 800 hombres que este martes, si Dios quiere, nos desmovilizamos, somos autodefensas puros, no miembros de bandas comunes, sino integrantes de una organización política, el Bloque Cacique Nutibara, que tiene un ideario antisubversivo.

SEMANA: ¿800? Hace unos meses ustedes decían que eran 3.000. ¿Qué pasó con los otros 2.200?

G.M.: El único responsable político autorizado del Bloque Cacique Nutibara soy soy. Es la primera vez que salgo y doy la cara ante el país y digo que somos 800. 799 combatientes y yo el jefe, el número 800.

SEMANA: Y cada una de esas 800 personas ¿qué delitos debe?

G.M.: Diferentes delitos. Nosotros vamos a dar la cara y nos vamos a presentar con nuestros nombres reales y ya la Fiscalía determinará qué delitos debemos en un análisis individual. No será un proceso colectivo porque no es una amnistía. Las personas a las cuales no se nos pueda aplicar la Ley 782 (que reformó la 418), porque no cobija delitos de lesa humanidad, barbarie y otros nos iremos a un sitio que establezca el gobierno y el estado mayor de las AUC para cuando el Estado dicte las leyes que nos permita movernos en la legalidad.

SEMANA: ¿Tengamos? ¿Está en esa lista?

G.M.: Hablo en plural porque soy el vocero de todo el bloque.

SEMANA: Pero, ¿usted ha hecho masacres, ha hecho desapariciones forzadas?

G.M.: No. La dinámica de la guerra urbana es diferente a la guerra rural. En nuestro caso, no hemos ejecutado ese tipo de acciones. El Bloque Cacique Nutibara no ha hecho masacres.

SEMANA: ¿No? Entonces todos esos muchachos que aparecen tirados en basureros al lado de letreros de las AUC, ¿quién los mató?

G.M.: Pruébeme que fuimos nosotros. Dígame un solo caso de estas características en Medellín.

SEMANA: Para llegar a una paz real no se trata de que a los autores armados se les pruebe los delitos sino que estos empiecen por reconocerlos. La base de un proceso sólido está en cuando cada uno diga qué hizo. ¿No le parece?

G.M.: Usted acaba de contestar por mí. La paz en Colombia llegará cuando cada uno de los colombianos digamos qué hicimos. En este momento nosotros no podemos salir a decir la verdad porque hasta ahora vamos a desarmarnos, a desmovilizarnos pero el conflicto en el país sigue. Por eso hablamos es de una posdesmovilización y no de un posconflicto. Pero tenga la seguridad de que cuando el conflicto en Colombia termine nosotros y los miembros de las Farc y del ELN y muchos actores que se han desmovilizado y que no le dijeron al país lo que hicieron ese día debemos sentarnos y de frente decirle al país lo que cada uno de nosotros hizo.

SEMANA: ¿En una comisión de la verdad?

G.M.: Si esa comisión de la verdad implica el desarrollo de una pedagogía de la verdad y el perdón que involucre a actores y a la sociedad en general por supuesto que la aceptaríamos. ¿Qué implica esto? Que los jefes de las Farc, del ELN y los nuestros apliquen ese ejercicio. Por ahora, en la desmovilización de nuestro bloque hemos pedido la veeduría internacional porque para bien del proceso debe haber transparencia.

SEMANA: ¿Y la reparación de las víctimas?

G.M.: Allá tenemos que llegar. Ese también es un compromiso nuestro pero para llegar allá debemos todos decir la verdad. Cuando nosotros estemos en ese punto, buscaremos los mecanismos para reparar a las víctimas. Es un compromiso nuestro, del Cacique Nutibara, y del estado mayor de las AUC.

SEMANA: ¿Qué es lo que va a pasar este martes?

G.M.: Que nosotros los miembros del Bloque Cacique Nutibara vamos a desarmar nuestra estructura militar como una prueba de nuestro deseo de construir una ciudad más pacífica, donde reine la convivencia.

SEMANA: ¿Qué garantía tiene el país de que esto no será un show en el cual ustedes llegan, desfilan, entregan unas armas y luego vuelven a las calles a imponer su ley?

G.M.: Hombre, una negociación tiene dos partes. Nosotros creemos en el Estado, que no va a dejar abandonada a las comunidades que hemos protegido, que les va a brindar seguridad, que a nuestros muchachos los van a capacitar, que les van a dar talleres, para que se reincorporen a la vida civil; y por nuestra parte, esperamos que nos crean que este acto es el principio de la desmovilización de las autodefensas, que continuaremos en nuestra lucha y creciendo desde la civilidad.

SEMANA: En ese orden de cosas, ¿hacia dónde van ustedes?, ¿van a crear un partido político?

G.M.: Para allá vamos. Siempre hemos sabido desde el principio que en algún momento nos tocaría buscar un diálogo con el gobierno, para desde la legalidad continuar con nuestras ideas y ahora vamos en el camino hacia la creación de un movimiento político que le dé desarrollo práctico a una propuesta de capitalismo con sentido social. Uno de nuestros ejes fundamentales será el compromiso para involucrar a los demás actores en la necesidad de dejar las armas.

SEMANA: Un movimiento político de extrema derecha.

G.M.: Por favor no lo califique, un movimiento político sencillamente de derecha.